LA DOBLE MORAL DE LA BURGUESIA Y EL COLONIALISMO

Por Jorge Rachid

La doble moral se expresa en cada acto de la vida cotidiana de los argentinos, en donde deberíamos pedir perdón por haber vivido bien en los últimos doce años, cuando debemos alegrarnos que “las pobres empresas monopólicas”, reguladas por el peronismo puedan liberarse del Estado y comenzar a ganar el dinero que según “ellos”, corresponde a su supuesta inversión.

Cuando los grandes temas internacionales son tratados por los medios hegemónicos, a nivel de cadena mundial, con la doble vara que identifica “buenos y malos”, como si esto existiese en la lucha de intereses que supone la política internacional, donde los países no tienen amigos o enemigos, sino intereses comunes o divergentes, en nuestro país, el neoliberalismo aplica la misma matriz.

Si se trata de procesos segregacionistas, como el que estamos viviendo en Cataluña, que tienden a fragmentar países facilitando los procesos de colonización económico de los gigantes del mundo, la mirada difiere si es Bolivia, cuando la supuesta Media Luna, del Oriente rico, era saludada por el Imperio para debilitar a Evo Morales, mientras es catalogada de anticonstitucional una consulta popular que intentó impedirse, reprimiendo y estigmatizando una cuestión política e histórica que en todo caso debe resolverse en el marco de la paz.

Lo mismo con el plebiscito en los territorios Kurdos, una zona apetecida por el Imperio por sus recursos naturales y control estratégico entre Irak, Siria y Turquía, que en su intento de independizarse es saludado por Israel y EEUU, mientras es repudiado por los países afectados, que además son atacados sistemáticamente por las potencias hegemónicas.

Como vemos un mismo proceso tiene varias lecturas según los actores que la protagonicen.

El ataque brutal que recibió el gobierno Bolivariano de Venezuela, en medio de una ofensiva guerrillera, llamada “oposición democrática”, organizada por EEUU y sus lacayos locales, que incluía desde asesinatos hasta atentados con bombas molotov, con un bloqueo programado para desestabilizar al país, junto a operaciones de mercados de capitales que dañaron su economía, mientras desde los medios hegemónicos y los gobiernos neoliberales, entre ellos el nuestro, se clamaba por la No realización de la Asamblea Constituyente, llamada en el marco de la Constitución Nacional Bolivariana.

Hoy ha desaparecido de la agenda, porque se ha controlado la acción destituyente y se encamina a elecciones aceptadas por la oposición.

Sin embargo la visión general de Venezuela soberana, ha quedado lastimada, aún en sectores llamados “progresistas”, que compraron el discurso del enemigo.

En nuestro país mientras se persigue de mil maneras a la ex presidenta, buscando fondos en el exterior en los paraísos fiscales, cuando han logrado que se instale la idea de la corrupción como matriz del peronismo, con imágenes de dinero y bolsas que se ven, escondiendo lo que no se ve, que es que cada cueva de paraísos fiscales que se investiga, aparece la figura del presidente y todos sus ministros, amigos, parientes que no sólo fugaron miles de millones de dólares, sino que lo hicieron en sociedad con genocidas y empresarios acusados de crímenes de lesa humanidad.

Sin embargo un sector social clama “que devuelvan la plata”, al gobierno que dejó 52 mil millones de dólares en el FGS del ANSES, 25 mil millones de reservas, un país en crecimiento del 2,5 del PBI en medio de la crisis internacional, con pleno empleo y movilidad jubilatoria, paritarias libres y salario mínimo vital y móvil.

Cristina Fernández declaró desde su primer cargo público su patrimonio, es decir 1985 en adelante, sus bienes están en el país, pese e ello, ha sido embargada tanto como sus hijos y la herencia de Néstor Kirchner, como así también el juez impresentable le dio de baja la pensión a la viudez, por considerar que recibía demasiado dinero.

La contratara del neoliberalismo es que todos sus ministros, tienen sus patrimonios en el exterior, es decir los mismos ministros que salen a pedir inversiones, son recibidos por empresarios extranjeros que les dicen: “¿Por qué no la llevan ustedes que la tienen acá”?

Doble moral de manual.

El presidente que ha sido juzgado por años por espionaje a su propia familia, que ha sido responsable de pedir a las embajadas de EEUU e Israel consejos para nombrar un jefe de policía local, que está siendo juzgado junto a toda la cadena de encubrimiento del atentado de AMIA, hecho invisibilizado por la prensa hegemónica, se lava la boca con la transparencia que significa la citación de la ex presidente en una causa que no existe y significa un papelón judicial internacional, que daña la imagen de las instituciones de nuestro país, con jueces funcionales a los planes políticos de colonización, mientras persigue a los periodistas que se atreven a mostrar las corruptelas de él y su familia.

Se aplaude desde el gobierno las reformas laborales de Brasil que llevan a ese país hermano al siglo XlX, como así también el congelamiento del presupuesto social por 20 años, desde un gobierno que no tiene ni el 5% de aceptación, títere de la embajada y de los grupos de poder, mientras acá se reprime la protesta social, se la cataloga fuera del mundo, se sigue levantando la política macro económica de metas de inflación, ajuste, devaluación, bajar los costos laborales, congelar las jubilaciones, privatizar los servicios públicos en salud, liberar las patentes, abrir la economía, dejar jugar al Mercado, afianzar el sector especulativo financiero, en un esquema impuesto por el Banco Mundial y el FMI, en un coloniaje cultural impuesto por los medios hegemónicos.

En ese marco se denuncia desde la misma presidencia las mafias laborales, tanto de abogados como de trabajadores que especulan, dicen ellos, con la siniestralidad laboral, para bajar los costos empresarios y aumentar las ganancias de las ART, tributarias del sector financiero y las prepagas.

Pero el panorama se completa con ministros y secretarios de estado que han estado litigando contra la Argentina en el CIADI, en nombre de empresas multinacionales desde Repsol hasta Aguas Argentinas.

O sea que quienes litigan contra nuestro país, cobran de los Fondos Buitres y se arrastran en las alfombras del Imperio, cumpliendo sus órdenes de mirar el mundo con sus ojos, participar en sus aventuras bélicas, abrirse a sus necesidades, mientras no dudan en someter al pueblo argentino, prometiendo perseguir “mafias”.

Esa doble moral que se expresa en cada acto de la vida cotidiana de los argentinos, en donde deberíamos pedir perdón por haber vivido bien en los últimos doce años, cuando debemos alegrarnos que “las pobres empresas monopólicas”, reguladas por el peronismo puedan liberarse del Estado y comenzar a ganar el dinero que según “ellos”, corresponde a su supuesta inversión.

Falacias tras falacia, que intenta instalar la idea que el “populismo” es una política corrupta que distribuye riqueza a los “vagos y mal entretenidos”, habitantes de la “barbarie” del populacho, que prohijaron los gobiernos peronistas.

Es que la Justicia Social es algo lejano al neoliberalismo, la Soberanía Política es “negociable” y la Independencia Económica se la dejan a los Fondos de Inversión transnacionales, mientras nosotros, desde el peronismo y el movimiento nacional y popular, luchamos por reconstruir una Patria que ha sido saqueada.

No admitimos la doble moral, combatimos la corrupción, la que se ve y la que no se ve, pero nunca siendo instrumentos de la penetración colonial del enemigo.

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