PEQUEÑAS HISTORIAS MUNDIALES



Por Juan José Panno

De 1930 a hoy.

El primer Mundial de la historia se jugó en Uruguay en una sola ciudad, Montevideo. Participaron nueve selecciones americanas y cuatro europeas que disputaron un total de 18 partidos (en la actualidad se juegan 64 partidos). La final estaba cantada: Uruguay y Argentina “el clásico de barrio mas grande del Mundo”, según la brillante definición de Juan Sasturain.

El partido decisivo lo jugaron con una pelota argentina en el primer tiempo, y con un pelota uruguaya en el segundo. El resultado parcial fue 2-1 a favor de Argentina, pero el resultado final fue 4-2 a favor de Uruguay. Premio consuelo: el argentino Guillermo Stábile, con ocho tantos, fue el goleador del torneo. Para llegar a la final Argentina despachó a Francia (1-0), México (6-3), Chile (3-1), y Estados Unidos (6-1).

Pancho Varallo

Francisco Varallo contó en varios reportajes que Luis Monti, a quien habían amenazado de muerte, casi se pone a llorar cuando le anunciaron que tenía que jugar la final. Dijo que hubo varios compañeros que entraron a la cancha apichonados. El mismo Varallo aseguraba que antes de la final, como tenía una rodilla lesionada, probó pegándole patadas a una pared. “En la cancha sentía un dolor insoportable, pero tuve que seguir porque no había cambios”, contó apenado. Varallo fue el último sobreviviente de aquél plantel argentino. Murió en la Plata el 30 de agoto del 2010. Tenía 100 años.

Arbitro cajetilla

El árbitro del partido final fue el belga Jean Langenus, un personaje muy singular que también trabajaba como periodista deportivo y funcionario del gobierno municipal de Amberes. Se vestía como un cajetilla para entrar a la cancha: chaqueta, corbata oscura, camisa blanca, pantalones tres cuartos y medias negras. No le hacía ninguna gracia dirigir la final por el clima que percibía, y por eso les exigió a las autoridades uruguayas un seguro de vida para el caso de que el campeón fuera Argentina. El tipo terminó el partido seis minutos antes, y se lo vio correr como un fantasma hacia el puerto para tomar el buque que lo llevaba de vuelta a Europa.

Adán

El primer gol de la historia de los mundiales lo hizo el francés Lucien Lauren (el Adán del fútbol, lo bautizó la revista El Gráfico) en el partido en el que Francia goleó 6-1 a México. El encuentro no se jugó en el Centenario, sino en una cancha de Pocitos donde Peñarol jugaba como local, y que tenía una reducida capacidad: mil espectadores. Laurent jugó en total 11 partidos con la selección francesa y marcó dos goles, el que le dio la fama eterna y otro más contra Inglaterra. Durante la Segunda Guerra Mundial, enrolado en las filas del ejército de su país, fue prisionero de los alemanes y liberado años más tarde. “Me salve milagrosamente”, declaró más de una vez. Murió el 11 de abril del 2005.

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