SANTIAGO MALDONADO: COMO DESINFORMAN LOS MEDIOS OFICIALISTAS


por Inés Hayes, Melissa Zenobi

Martín Becerra, doctor en Ciencias de la Información de la Universidad Autónoma de Barcelona, profesor e investigador del CONICET, UNQ y UBA, en diálogo con ACTA, analizó cómo los medios hegemónicos construyen la agenda periodística en torno a la desaparición de Santiago Maldonado.

– ¿Qué análisis te merece esto que hacen los medios oficialistas en torno al caso de Santiago Maldonado, que pareciera ser una campaña de desinformación?

Si, efectivamente. Yo creo que al menos los medios grandes, los que son oficialistas como sería el caso del grupo Clarin con sus distintos medios, y el Grupo La Nación con un mayor cuidado periodístico, lo que han intentado permanentemente es hacer una lectura política del caso. En lugar de preocuparse por la información neta que es que hay un ciudadano que desapareció en plena democracia, en un operativo de Gendarmería, que además involucra al Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad del Gobierno nacional, seguir el caso e ir informando, se preocupan permanentemente por licuar la responsabilidad del gobierno y por asociar el reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado al kirchnerismo, a quien tienen demonizado por el enfrentamiento histórico que Clarín tuvo con el kirchnerismo desde el 2008, cuando rompieron sus vínculos. En este sentido, podemos leerlo como una campaña de desinformación, o como una campaña de desresponsabilización del Gobierno nacional y en particular de la figura del Presidente.

-¿Cómo se instala esta campaña?


Esta operación creo que tuvo dos fases: una primera que podríamos llamar la del «imperativo positivo», que tenía que ver con hablar bien del gobierno, y en este sentido los medios del Grupo Clarín y, en menor medida, los del Grupo La Nación, se prestaron mucho a operaciones muy dudosas en términos informativos: por ejemplo las variadas hipótesis delirantes que hicieron circular con el tema. Y una segunda etapa donde ya es evidente la participación y el involucramiento de Gendarmería, esto es lo que yo llamaría el «imperativo negativo»: no hablar bien del gobierno, pero tampoco enchastrar, ni criminalizar necesariamente ya a Santiago Maldonado como el primer mes, sino más bien no hablar mal del Gobierno. Acá aparece la hipótesis del gendarme suelto, que la lanzó un alto funcionario del área de comunicación.
Lo que se busca es que finalmente, pase lo que pase, que esto no estalle en las narices del propio gobierno.

-¿Como una especie de chivo expiatorio?


Sí, como una especie de chivo expiatorio que forma parte de una estrategia integral de excusar al Gobierno nacional que, desde el primer momento, ha estado muy comprometido con esta situación porque, incluso antes de las protestas que originaron el operativo de Gendarmería, ya habían realizado tareas de inteligencia en los cuales está involucrado Noceti, el Jefe de Gabinete de Patricia Bullrich.

– Por otro lado, después de la represión que le sucedió a la marcha del 1 de septiembre, vimos cómo se desempolvan viejas recetas que ya conocemos como mostrar las pintadas del Cabildo, cuánto le costó arreglar la fachada, etcétera. ¿Acá hay una búsqueda de demonizar a quienes están reclamando?

 Son estrategias distractivas en primer lugar, y en segundo lugar desempolvan ciertos métodos que parecían ya olvidados -al menos desde la masacre del Puente Pueyrredón que le costó la presidencia a Eduardo Duhalde en 2002-, que es el hecho de criminalizar a la víctima. Esto es, que quien protesta sea el responsable de la situación de desorden que se vive y que sea el gobierno el actor del orden necesario de restablecer. Creo que esta fue la tesitura que le imprimió el gobierno al día posterior a la movilización y, en este sentido, es una receta antigua que hace tiempo que no estábamos acostumbrado a que funcionara con consenso, porque hay una parte de la sociedad que acompaña la posición del gobierno.

-Y la banalización que se está haciendo, como apareció Nicolás Repetto entrevistando al hermano de Jones Huala encapuchado. Se estigmatiza a quien reclama y el malo es él por estar protestando encapuchado, desdibujando todo el conflicto que origina ese reclamo.

 Sí, yo creo que es así y es una vieja táctica que exige repensar las formas de reclamo y las estrategias de quienes exigen justicia. Me parece que en esa gimnasia de reclamo, se pierda de vista que en la historia de la reacción que hubo por parte del poder instituido frente a ellos, está este ADN de la banalización, la estigmatización, la victimización del poder y la responsabilidad del desorden y del mal estado de las cosas a quienes reclaman. Esto exige cuidado a la hora de reclamar, es táctico. En su momento, quienes protestaron y lograron el fin de la dictadura, hicieron ese aprendizaje, que tiene que ver con formas de comunicación y de interpelación de la protesta para que sea masiva, que sea comprendida, y que provoque solidaridad en otros sectores sociales. Lo que resulta llamativo, y que es inédito por lo menos en mi recuerdo desde el ’83 y hasta ahora, es que hubo un pronunciamiento de los principales grupos empresariales, los sectores más concentrados de la economía, en contra de la violencia y pidiendo por el esclarecimiento de la desaparición de Santiago Maldonado. De alguna manera están corriendo a su propio gobierno por izquierda, algo que yo no recuerdo que haya sucedido en democracia.

– Pareciera que estos empresarios lo que no están pudiendo creer es la torpeza con la que se está manejando el gobierno.

Coincido. Hay una torpeza muy grande en algunas figuras centrales del gobierno, probablemente no sea la del Presidente, pero sí la de su Ministra de Seguridad o de algunos funcionarios del área de la comunicación. Otra opción es que los empresarios siempre están mirando su propio ombligo y ahí la supuesta seguridad jurídica y las inversiones, y con un país que tiene movilizaciones masivas por un desaparecido en pleno 2017, obviamente esto ahuyenta -aunque parezca cínico señalarlo- la posibilidad de un escenario estable y regular donde los negocios puedan fluir. Este gobierno, que ha subestimado siempre la cuestión de los derechos humanos, nunca comprendió el consenso que tiene el planteo de Memoria, Verdad y Justicia, en países europeos -alemanes, franceses, ingleses- que son a los que ellos pretenden atraer. Ante casos de violación de los derechos humanos, en esos países se prende la luz de alarma.

* Inés Hayes, Melissa Zenobi
Equipo de comunicación de la CTA Autónoma

https://www.agenciacta.org/spip.php?article24834

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