PENSAR MALVINAS MÁS ALLÁ DEL 2 DE ABRIL


Por Estefanía Cendón   ***

«La memoria de nuestros ex combatientes debe tener un lugar de privilegio en las políticas públicas nacionales», sostiene el fiscal Gabriel De Vedia quien presentó dictámenes en 2013 para que las pensiones por combate en la guerra en Malvinas sean abonadas desde el 2 de abril de 1982.



«La memoria de nuestros ex combatientes debe tener un lugar de privilegio en las políticas públicas nacionales»
, sostuvo el fiscal Gabriel De Vedia en díalogo con Agencia Paco Urondo. En permanente conversación con los excombatientes, De Vedia nos aporta un análisis profundo sobre la génesis de este conflicto,  las secuelas inherentes a su desarrollo, así como nos brinda herramientas para leer Malvinas en lo cotidiano: la lucha por la soberanía.

APU: ¿Cuál fue su experiencia con los ex combatientes de Malvinas?


Gabriel De Vedia:
Mi primera experiencia tiene que ver con mi estado de ánimo durante la guerra. Si bien no tenía contacto con los combatientes, en el año 1982 y con 18 años sentía mucha bronca. En el marco de una dictadura se gestó un conflicto bélico espantoso. Yo pensaba que la dictadura había entrado en este conflicto porque estaba perdiendo peso ante la misma ciudadanía que los apoyaba, ya que hablamos de una dictadura cívico-militar. La razón del conflicto era congraciarse con los argentinos, perpetuarse y dar una señal al mundo de que esa dictadura cívico-militar, como en otros países de América, acá estaba de pie. En ese marco de tortura y desaparición de gente enviaban a los conscriptos cuando existía un ejército profesional. Con el tiempo, cuando me estaba formando como profesional, me acerqué a los ex combatientes. Siendo fiscal hice los primeros dictámenes que le reconocían el derecho a pago de pensiones como héroes de Malvinas desde el 2 de abril de 1982, cuando se inició el conflicto. Mi sensación es que siempre fueron olvidados, ninguneados y que el Estado argentino no estaba a la altura de nuestros héroes. No estaba a la altura tanto de los que partieron durante el conflicto y posterior al mismo, como de aquellos que han quedado con secuelas ya sea algún grado de inferioridad física o psíquica, como los que pudieron reinsertarse. Fue más grande la actitud de los combatientes que el reconocimiento por parte del Estado argentino.

APU: ¿Puede especificar el carácter de esos dictámenes que presentó?

GDV: Como fiscal dictaminé opinando que las pensiones de guerras a lo combatientes deben ser abonadas desde el 2 de abril. El Estado argentino les reconoció a nivel nacional la pensión por combatientes, pero las empezó a pagar desde que se dictó esa norma.

APU: ¿En qué año fue dictada esa norma?

GDV: En 1996. Lo que yo sostengo es que les corresponde el pago desde 1982. Existe un razonamiento o argumento jurídico llamado hecho generador, mediante éste se sostiene que el derecho tiene su origen en el hecho generador. Si el Estado argentino mediante una ley los reconoce como héroes de Malvinas no les puede pagar la pensión desde el momento en que lo está reconociendo, sino desde el hecho que genera ese reconocimiento. Desde que yo hice esos dictámenes hubo mucho más diálogo con los excombatientes porque encontraron en mis argumentos que lo hacía no sólo mediante un razonamiento jurídico – técnico, sino que también abordaba un costado humano.

APU: ¿Cuándo presentó estos dictámenes y en qué estado se encuentran?

GDV: El primero fue en 2013. Una vez presentados los dictámenes hay sentencias. Algunos jueces me siguen, otros no. Luego se apela en la cámara y terminan en la corte.

APU: Hoy las pensiones se cobran según lo dictaminado en 1996.

GDV: Sí.

APU: ¿Qué instancia atraviesa el reclamo de los ex combatientes?

GDV: Se encuentra en distintos estadios porque cada ex combatiente realiza acciones individuales, a veces hay acciones colectivas, pero en principio son acciones individuales. Muchos han sido judicializados, sobre todo por el pago de ese retroactivo desde el 2 de abril de 1982 hasta 1996. Algunos están en la corte esperando la sentencia. Son procesos extensos, pero estas causas deben ser imprescriptibles.

APU. ¿No pueden prescribir porque son «héroes de la patria» para siempre?

GDV: Sí, las secuelas que deja atravesar una guerra te acompañan toda la vida. Son muy difíciles de tratar.

APU: Teniendo en cuenta esta deuda que el Estado argentino mantiene con los ex combatientes ¿Cómo se puede leer Malvinas y sus implicaciones en la actualidad?

GDV: Hay que entenderlo desde la soberanía, el elemento esencial para comprender lo que es un país, una nación, una república. La soberanía sobre la tierra y sus recursos, de la misma forma que podemos entender cualquier provincia argentina: tenemos tanta soberanía sobre Tucumán y Jujuy como sobre Malvinas. Los ingleses tomaron las islas Malvinas por cuestiones estratégicas, usurparon el territorio y lo llenaron de población sajona. Por otra lado analizo el conflicto desde la incapacidad de no haber podido lograr desde el diálogo en las Naciones Unidas que restituyan o reconozcan la soberanía y los ingleses se vayan de las islas.

También es interesante leer Malvinas desde la importancia de ejercer la soberanía, como es dictar leyes y que se apliquen, tener las autoridades judiciales en las islas, que los recursos de las islas queden en Argentina.


APU: ¿Considera que subyace entre los ex combatientes la defensa de los recursos naturales?

GDV: Los ingleses toman Malvinas por una cuestión estratégica porque permitía el paso de un océano al otro. Argentina reclamó siempre una soberanía plena, los gobiernos democráticos han reclamado en Naciones Unidas. Por su parte los militares durante su gobierno de facto decidieron entrar a la guerra jugando con el sentimiento, la emoción y el espíritu de chicos de 18 y 19 años que entendían que había
que «dar la vida por la patria». Al hablar con los combatientes son muchos los que me decían eso. Hay un sector del pueblo argentino, sobre todo del interior profundo, entre los que el sentimiento por la idea de la patria, lo común, lo colectivo es muy fuerte. Los militares jugaron con ese sentimiento. Encima de esta situación, el ejército argentino trató mal a los conscriptos, fueron víctimas de delitos de lesa humanidad porque existieron abusos que han sido judicializados.

Sin embargo, nuestros jóvenes entendían que había que reivindicar las islas Malvinas por el presente y por el futuro, lucharon por la soberanía de esas tierras. Para los que no estuvimos en Malvinas es difícil comprender el sentimiento de quienes estuvieron en las islas, quienes vivieron la experiencia de luchar por ese teritorio, ver sus compañeros que morían y aun así hacían de soporte para salvar la vida al otro. No sólo los conscrptos, las mujeres enfermeras también arriesgaron su vida por la patria. La dictadura fue una gran puesta en escena, sin ir más lejos se realizó una transmisión de 24 hs en donde se recaudaron alimentos, ropa y otro tipo de donaciones para los soldados. Nada de ello llegó, fue una farsa. Detrás funcionaba un esquema de exterminio y desaparición de personas, y la guerra de Malvinas formó parte de ese Circo Romano mediante el que buscaban ocultar las atrocidades que cometió la dictadura cívico-militar.

APU: En relación con la anterior pregunta, ¿Qué nos aporta hoy Malvinas a la lucha por nuestros recursos y por nuestra soberanía?

GDV: Lo central es la soberanía y la lucha por la soberanía tiene varios estadios. Pensemos el caso de Venezuela, hay detrás una lucha feroz por el petróleo. Estados Unidos estuvo históricamente interesado en el petróleo de Venezuela. Juan Pablo II ya hablaba del Capitalismo salvaje. No se respeta la soberanía, se la relativiza. Nuestros héroes de Malvinas lo primero que nos aportan es el ejemplo, una conducta que debe ser imitada y que nos invita a reflexionar sobre cómo debe vivir una persona en compromiso con la patria. Nos muestra la valentía como un valor esencial y que se puede amar a la patria sobre cuestiones personales. Pero también nuestros combatientes nos enseñan con muchas actitudes posteriores a la guerra, a pesar del ninguneo y desplante del gobierno argentino.

La dictadura los utilizó, pero también fueron utilizados después al ser llamados «héroes de guerra» cuando le conviene a algún funcionario de turno. Después del 2 de abril los dejan solos, se olvidan de ellos. Teniendo un ejército profesional, muchos ocupaban cargos burocráticos durante la dictadura y mandaron a pelear a estos jóvenes que nos dan lección hasta hoy de lo que es el amor a la patria. Quienes usurparon el poder estaban detrás de los escritorios y mandaron a pelear a los chicos. Fueron utilizados como estrategia durante una dictadura en decadencia, luego fueron olvidados y posteriormente en función de la conveniencia del gobierno de turno se acuerdan nada mas que para mostrarlos en actos eleccionarios. No cuentan aún con el reconocimiento humano, ni pecuniario que corresponde. Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro. La memoria de nuestros ex combatientes debe tener un lugar de privilegio en las políticas públicas nacionales.

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