LA RED SOCIAL CHASKI


Por Mariela Baladron

En la Puna jujeña, los 450 habitantes de Cieneguillas, a 35 km. de La Quiaca y a 3700 metros de altura, carecen de servicio de internet y tienen un acceso mínimo a la telefonía. La Red Social Chaski, una solución tecnológica que combina infraestructura en telecomunicaciones y desarrollos de software libre, permite conectar a sus habitantes con La Quiaca a través de una intranet que habilita, entre otros servicios, llamadas telefónicas gratuitas.

Estas experiencias de redes comunitarias proponen mucho más que conectividad: apuestan a la apropiación popular de la tecnología y promover un espacio público local.

El miércoles 26 de abril la plaza central de Cieneguillas se llenó de vecinos, maestros, estudiantes y autoridades locales para celebrar el lanzamiento de la Red Chaski. El pueblo cuenta con un solo teléfono fijo que funciona únicamente para recibir llamadas; los decodificadores de la señal de internet y televisión satelital que habían sido instalados en la escuela a través de los planes de gobierno para conectar establecimientos educativos rurales y de frontera fueron retirados para su renovación y luego extraviados. La única forma de tener señal móvil es subir al cerro Toquero.

Oscar Cari, comisionado municipal de Cieneguillas, destacó la importancia de la herramienta: “Hoy es un día histórico porque hasta hace poco pensábamos que era difícil la conectividad pero gracias al esfuerzo de muchos vecinos, con la gente de la Red Chaski, logramos la conectividad y la telefonía gratis. Somos el primer pueblo que va a tener esta conectividad a nivel rural y se va a extender a otras jurisdicciones”. La Red Chaski comenzó a fines de 2016 en La Quiaca, impulsada por Atalaya Sur-Proyecto Comunidad, a partir de la experiencia previa en el desarrollo de una red WiFi en la Villa 20 de la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa se desarrolló junto al Ceija Idear de La Quiaca y luego se sumaron escuelas, sindicatos, centros de estudiantes, cooperativas e iglesias. La demanda de los pueblos de la zona fue inmediata: Abra Pampa, Cieneguillas, Casiras, Santa Catalina, Rodeo y Yoscaba solicitaron conectarse a la Red. El primer paso fue Cieneguillas, pero el objetivo es llegar a todas las comunidades de la Puna.

“Consideran que los pueblos de la Puna no necesitan comunicarse porque para ellos no es rentable, entonces hemos estado en el olvido, tanto por parte de empresas privadas como de organismos del Estado”
, planteó Héctor Lino Castro, director del Ceija Idear-La Quiaca. Según las estadísticas que publica el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), al primer semestre de 2016 la provincia de Jujuy contaba con 7,94 accesos cada 100 habitantes a la telefonía fija y 5,81 accesos a internet fija cada 100 habitantes; en ambos casos por debajo de la media nacional. En el caso de la telefonía móvil, el 96% de los usuarios contrata la modalidad prepago.

La infraestructura instalada en la Puna fue desarrollada por jóvenes de la Villa 20, formados en los talleres de Atalaya Sur. Damián Cejas, responsable técnico de la organización, explicó que la Red Chaski permite compartir contenidos, acceder a una videoteca con películas y series y un canal para difundir materiales audiovisuales. Con fines educativos  se incluyeron los contenidos del Proyecto Rachel que permiten consultar más de un millón de artículos de Wikipedia offline. Además, se incorporó un aplicativo para poder brindar telefonía VoIP y que los usuarios puedan llamarse utilizando la infraestructura existente sin ningún costo.

Los más jóvenes fueron los primeros en participar de las pruebas piloto. Brandon es uno de los usuarios pioneros, está en 2º año del secundario, vive de lunes a viernes en un albergue y los fines de semana vuelve a su pueblo, Lagunillas. Además de la posibilidad de comunicarse con sus compañeros, destaca los materiales educativos: “en la enciclopedia de la Red Chaski podemos buscar cosas que a veces nos piden y no encontramos en los libros que tenemos en la biblioteca, o ver documentales y saber un poco más del mundo”. Su amigo Isaías lo escucha atento y agrega: “nosotros le explicamos a los profesores como se pueden conectar, como se pueden registrar”.

Manuela González Ursi, coordinadora del Proyecto Atalaya Sur, destaca la importancia de estas iniciativas para democratizar la comunicación: “ante la lógica del mercado y la falta de definiciones del Estado, es la organización comunitaria a través de estas experiencias quien está avanzando en hacer realidad el ejercicio del derecho a la comunicación”.

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Mariela Baladron

Docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales UBA, integrante del Observatorio Dercom-UBA.

 

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