El Huracán Lali arrasó el Tokio

Huracán en el Tokio

La adrenalina de Lali Espósito no dejó a nadie sentado en la noche del Club Oriental. La estrella regaló una hora y media de contundencia pop con energía rock en medio de una parafernalia de baile, ritmo y mucho color.

 

Si Hiroshima y Nagasaki fueron arrasadas por sendas bombas atómicas y Fukushima sucumbió ante un tsunami, sin dudas a Tokio le fue mucho mejor con el paso de este huracán de baja estatura pero máximo poder. Es que la ex Teen Angels tiene un carisma y poder de atracción que supera todo lo conocido en materia de espectáculos musicales ATP. Entre el público de Lali encontramos adolescentes con el típico perfil de ultra fan, señoras y caballeros que no disimularon a la hora de mover la patita, además de un ejército new generation de niños y niñas que disfrutaron a la diva con los ojos desorbitados ante semejante puesta en escena.

 

Lali Espósito llegó a Posadas de la mano de Ribera Producciones, una empresa que ha levantado el perfil artístico de la vecina Corrientes con espectáculos de primer nivel nacional y que está dando sus primero pasos en nuestra provincia. Para ello montó un show a la altura de la diva pop, con un escenario de gran tamaño y un sonido que echó por tierra eso de que al Club Tokio nadie lo hace sonar bien.

 

Con puntualidad mesopotámica (sólo 10 minutos de atraso -para permitir la entrada de los más rezagados del público-), el Huracán Lali tomó por asalto el escenario con una seguidilla de tres canciones de alto poder: “Soy” e “Irresistible”, de su nuevo disco y la casi heavy “Asesina”, la primera de su disco debut y con la que se calzó una Stratocaster rosada para despeinar a la multitud a puro riffs.

 

Luego del primero de los cinco cambios de vestuario llegó el foco de la tormenta, y la apacible “Cree en mi” bajó los ánimos mientras la diva enfundada en un vestido plateado hizo delirar, esta vez a los varones. Pero poco duró la calma, ya que con “Boomerang”, “Tu Revolución” “Bomba” y Mi Religión” se desató una cuatrilogía de ritmo y color con sabor a Jamaica, Río de Janeiro y una escapada a Ibiza también. Con “Reina”, la ídem se lució con una balada clásica a puro teclados, luces tojas y una perfecta vocalización (tal vez sea la canción que más hace lucir su experta voz).

 

Ya dando la vuelta de la esquina, un recorrido adrenalínico de lo más prendido de su disco debut, para finalizar, casi una hora y media después, con Ring NANA, canción que selló el paso de este huracán que arrasó el Club Tokio.

 

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