ECUADOR: «ESTÁN CONDONANDO LA DEUDA A LOS GRANDES GRUPOS QUE MANEJAN LA ECONOMÍA DEL PAÍS»


Por Ivan Baigún    ***

A partir del estallido social de Ecuador en estos días, desde Ideas de Izquierda entrevistamos a Alejandro Olmos Gaona, especialista en derecho internacional e investigador sobre deuda externa –entre ellas, la de Argentina”–. Actualmente se encuentra trabajando en la publicación de un libro alrededor del proceso de endeudamiento de Ecuador hasta el gobierno de Correa en el que explicará las consecuencias de la investigación realizada.


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Juan Atacho

Afirmás que desde el 2014 en Ecuador hay un proceso que combina ajuste fiscal, adquisición de deuda externa y venta de reservas de oro, entre otras cuestiones. ¿Qué similitudes ves entre ese endeudamiento y el que está acumulando la Argentina, primero con el «cepo» del gobierno de CFK y luego con el endeudamiento acelerado de Cambiemos?

En primer lugar, yo no creo en el desendeudamiento de la gestión anterior, porque desendeudarse es pagar una deuda y no deber más. Pagarle a los bancos extranjeros con activos argentinos y endeudarse con organismos de Estado como el Fondo de Garantía y Sustentabildad de la Anses, el Banco Central, Banco Nación, no es desendeudarse, es cambiar deuda externa por deuda interna. Es mucho más manejable, pero de todas maneras es deuda. La prueba es que teniendo una deuda de 180 mil millones de dólares en 2003, después de haber pagado una enorme cantidad cuando se fue Cristina Fernández de Kirchner, quedó una deuda de 240 mil millones de dólares.

Por otro lado en el proceso de endeudamiento de la gestión Kirchner no se contrajo nueva deuda con bancos extranjeros pero sí con organismos de Estado, lo que llevó a que se refinanciara permanentemente las obligaciones con el incremento de intereses de esa refinanciación. La diferencia con el proceso ecuatoriano es notoria porque Correa tuvo un discurso muy radical cuando asumió, y creó una auditoría de la deuda que yo integré Cuando el presidente me llamó a colaborar para ver que se hacía con los acreedores se pudo hacer una propuesta fundada en la auditoría. En Argentina, por ejemplo, no se hizo algo semejante.

Esa auditoría, si bien dejó muchos aspectos sin considerar, de todas maneras mostró como era el mecanismo de endeudamiento, las presiones, las amenazas de los bancos acreedores, la intervención del FMI, del Banco Mundial, todos los grupos que armaron el saqueo de Ecuador durante décadas.

Ese proceso terminó con Correa volviendo a negociar: pagó el 35 % de la deuda a través de una recompra de bonos que se hizo. La deuda bajó a 8.000 millones de dólares, y más no pudo hacerse porque Ecuador es un país con una economía que es muy vulnerable –le vende el 60 % de su producción a Estados Unidos–, no tuvo el apoyo de nadie y decidió volver a pedir créditos. Lamentablemente los créditos los volvió a pedir a la banca extranjera, aceptó a las cortes de los Estados Unidos y eso es lo que ocurre siempre en el sistema financiero, ya que si no hay sometimiento completo no hay créditos.

Si vos no rompés con el sistema financiero, ellos te someten, son las condiciones para que te entreguen los préstamos. Eso determinó que la deuda se vaya de 8.000 a 38.600 millones hasta el año pasado, y que haya llegado a más de 36.000 millones cuando Correa se fue del gobierno.

Además, el problema de esta gestión de Correa en sus últimos años es que no aceptaba la crítica de ninguno de los movimientos sociales. Hubo represiones a los indígenas, a los movimientos ecologistas como Acción Ecológica, entrega de recursos mineros y petrolíferos a trasnacionales, venta anticipada de petróleo a China como forma indirecta de acceso a préstamos, y así hipotecaron los recursos petroleros.

Hace muy poco tiempo se firmó un acuerdo con el FMI. ¿Qué relación ves entre los compromisos que este impuso de ajuste fiscal y el estallido social actual?

El ajuste lo empezó Correa en el 2014, el que implicó recortes por 5.000 millones de dólares, lo que para Ecuador es una suma muy grande. Al asumir Lenin Moreno, borraron todo lo que había hecho Correa, como por ejemplo las auditorias no solo de la deuda sino de acuerdos bilaterales, volviendo esos cambios a cero. Este gobierno, usando como pretexto problemas reales de la economía, hizo un acuerdo con el Fondo.

Lo que me llama la atención de este acuerdo es que por un lado se quitan los subsidios a los combustibles lo que significa para el gobierno un ahorro de 1.300 millones de dólares, pero simultáneamente se ve que había deudas de petroleras, telefónicas, exportadores e importadores por 4.300 millones dólares. El gobierno decide condonar alrededor de 3.000 millones de esa deuda más otras sumas chicas que prácticamente lo compensa con el crédito del FMI. Están condonando a los grandes grupos que manejan la economía del país.

Es como si el FMI hubiera participado de este acuerdo y a partir de eso entrega ese monto. Esto lo advirtieron movimientos sociales, indígenas y economistas muy importantes como la doctora Wilma Salgado, que fue ministra de finanzas de Correa.

Durante estos años vos decís que hubo una profundización del modelo extractivista dado que se entregó la explotación minera a multinacionales y también que hubo entrega de pozos petrolíferos ¿Cómo se fue dando este proceso?

Primero hay una reserva en Ecuador que es el Yasuní, es una de las reservas ecológicas más importante de la humanidad y Correa planteó una especie de «pedido de ayuda exterior para preservarlo»; eso no se consiguió y concedió la explotación en zonas que eran reservas que el Ecuador había preservado celosamente. A partir de ahí empezó un proceso de entregar recursos mineros, petroleros. El país necesita dinero, ningún país se financia gratis.

El problema de estas concesiones extractivistas es que ven nada más que la utilización inmediata, pero no los pasivos ambientales, no los pasivos ocultos, al igual que sucede en Vaca Muerta.

Después de muchos años aparecen efectos terribles que por supuesto degradan el medio ambiente, inciden en la población que vive en esos sectores, y en Ecuador hay muchos grupos indígenas que por supuesto se vieron afectados. Ya se habían visto afectados por Chevrón-Texaco cuando esta empresa petrolífera depredó la Amazonia ecuatoriana; a través de un largo pleito la Corte Constitucional del Ecuador le aplicará una multa de 10.000 millones de dólares que por supuesto Chevron-Texaco ha resistido, y ha tratado de iniciar acciones en en los Estados Unidos para bloquear todo esto.

Me llamó siempre la atención la confrontación permanente de Correa con los indígenas, que lo llevó durante muchas partes de su gobierno, no solo a reprimirlos, sino a mostrar una serie de expresiones despreciativas sobre los indígenas mientras hablaba elogiosamente de los Estados Unidos en su visita a ese país en el 2010.

Ivan Baigún
Licenciado en Ciencia Política
(UBA). Militante de la Juventud del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Comité de redacción de la revista Ideas de Izquierda

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