Enfoques cooperativos, Hoy: ¿Estamos en disputas de ideas sobre el modelo de vida?

Por José Yorg, el cooperario. 

“Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá, afirmar sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.” Ayn Rand 



Hablar o proclamar la idea del “buen vivir” o el derecho a una vida digna, es la mayor irritación que sufren  los financistas vaciadores globalizados.

Leyendo “El buen vivir y su tutela jurídica en la jurisprudencia de la corte constitucional ecuatoriana” del Centro de Derechos Humanos Facultad de Jurisprudencia Pontificia Universidad Católica del Ecuador, lectura que recomendamos, nos referiremos como punto de análisis a la expresión el sumak kawsay o buen vivir.

 ¿Qué idea se antepone a este verdadero paradigma? Veamos:

“Buen vivir”

 “El “buen vivir” o “sumak kawsay”, como se lo expresa en el Preámbulo de la Constitución ecuatoriana, acudiendo al runa shimi o lengua kichwa, que es la lengua ancestrales más habladas en el Ecuador, y constituye una categoría simbólica que denota, en la cosmovisión de numerosos pueblos originarios, un conjunto de valores que dan sentido a la existencia en el plano individual y colectivo. Significa vida en armonía y conjuga la relación con el entorno natural, la “tierra sin mal” y con la cultura o “sabiduría de los ancestros” (Viteri, 2006).

 “Vivir mejor”

 El  “vivir mejor”, es decir, en una permanente tensión por contar con más recursos para atender mayores necesidades, en una espiral ascendente y sin fin en la que el progreso es empujado por la insatisfacción. Ese paradigma de buscar siempre “vivir mejor” encuentra su expresión, en la teoría económica del neoliberalismo y del capitalismo tardío, a través de la concepción del crecimiento económico como base del desarrollo social. (Dávalos, 2008)

 

Se ha insistido en reiteradas expresiones de pensadores y expertos en análisis económicos y políticos que nunca la humanidad ha alcanzado tanto desarrollo científico y tecnológico en su largo recorrido histórico como en la actualidad ,sin embargo, la cuestión de injusticia social, desamparo laboral, de vivienda, de salud, de seguridad, etc., no se resuelve.

¿Cómo es posible lo expuesto en el párrafo anterior?

La ansias de poder, de dominación, de centralidad ideo-política responden al nervio de la creciente tasa de ganancia, sin interesarse si es justo o no.

Precautelar lo social

En Argentina, lo hemos señalado,  que no escapa a nadie de la posibilidad  de entrar en un tiempo de mucha incertidumbre y nerviosismo social en razón a la vuelta al Fondo Monetario Internacional-FMI.

 La idea del pensamiento único campea pretendiendo apagar o menoscabar las ideas solidarias, los nobles valores y principios cooperativos y en función a ello nuestra cooperativa Insta públicamente a debatir sobre Plan de contingencia social ante una  posible espiral inflacionaria económica y financiera. Entendemos que el buen vivir debe primar. Allí radica la disputa de ideas sobre el modelo de vida, es el límite.

Estamos en un momento crucial en el que cabe preguntarse: ¿sufriremos otro proceso de crisis económica e institucional o avanzaremos hacia un mayor control social de la economía?

A nosotros, desde TECNICOOP, referentes de la economía social y solidaria, nos parece que debemos precautelar la paz, la justicia social, la equidad y la buena gobernanza orientadas a garantizar las  condiciones de vida digna,  “Buen vivir”, de todos los argentinos/as.

 El cooperativismo surgió como una reacción amigable pero impetuosa contra esa mala costumbre de expoliar a las personas, esa execrable manera de acumular riqueza sobre el sudor y la sangre de los desposeídos, como bien nos advierte en su forma gauchesca José Larralde, “doblando el lomo pa que otro dueble sus bienes”. Anteponemos a ello el cooperativismo, que es en sí mismo un plan de desarrollo humano superador, es hora de comprenderlo.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

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