SANTA RITA: VÍCTIMA DE VIOLENCIA DE GÉNERO Y SU FAMILIA NECESITAN ASISTENCIA DEL ESTADO


En una vivienda del barrio Santa Rita, vive Josefina Machado, de 62 años, junto a su hija Romina, de 33, quien está cuadripléjica, y no puede hablar ni ver. Romina tiene un hijo que Josefina cuida y educa, ya que ella está imposibilitada de hacerlo.

La joven permanece en ese estado desde hace aproximadamente seis años, como consecuencia de una feroz golpiza que le dio su ex pareja, quien luego de arrastrarla más de 100 metros de los cabellos, la dejó inconsciente y le produjo un ACV, condición que la va alejando cada vez más de cualquier posibilidad de compartir, educar y cuidar a su hijo.

La candidata a diputada nacional por el Partido Agrario y Social, Valeria Silvestri, estuvo en su casa para conocer la problemática y junto al diputado Martín Sereno, gestionar ayuda para madre e hija. «Josefina me contaba que luego de realizar la denuncia hace seis años, y salvar la vida de su hija, nunca hubo actuaciones judiciales más que su propia denuncia; incluso actualmente se cruza en el barrio con el violento que intentó asesinar a su hija».

Ninguna de ellas, Josefina ni Romina y tampoco su hijo tienen tratamiento psicológico, subsisten con la pensión provincial que le corresponde a la chica por discapacidad, y un subsidio que cobra Josefina por ser madre de siete hijos. Con ese aporte paga la cuota de Iprodha que ronda un poco más de 2000 pesos, y la luz, que desde hace cinco meses no pagan menos de 1000 pesos.

Urgencia de medicamentos y atención psicológica

La preocupación de Josefina Machado va creciendo a medida que ve el deterioro de su hija. Los medicamentos imprescindibles para Romina son limitados; así como los pañales y los suplementos dietarios que también se tornan muy necesarios, ya que se alimenta por sonda. «Josefina nos planteó que necesita atención psicológica para ella y su nieto, porque hace casi un año y medio falleció su compañero de vida, y ahora ella sola se encarga del cuidado constante de su nieto y su hija. El chico no puede avanzar en el colegio y tiene problemas de repitencias, debido a que ella no sabe leer y escribir, y le resulta casi imposible acompañar en las tareas a su nieto», explicó Silvestri.

Sostuvo que nuevamente en este caso se ve que «la Justicia no es justa, Romina permanece postrada en una cama sin poder abrazar, hablar ni ver a su hijo, y el violento anda suelto, ni siquiera tiene un proceso».

Además, los recursos para los pensionados por discapacidad son tan limitados como que sólo le entregan 60 pañales por mes que son insuficientes.
«La situación de Romina no llegó a un desenlace fatal porque ella resistió y resiste, pero es acá donde debería estar el Estado interviniendo, previniendo para que nuestras compañeras dejen de ser asesinadas«, manifestó la candidata del PAyS.

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