EL PUEBLO DELIBERA, ELLOS VETAN…Y SE PREPARA EL PARO NACIONAL



por Alejandro Mosquera ***

La oposición logró aprobar una ley que frena lo peor del Tarifazo, Macri la vetó inmediatamente para no dar lugar a especulaciones y tratar de pasar rápidamente la derrota política y protegerse con el escudo mediático que trataría de pasar rápidamente a otros temas.

Para algunos periodistas se trato de un debate para la tribuna de los dos lados, donde la necesidad de atenuar las tarifas no estaba. El análisis apenas oculta que estamos frente a un examen que promueven desde la Rosada en la búsqueda de un control de daños para la figura presidencial y para que nadie de la oposición acumule el enorme rechazo social al tarifazo y al veto. Vieja treta de los operadores comunicacionales que les hablan al oído para que algunos repitan como sesudos exámenes de la realidad.

El gobierno apela en ese control de daños a exigir que todo cambiemos ponga la cara por el rechazo a la ley y defienda las tarifas dolarizadas de los servicios. Lilita estuvo todo el programa a dos voces, con mas incoherencias que otras veces, los radicales utilizaron a Luis Brandoni, y las espadas PRO como Vidal y Larreta tuvieron que salir a poner el cuerpo, dando por ahora por tierra con el plan

​B. La exigencia de Macri sirve para mantener unida a la coalición, co-responsabilizar a todos por el tarifazo, y hablarle al núcleo duro de su voto. También en ese control de daños, para los enojados con el gobierno pero que no están encolumnados con la oposición, desarrolla la idea antes explicada de que todos son malos y responsables. Que la política toda esta alejada de la gente, y que solo especulan, gritan y discursean pensando en las elecciones del 2019. Una variante emparentada con la anti-política.

Y de fondo, una concepción cultural que impulsan las clases dominantes:

se pueden tener opiniones diversas sobre lo que es justo, pero en el mundo actual no hay otras alternativas que las planteadas en el marco del capitalismo salvaje, el neoliberalismo, y todo el poder al mercado. Eso si se puede discutir si hay buena o mala gestión sobre la base de ese marco. Cuestionarlo es demagogia. Y plantear otro camino, otra política es imposible.

Sin embargo, las acciones políticas de estos días, las movilizaciones en múltiples conflictos que se extienden en todo el país, las concentraciones contra el FMI, y también los escenarios de las dos cámaras del Congreso, incluido la aprobación de la ley anti-tarifazo, expresan un realineamiento profundo de fuerzas que todavía no ha terminado.

Desde el rechazo popular a la reforma previsional esta creciendo la oposición social a la política del gobierno, y también en diferente proporción la resistencia activa al ajuste.

Esto ha servido para que no haya una derrota estratégica del movimiento popular y sus fuerzas transformadoras. Y enfrentar el ajuste y lentificarlo. También para cuestionar la idea de algunos progres que veían en Cambiemos una nueva derecha pos neoliberalismo con capacidad de gestión.

La estrategia estabilizadora del poder real es la competencia y alternancia entre dos polos de fuerza diferentes,

pero en el que se garantice las políticas de mercado, la soberanía controlada por el FMI y otros organismos internacionales, un salario en dólares de los trabajadores argentinos en la media latinoamericana, y una gobernabilidad pactada donde pierda espacio el Congreso y la sociedad civil.

Según este programa puede haber por derecha e izquierda fuerzas testimoniales que no cuestionen la gobernabilidad, y que incluso sean un caño de escape para el malestar que provocan las políticas neoliberales.

Lo que no esta permitido son fuerzas populares y de izquierda con vocación mayoritaria y de romper esa alternatividad de culones y se propongan un poder democrático diferente.

Hoy al orden del día después de la ley y el veto, de los aumentos de tarifas, de alquileres, de alimentos, de los remedios, de nuevos despidos y otros en etapa de planificación, está la construcción de un paro nacional.

Es necesario crear una coordinadora muy amplia que junto a las centrales obreras garantice el paro. Coordinar los esfuerzos, donde todos confluyamos, tanto del movimiento obrero, las organizaciones de pymes y de empresarias/os nacionales, los movimientos sociales, las/os estudiantes, intelectuales y artistas, las/os jubiladas y jubilados, los organismos de derechos humanos.

El Paro nacional será la muestra mayoritaria del rechazo a las políticas de ajuste, al sometimiento al FMI y a las restricciones de la democracia que están en marcha. Será también un paso en un plan de lucha, que con inteligencia y coherencia de batalla contra el neoliberalismo.

Nuestro pueblo después del triunfo electoral de la derecha neoliberal tiene que hacer una experiencia, la lucha es una gran escuela, donde no solo se construye unidad, sino el programa alternativo del futuro, cuando podamos derrotar al peor pasado que hoy está en el gobierno.


 

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