Enfoques cooperativos, Hoy: Del impulso de la reconversión mental neoliberal-nueva versión.

Asistimos a un teatro donde vemos cómo la realidad retrógrada es socialmente construida a partir del rencor. Entramos a una contienda cultural desatada por los profetas neoliberales-nueva versión, que pretende alterar el sentido humanista. Buscan borrar el sentido cooperativo, el afecto solidario.
Por José Yorg, el cooperario.

 

“De todas las ruinas del mundo, la ruina del hombre es, sin duda alguna, el más triste espectáculo”. Théophile Gautier.

Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad”.H. G. Wells

 

La tendencia de los procesos de reconversión mental, cultural e ideológica que impulsa-cual  huracán- el renovado neoliberalismo es abrumador, en verdad. La represión al pueblo confirma dondequiera que sea, ya lo hemos dicho y lo repetimos que el maltrato gubernamental  es parte del paisaje y los turistas se aburren.

Asistimos a un teatro donde vemos cómo la realidad retrógrada es socialmente construida a partir del rencor. Entramos a una contienda cultural desatada por los profetas neoliberales-nueva versión, que pretende alterar el sentido humanista. Buscan borrar el sentido cooperativo, el afecto solidario.
Por José Yorg, el cooperario.
 
 

 

 

“De todas las ruinas del mundo, la ruina del hombre es, sin duda alguna, el más triste espectáculo”. Théophile Gautier.

Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad”.H. G. Wells

 

 

La tendencia de los procesos de reconversión mental, cultural e ideológica que impulsa-cual  huracán- el renovado neoliberalismo es abrumador, en verdad. La represión al pueblo confirma dondequiera que sea, ya lo hemos dicho y lo repetimos que el maltrato gubernamental  es parte del paisaje y los turistas se aburren.

Muchos intelectuales,  pensadores de círculos académicos y de los otros, nos explican este nuevo fenómeno socio-económico, pero siempre quedamos huérfanos de conclusiones. En realidad… ¿Qué buscan?

Alterar la distribución de los beneficios sociales. E infectar la definición conceptual acorde a esa nueva realidad que la sostiene y reproduce esa lógica mental, y lo hace a través de los medios masivos de comunicación que conlleva a naturalizar las injusticias sociales que de ella derivan. En realidad, el neofascismo está resurgiendo, creando rencores contra políticos corruptos que son despojados legalmente de sus empresas y que, sin más, son concentradas en nuevas garras, nada para el pueblo. Como dice el cantautor santafesino Orlando Vera Cruz “y todo lo suyo es mío en un Jesús alabado”.

Así asistimos a un teatro donde vemos cómo la realidad retrógrada es socialmente construida a partir del rencor. Entramos a una contienda cultural desatada por los profetas neoliberales-nueva versión, que pretende alterar el sentido humanista. Y es nueva porque estamos en el ciclo financiero del capitalismo, última parada, las dos anteriores fueron la etapa comercial y la etapa industrial.

Buscan borrar el sentido cooperativo, el afecto solidario, buscan desterrar de las mentes y de los corazones de los pueblos el deseo del buen vivir. Y que impere aquello de “El hombre lobo del hombre

Sigamos con los versos de Orlando Vera Cruz en su canción “Cayendo”:

“¡Proteste a ver lo que pasa! Por “calumnia” va a la reja, si reclama “está chupao”, y si se enoja… lo abuenan. ¡Qué otro remedio, mi cumpa, qué otro camino nos queda, que afilar el mellao viejo y putearlos donde quiera! Así he visto a pobres criollos con su cuadrilla ´e vacas, irlas perdiendo en la estaca entre un mogotal de embrollos, entre un “se ha muerto de flaca” y un “malparió y se fue al hoyo”. Asesino y criminal resulta e que no se dobla. ¡Pa´ las gallinas desgranan los maíces de la paciencia! Pa´ cuidar a los paisanos debe ser la policía, pa´ hacer respetar sus cosas, su dignidad, sus vaquitas. Después dicen que los criollos de haraganes pierden todo. ¡Cómo pa´ ganar al truco con un juego de ese modo!

Por ello, nos alertó el notable cooperativista Meyer Dubrovsky, otro santafesino, en concreto, de Las Palmeras: “Los grandes grupos concentrados de la economía, los grandes beneficiarios de este ajuste, nos han revelado que el neoliberalismo es, en el fondo, el genocidio de la humanidad”.

Pero también e inmediatamente Dubrovsky nos señaló que “El cooperativismo es una herramienta para resolver los problemas y ataduras que ocasionan los intereses de esos grandes grupos económicos”. Y en verdad puede perfectamente ser así, en la medida en que el movimiento cooperativo internacional, través de sus dirigencias, así lo comprendan e impulsen con vigor necesario esa senda.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

Muchos intelectuales,  pensadores de círculos académicos y de los otros, nos explican este nuevo fenómeno socio-económico, pero siempre quedamos huérfanos de conclusiones. En realidad… ¿Qué buscan?

Alterar la distribución de los beneficios sociales. E infectar la definición conceptual acorde a esa nueva realidad que la sostiene y reproduce esa lógica mental, y lo hace a través de los medios masivos de comunicación que conlleva a naturalizar las injusticias sociales que de ella derivan. En realidad, el neofascismo está resurgiendo, creando rencores contra políticos corruptos que son despojados legalmente de sus empresas y que, sin más, son concentradas en nuevas garras, nada para el pueblo. Como dice el cantautor santafesino Orlando Vera Cruz “y todo lo suyo es mío en un Jesús alabado”.

Así asistimos a un teatro donde vemos cómo la realidad retrógrada es socialmente construida a partir del rencor. Entramos a una contienda cultural desatada por los profetas neoliberales-nueva versión, que pretende alterar el sentido humanista. Y es nueva porque estamos en el ciclo financiero del capitalismo, última parada, las dos anteriores fueron la etapa comercial y la etapa industrial.

Buscan borrar el sentido cooperativo, el afecto solidario, buscan desterrar de las mentes y de los corazones de los pueblos el deseo del buen vivir. Y que impere aquello de “El hombre lobo del hombre

Sigamos con los versos de Orlando Vera Cruz en su canción “Cayendo”:

“¡Proteste a ver lo que pasa! Por “calumnia” va a la reja, si reclama “está chupao”, y si se enoja… lo abuenan. ¡Qué otro remedio, mi cumpa, qué otro camino nos queda, que afilar el mellao viejo y putearlos donde quiera! Así he visto a pobres criollos con su cuadrilla ´e vacas, irlas perdiendo en la estaca entre un mogotal de embrollos, entre un “se ha muerto de flaca” y un “malparió y se fue al hoyo”. Asesino y criminal resulta e que no se dobla. ¡Pa´ las gallinas desgranan los maíces de la paciencia! Pa´ cuidar a los paisanos debe ser la policía, pa´ hacer respetar sus cosas, su dignidad, sus vaquitas. Después dicen que los criollos de haraganes pierden todo. ¡Cómo pa´ ganar al truco con un juego de ese modo!

Por ello, nos alertó el notable cooperativista Meyer Dubrovsky, otro santafesino, en concreto, de Las Palmeras: “Los grandes grupos concentrados de la economía, los grandes beneficiarios de este ajuste, nos han revelado que el neoliberalismo es, en el fondo, el genocidio de la humanidad”.

Pero también e inmediatamente Dubrovsky nos señaló que “El cooperativismo es una herramienta para resolver los problemas y ataduras que ocasionan los intereses de esos grandes grupos económicos”. Y en verdad puede perfectamente ser así, en la medida en que el movimiento cooperativo internacional, través de sus dirigencias, así lo comprendan e impulsen con vigor necesario esa senda.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

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