Por Rómulo Pardo Silva ***
Muchos en la izquierda del sistema la tienen el hábito. Seguir, buscar, disfrutar y analizar seriamente lo que dicen parlamentarios, partidos, ministros, rompiendo la monotonía sistémica de la semana, el mes, el años, los años.
Dijo un garabato… calificó de tal aquello… encaró a ése… le enrostraron que hace años apoyó… cae la mesa de la cámara… colocó a un pariente en el ministerio…
Es un juego que termina en nada. Pero gusta.
Lo estructural desaparece, se sigue sin alternativa al colapso ecológico, nuclear, climático… Son cosas que pasan.
Es la negación in-consciente de lo político, la lucha para oponer formas de sociedad. Ir a lo hondo significara la guerra verdadera.
Hay periodistas y patrones de periodistas para eso. Analistas en sillas de televisión. Académicos.
Un espacio de rabia y venganza renovado pero siempre nada. El mismo teatro de la civilización mercantil.
El tema para los dinosaurios era la desaparición no otros.
Una izquierda del sistema es conservadurismo
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