Por Rómulo Pardo Silva ***
El poder lo tienen los empresarios a nivel mundial y nacional. Son dueños de la economía y la ideología común.
La casi totalidad de la población mundial acepta como meta de la política el productivismo/consumista necesario a los capitalistas. No sabe ni le importa que continuarlo será imposible.
Como consecuencia el voto ciudadano en las elecciones oscila en normalidad entre la derecha y la izquierda del sistema.
Esas fuerzas complementarias presentan diferencias sobre valores sociales, distribución del ingreso, derechos laborales, comportamientos ecológicos…, matices que dificultan ver su acuerdo de base.
Con esas banderas compiten para instalarse en los cargos.
Esa oposición discursiva por intereses casi personales es grave porque distrae de la preparación de un modo de vida radicalmente distinto como respuesta global al colapso del sistema empresarial insostenible de recursos minerales, clima, energía, agua…
Con la ayuda de los empresarios de los medios la postura izquierda de la derecha atrae a personas que podrían ser parte honesta del esfuerzo de cambio de civilización.
La izquierda civilizatoria debe asumir que su trabajo empieza de cero y solo crecerá con persistencia, hechos duros de realidad y abandono de la ilusión de ser poder ahora.
Cualquier intento o incluso éxito presente es derivar a ser parte del orden sin futuro.
El Orden planetario de los empresarios es insostenible en el tiempo. No les sirve ni siquiera la conquista.
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