Debido al alto nivel de las becas que se otorgan a los seleccionados, la participación en el CILD se transforma en el acceso a oportunidades soñadas por los concursantes. En la edición de este año Gabriel Barbosa, de 16 años, de la ciudad de Asis, del Estado de San Pablo, Brasil, finalizó exultante con la sonrisa dibujada en el rostro después de haber sido premiado en la categoría juniors del baile clásico y de haber recibido becas de perfeccionamiento en ciudades de Estados Unidos.
Barbosa terminó ubicado en el segundo puesto en la categoría juniors del baile clásico de repertorio y como consecuencia de su desempeño recibió una beca del 100% para el 2019 para el Programa Junior Artist Ballet Clásico en el Ajkun Ballet Theatre, de Nueva York, también recibió una beca de estudio para febrero y marzo de 2019 y su participación en el Youth America Grand Prix de California entregado por la Richter Academy of Classical Dance de Lake Forest, California. Además, se le entregó una invitación para un papel en la obra “El Cascanueces”, que montará la maestra Lauren Richter en el Richter Academy of Clasical Dance.
Al concluir la gala del domingo, en la que se lució en el escenario con una parte de El Corsario, contó que “me siento muy feliz porque es la recompensa que tengo después de tanto esfuerzo de ensayos y clases. Estoy muy contento por los resultados obtenidos en el concurso”.
Con la ilusión reflejada en sus ojos marrones, agregó que “voy a tratar de aprovechar todas las oportunidades, tengo que ver con los compromisos que ya tengo, festivales, concursos o trabajos que ya tengo previstos. También tengo que ver la posibilidad financiera para poder participar de las becas que obtuve, sino voy a tratar de cederle el lugar a gente que pueda ir”.
Gabriel también fue invitado a participar en la obra Cascanueces, cuyo montaje se hará durante este mes, al respecto aclaró que “en esa misma fecha tengo otra propuesta, pero voy a tratar de venir porque es una oportunidad única, teniendo en cuenta que tengo hospedaje y alimentación disponible, me llama mucho la atención, así que voy a tratar en lo posible de participar”.
El concursante becado para ir a Norteamérica también comentó que empezó a estudiar danza a los nueve años, que ya decidió que en el futuro lo único que le interesa es ser bailarín profesional para lo que ya se formó en su país y actualmente se encuentra realizando un curso de especialización para ser profesional. Aunque está abierto a todas las oportunidades le gustaría bailar algún día en el Ballet de Hamburgo, Alemania, el de Sidney, Australia, o el Marinski, de San Petersburgo, en Rusia, pero tiene la cabeza abierta para las otras oportunidades que se presenten.
Respecto a su participación en el CILD dijo que aconseja a los demás estudiantes de danza que vengan a competir porque le agradó “muchísimo, tanto la cuestión de las clases como los maestros, el jurado, el escenario, está muy bien organizado”.
