Por Carlos Bosch***
¿Qué siente un comerciante cuando instala una fila de clavos en su vidriera sabiendo que un niño jugando puede ensartarse en ella?: Se siente amparado por la policía, que con la excusa de proteger al ciudadano dispara por la espalda a niños.
Se siente amparado por jueces que tuercen la justicia a favor de sus amigos, por una ministra obediente que cambia protección por amenaza. Se siente amparado por otro ministro que no conoce las palabras ética, moral, servicio y solo le interesa proteger su riqueza.