Enfoques cooperativos, Hoy: ¡Darnos cuenta, por favor!

Por José Yorg, el cooperario.

 

“Mejorando el entorno se mejora al hombre”. Robert Owen

“La verdad os hará libres”. Juan 8:31-38.

 

Buscando-ingenuamente-relajarnos en un tiempo ocioso, buscamos en internet una película para tal fin, y nos tropezamos con un film argentino denominado “Darse cuenta”. Impactante y lleno de mensajes con ternura, con invitación a no perder lo humano.

La película refiere al drama que engendra la crisis moral derivada de la crisis económica de la dictadura militar, fue  estrenada el 30 de agosto de 1984 y según la sinopsis de la misma, fue dirigida por Alejandro Doria y protagonizada por Luis Brandoni, Dora Baret, Luisina Brando, Darío Grandinetti y China Zorrilla, quien también fue responsable de la idea para el argumento. Obtuvo cinco premios, incluido el Cóndor de Plata como Mejor película en 1985.

Durante los años finales de la oscura época de la última dictadura cívico-militar y la guerra de Malvinas, un joven (Darío Grandinetti) sufre un accidente automovilístico y es trasladado a un hospital público (Dr. Francisco Javier Muñiz). En coma y con graves afecciones en su columna, los profesionales consideran que no tiene probabilidades de sobrevivir dignamente, y es prácticamente abandonado en ese estado por su familia, pareja y amigos. Sin embargo, un médico obstinado, solidario y de principios (Luis Brandoni) lucha por salvarlo, con la ayuda de una de las enfermeras del lugar (China Zorrilla). El joven vuelve a caminar. Un canto a la esperanza, a la vida.

¿Por qué la pobreza trae aparejada la permeabilidad a ideas fascistas?

Recurrimos para entender esta cuestión a un artículo bajo el título “Psicopatología de la clase media pauperizada”. Informe especial sobre el rumbo del país y la sociedad argentina. (2010) Por el Dr. Ángel Fiasché. Publicado 2012 por http://losmontesdelaloca.blogspot.com.ar/.

“Es demasiado obvio que empobrecerse y modificar las costumbres de la vida cotidiana genera un sentimiento de pérdida de lo que se tuvo y dejó de tenerse. Es natural que esta circunstancia se acompañe en la mayoría de los casos de un cuadro depresivo, reactivo a los cambios que impone esta situación, y un sentimiento de rabia o resentimiento, generalmente hacia el sistema social que lo provoca”.

“Esta experiencia de pérdida, la cual muchas veces no tiene injerencia causal en los conflictos individuales que la acompañan, demanda un proceso de cambio que puede expresarse de distintas maneras, ya sea una rebeldía, una adaptación activa o, en última instancia, una sobre adaptación”.

“La dinámica de este proceso moviliza -como cualquier otro conflicto psicoafectivo- un «qué», un «cómo» y un «por qué»- en el interrogante que la estructura cognitiva trata de indagar e investigar. Es decir, la búsqueda de una respuesta que provenga de lo interno, de lo externo o de factores desconocidos que nos ayudan a la comprensión de lo que pasa y de lo que nos pasa, y por qué nos pasa”.

El cooperativismo surgió de las entrañas del capitalismo industrial, y surgió como reacción a ese capitalismo depredador instalado en la urbe, en la ciudad, atrayendo a miles a vivir una mísera existencia. Por eso el cooperativismo es contestatario y transformador de realidades humillantes.

Sin dudas, el cooperativismo cumple también una función terapéutica social: Propicia la autovaloración compartida, con el otro, co-operando con el compañero, construye  la redención socio-económica. Ya es hora que nos demos cuenta, por favor.

Las protestas sociales, los cortes de rutas, los cacerolazos y otras formas de evidenciar las insatisfacciones sociales derivadas de políticas de ajustes y despidos, son, sin embargo, como se suele aludir sólo “la punta del témpano, del  iceberg”  puesto que se pone en tela de juicio los problemas puntuales y para peor separados entre sí, como sino respondieran al origen de la misma causa que lo engendra: la voracidad capitalista financiera.

Lo hemos dicho y lo repetimos aquí y ahora mismo que “No entender las bondades del cooperativismo es ser un imbécil incorregible”, comprobable de la siguiente manera, entre otros:” Juntad diez personas bajo la concepción de unidad y habrá cooperativismo; por el contrario, juntad diez personas bajo la concepción individualista y habrá esclavitud”.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

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