Enfoques cooperativos; Hoy: El individualismo es incompatible con la conducción organizacional.

Por José Yorg, el cooperario.

 

El que perseverare hasta el fin, ése se salvará” MC 13,1.

“Algunos miembros de la organización  no se han librado del individualismo, gradualmente se alejan de él; peor aún, sabotean su política y su disciplina”. Ho Chi Minh.

Es este un tema que siempre consideramos de suma importancia pero, por diversas razones, no pudimos abordarlo exclusivamente en mayor frecuencia y calidad, dado que hablar de cooperativismo implícitamente surge su antagonista, es así, consideramos al individualismo como antagónico a la cooperación.

Lo hemos marcado, precisamente en un anterior artículo titulado “El gemido de los individualistas” (http://www.2014.kaosenlared.net/kaos-tv/93369-argentina-enfoques-cooperativos-hoy-el-gemido-de-los-individualistas) exponiendo que “El individualismo, como mecanismo psíquico de las personas sin conciencia social, les hace reproductores de la dinámica fragmentaria social y de tal modo son inhábiles para la acción mancomunada y así son manzanas podridas en organizaciones solidarias, populares y movimientos sociales”.

¿Cómo es posible la mentalidad individualista en la especie humana cuando todo evidencia su esencia cooperante? Su anatomía interna y externa es una maravilla de modelo de sincronización cooperativa. Su relación es de naturaleza colectiva, al igual que otras especies… ¿Y entonces?

Los pensadores de las diversas disciplinas científicas ya lo han estudiado y expuesto sus conclusiones. Los especialistas en conductas organizacionales lo han indagado suficientemente así que todos coinciden en que el individualismo es una patología mental, agregamos que lo consideramos un degeneramiento mental, un verdadero trastocamiento de la esencia humana en su comportamiento social.

En los últimos tiempos esta conducta, este punto de vista individual, se ha incrementado, la devastadora acción de los celulares es elocuente. No es que nos opongamos al adelanto tecnológico en la comunicación, nos referimos al descontrol  que ocasiona en determinadas circunstancias, por ejemplo, da pena ver a profesores, profesionales, alumnos, desatendiendo las conferencias, patético en verdad. En fin.

Con el individualismo se llegó al límite más concreto de aquella máxima de Julio César, del imperio romano: “Divide y reina”, y encontramos también en Napoleón con “Divide y vencerás” es la manera en que se producen rupturas de relaciones  orgánicas de cuadros políticos, sindicales y sociales, también en cooperativas, claudicando de la máxima “La unión hace la fuerza”.

Algunos psicólogos y políticos califican a los individualistas como “idiotas útiles” ya que son funcionales a quienes procuran dividir y aislar lo más profundamente al pueblo a fines de que no se organicen y defiendan sus intereses genuinos. Son en realidad verdaderas gangrenas sociales.

El individualista es un ser incapaz de comprender que ese modo de pensar y actuar lo demora, lo obstaculiza, su desarrollo mental, que imposibilita su mejoramiento humano. En verdad no entiende la conveniencia-en términos capitalistas-de extirpar de su cerebro el auténtico “Chips” defectuoso que lo obtura, y de tal modo permitir su libre desarrollo y avance cultural orgánico y dirigencial. Es en realidad su encrucijada, su dilema.

Liderazgo cooperativo y político.

Sabemos que el capitalismo financiero, más que ninguno de sus antecesores, capitalismo comercial, capitalismo económico o industrial, requiere poblaciones individualistas, en función a ello, realizan por todos los medios, verdaderos programas de idiotización mediática educativa y cultural.

Ante ello, sin dudas, es imprescindible la confrontación de esas acciones en bien de la humanidad.

Algunos, en verdad, muchos, denominan que se desarrolla una verdadera batalla cultural global, cabe promover, entonces, valores y principios cooperativos, métodos de enseñanza y aprendizaje de un proceso de re-aprender saberes socialmente útiles y valiosos para una nueva construcción civilizatoria fundada en la fraternidad, en la cooperación, como forma de relación en todos los aspectos de la vida.

Nos dice en su artículo “Cultura organizacional” L. Graus Valladares que “El 84% de los profesionales consideran que  la cultura organizacional es un punto crítico para el éxito de la  compañía  e incluso seis de cada diez la situación como un elemento más importante que la estrategia empresaria”. Agregamos que aquellas personas que no lo logran sentencian su propio fracaso.

“La cultura organizacional es el  ADN de la organización engloba la personalidad de cada  empresa,  esa serie de rasgos característicos que la diferencia del resto de compañías y la hacen única.  Así, el profesor Idalberto Chiavenato, en su libro  Introducción a la teoría general de la administración  la define como “el conjunto de hábitos, creencias, valores y tradiciones, interacciones y relaciones sociales típicas de cada organización que representan las normas  informales y no escritas que orientan la conducta de los miembros  de la organización día con día y que le dan sentido a  sus acciones para la realización de los objetivos u organizaciones «, esa serie de rasgos característicos que la diferencia del resto de las compañías y la hacen única”. 

https://www.academia.edu/34851371/CULTURA_ORGANIZACIONAL

Todo esto nos lleva a plantearnos seriamente la filosofía de la conducción organizacional, de la cultura organizacional cooperativa, la formación de los cuadros dirigenciales y en sus diversos niveles y en especial la educación, la re-educación cooperativa en los asociados y pueblo en general por medio periodísticos en esa batalla cultural ante el individualismo.

El hombre organizado es el resultado de un proceso largo y difícil: vencer al individualismo. La estrategia y táctica-definida por la organización- son guías para la acción.

La conocida “resistencia al cambio”  puede obedecer a diversas razones: campesinismo, caprichos personales, competitividad, egoísmo, mezquindad, inseguridad de personalidad, en fin, todos vicios del entorno capitalista que entorpecen el desarrollo organizacional y personal. Pero está claro que el individualismo es incompatible con la conducción organizacional, por ello, se debe persistir en la construcción del hombre y mujer cooperativo, ¡karajo!

Aportamos algunos conceptos pertinentes, extraídos  de  “Conducción Política” de Juan Domingo Perón.:

“Algunos creen que gobernar o conducir es hacer siempre lo que uno quiere. Grave error”.

“Quiero hacerles comprender de  que no se conduce ni lo orgánico ni lo anárquico. Se conduce sólo lo orgánico y lo adoctrinado, lo que tiene una obediencia y una disciplina inteligente y una iniciativa que permite actuar a cada hombre en su propia conducción”.

“Unidad de concepción, unidad de acción”

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
 

 

 

 

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