TEXTILES: «SI NO HAY CONTROL DE IMPORTACIONES, LAS EMPRESAS NACIONALES SE FUNDEN»



Por Ansol

El rubro es uno de los mayores afectados por la entrada de productos extranjeros y la caída del consumo, cierre de fábricas, despidos y suspensiones. La autogestión, el cooperativismo y cómo salir de la crisis.

Las importaciones de prendas y calzados está creciendo a un ritmo arrollador, casi el 50 por ciento en los primeros cinco meses del año, mientras que la capacidad productiva instalada sigue el derrotero inverso, con tan solo un uso del 60 por ciento de su potencial, un 20 por ciento menos que durante el 2016, fenómenos que marcan cómo las medidas económicas adoptadas por el gobierno nacional desde su asunción está beneficiando al consumo externo, y con graves consecuencias para la industria nacional.

En esta línea, el número de fábricas cerradas en los últimos meses revela la crisis del sector: Zytex y las bonaerenses José Garraza, Broderie Suiza, Edolan, Tassutti SRL, GGM, Neuquén Textil, Alpargatas, Puma, Textil Elotex, Galitex, Vecchi Godoy, Fábrica Argentina de Etiquetas y Sedler Hermanos, son algunos de los casos más resonantes, y que por el momento ha dejado 7345 trabajadores del rubro en la calle en lo que va del año, sólo superados por algunos centenares por los despidos en las actividades ligadas a los bienes de capitales y alimentos y bebidas.

“Se habla de una caída del 50 por ciento de la producción, y eso tiene que ver con el aumento de las importaciones, mientras que el año pasado el problema era la caída del mercado interno. Ahora hay grandes conflictos, como en GGM en Las Flores, que fabrica Pony en Argentina, y está dejando 280 en la calle”, dijo Joaquín Fernández Sancha, referente de la Red Textil Cooperativa.

Estos problemas van en consonancia con las cifras reveladas por el Instituto Nacional de Estadisticas y Censos (Indec), sobre la caída de la actividad industrial en el primer trimestre del año en un 0,4 por ciento interanual, y el déficit en la balanza comercial de 8 mil millones de dólares.

Ante esta situación, Sancha remarcó la necesidad de sostener la presión al gobierno nacional para que cambie sus políticas económicas, y se haga cargo de las necesidades de la industria argentina y de sus trabajadores.

“La única que queda es seguir reclamando al Estado el compre cooperativa, para que no compre productos de afuera, sino que lo haga con productos de Pymes y cooperativas para sostenerlas. Eso es una herramienta fundamental. Después, tiene que haber control sobre las importaciones, porque si no, no hay otra salida que las empresas nacionales se fundan”,
concluyó el referente de la Red Textil Cooperativa a este medio.

La economía social, ante la crisis

Casos como el de la porteña Textil Globito, Neuquén Textil y la búsqueda de GGM en convertirse en cooperativa, han mostrado a la autogestión como una opción a seguir por los trabajadores para sostener sus fuentes de trabajo.

“El cooperativismo es una alternativa a los cierres, sobre todo por su experiencia, aunque depende en cada provincia, porque a veces, ante los cierres, se terminan haciendo cargo los intendentes y gobernadores, porque no pueden aceptar que les explote en la mano que son tantos trabajadores despedidos”,
señaló Sancha a esta agencia, y sentenció “Pero el hecho de convertirse en cooperativa tampoco asegura resolver el problema laboral por la situación de las industrias en el país. Se recupera la fábrica, pero es muy difícil que una fábrica de 280 personas, por ejemplo, en el corto plazo pueda volver a producir y ganar mercado. Uno no puede decirle a cualquier compañero que está resistiendo que se haga cooperativista, porque incluso las que estamos hace años, la estamos pasando mal”.

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