UNA INVESTIGACIÓN PARA DESENTRAÑAR EL PAPEL DE LAS EMPRESAS EN LA DICTADURA

 

por Nexo Universitario

“Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad. Represión a los trabajadores durante el terrorismo de Estado. Tomos I y II” constituye un material necesario y único en su género por el nivel de la investigación. Tres de sus autoras, dialogaron con el área de prensa de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y brindaron detalles del trabajo editado por la Editorial Universitaria.

La publicación es el resultado de un trabajo conjunto entre FLACSO, CELS, Programa Verdad y Justicia y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, publicado en esta segunda edición por la Editorial Universitaria de la UNaM. El proceso de trabajo se desarrolló en 2014 y 2015. Fue un proyecto colectivo de un equipo de 20 investigadores. Victoria Basualdo, Andrea Copani y Alejandra Esponda, integrantes del proyecto, visitaron Posadas para realizar la presentación de la obra en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM.
 “Nos reunimos a trabajar sobre lo que considerábamos un tema central que ya se había sido denunciado en los años 80 y había sido recogido por la CONADEP pero tenía una enorme necesidad de sistematización y análisis global que son las formas de responsabilidades que tuvieron sectores empresariales a los sectores trabajadores”, explicó Victoria Basualdo, y añadió: “El proceso de Memoria, Verdad y Justicia en Argentina es claramente uno de los grandes logros que tuvimos en la transición a la democracia, es una cuestión central que nos parece que hay que mantener y profundizar hacia adelante y que la Universidad se comprometa a publicar este trabajo y difundirlo para nosotros es muy importante”.

La publicación es un estudio de investigación sobre la responsabilidad que tuvo un sector del empresariado nacional y extranjero en las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura argentina. Este análisis se hace a partir del examen de un arco de prácticas empresariales de represión a los trabajadores en empresas de distintas regiones del país. La evidencia recogida y analizada en un conjunto de casos —acotados en número pero muy significativos por su importancia económica— permite afirmar que, en el territorio de los establecimientos fabriles, se combinó con eficacia el accionar de las Fuerzas Armadas con el sector empresarial, para ejercer el poder represivo contra los trabajadores.
Al respecto, Alejandra Esponda describió: “La investigación intentó reflejar una gran cantidad de actividades productivas, económicas, grupos empresarios muy importantes. Se tomó en cuenta que no estuvieran solamente representantes netamente industriales sino también del ámbito rural. También se tomó en cuenta un factor geográfico y territorial para dar cuenta de lo que había pasado en el resto de país. Algunos de los casos, por ejemplo, son las grandes automotrices (Ford, Mercedes Benz, Fiat), actividades de la siderúrgica (Acindar, Techint, Siderar), ingenios como el de Tucumán (Fronterita y el Concepción) y el de Jujuy (Ledesma), empresas ceramistas y yerbateras como Las Marías en la región del Nea, y empresas de transportes como La veloz del norte en Salta”.
Y luego añadió: “Hubo una serie de actividades industriales, de servicios y del ámbito rural que fueron relevadas para saber si existían patrones de responsabilidad empresarial, no solamente para hacer un análisis por caso, sino también ponerlos en diálogos y pensar si existieron patrones de responsabilidad empresarial en estos crímenes”.


La investigación analizó distintas prácticas empresariales represivas, detalló Basualdo: “Van desde una gran cantidad de provisión de recursos logísticos y materiales a la represión, la participación empresarial en la provisión de información clave para las detenciones, de listas de trabajadores que luego son desaparecidos, la provisión de recursos financiaros que permiten llevar adelante el proceso represivo, y la provisión de vehículos en los cuales se detienen a los trabajadores. La presencia de las fábricas como territorio represivo; en 22 de los 25 casos que analizamos los secuestros tuvieron lugar dentro de los lugares de trabajo, es decir, las fuerzas armadas accedían a lo que era propiedad privada y secuestraban a los trabajadores en su propio lugar de trabajo. Estamos hablando de participación directa, en algunos casos, las figuras empresariales participaron de los procesos de detención y de los procesos de tortura de los trabajadores; y en 5 de los 25 casos, encontramos lugares de detención y tortura de los trabajadores dentro de los establecimientos fabriles”.


EL CASO DE LAS MARÍAS

Con respecto a nuestra región el “Establecimiento Las Marías” -Gobernador Virasoro, Corrientes-, es el caso analizado en profundidad en esta obra. El apartado desarrolla diversos aspectos de la responsabilidad de la empresa en acciones que colaboraron con delitos de lesa humanidad. “Las Marías corresponde a una empresa dedicada a uno de los principales cultivos de la zona, del cual argentina es el principal productor a nivel mundial: la yerba mate. A partir de numerosos testimonios y documentos, se pueden observar distintas formas en que la empresa y sus directivos participaron de los crímenes de lesa humanidad. No solamente denunciaron a los trabajadores en causas penales armadas, provocando su secuestro y tortura, sino que a su vez proveyeron recursos logísticos y materiales a las fuerzas que ejecutaron los delitos«, describen las autoras.
Según contó Andrea Copani, fue un caso cuya reconstrucción se hizo compleja porque había muy poca información preliminar. Desde el 2006, existe una causa judicial que está impulsada por los familiares de trabajadores desaparecidos y sobrevivientes, es decir, trabajadores liberados que todavía no han conseguido justicia ni reparación. “Nuestro objetivo era aportar a la reconstrucción histórica de caso y por otro lado, poder aportar también al proceso judicial. Fue fundamental para nosotros el contacto con los sobrevivientes y los familiares de las víctimas, para poder reconstruir no solamente el proceso represivo sino también todas las experiencias organizativas que tuvieron los organizadores, en el caso de Las Marías los dos sindicatos, el sindicato de los trabajadores rurales y el de trabajadores industriales que se formaron en 1973 y 1974”.
Copani describió el contexto histórico previo al golpe de Estado: “La organización fue tardía y la concreción de derechos laborales que en otras ramas productivas tenían décadas de existencia en Argentina como el aguinaldo y las vacaciones pagas, para los trabajadores rurales era algo desconocido. Con la organización gremial lograron organizarse y también protagonizar distintas acciones de protestas, en las cuales sobresale una huelga que organizan en julio de 1974. Y lo que reconstruyen los sobrevivientes es lo fuerte y resistido que fue para la empresa este proceso de organización”.
En 1976, con el proceso militar instaurado, la investigadora observó: “Las tandas de secuestro en Las Marías fueron en 1976 y 1977 hasta el momento tenemos evidencia de 13 trabajadores que fueron víctimas del terrorismo de Estado. Luego de ser secuestrados, se arma una causa en la cual se los acusa de sabotaje a la producción, y de estar vinculados con organizaciones políticos militares. En las acusaciones es central la figura de la empresa y concretamente de Adolfo Navajas Artaza, el presidente de la empresa, y en esa causa podemos ver como los directivos apuntan directamente a los trabajadores gremialistas”.
Por otro lado, la investigación comprueba la provisión de terrenos del establecimiento Las Marías para diferentes actividades realizadas por militares, desde reuniones hasta la instalación del campamento militar. También, se revela la realización del secuestro dentro del establecimiento (había trabajadores que vivían en terrenos del establecimiento”) y el componente gremial en el universo de los trabajadores secuestrados (“en los interrogatorios se les preguntaba puntualmente por esta referencia gremial”).
Y luego Copani añadió: “Además en caso de Las Marías tenemos una presencia muy fuerte de los empresarios en la vida de la comunidad, la construcción de viviendas, de escuelas y centros de salud. El poder que tienen estos empresarios no se da en todos los casos, en términos de dependencia y sometimiento a ese poder empresarial. Eso es muy fuerte remarcarlo, porque hay que pensar el desenvolvimiento de la represión en ese contexto, teniendo en cuenta también que Navaja Artaza ocupó cargos políticos. Estamos hablando de personas que no podían tener desconocimiento de lo que ocurría en los terrenos de sus empresas”.
“Hay una serie de evidencias que demuestran que dentro de Las Marías, la participación de la empresa fue necesaria y fue activa para que se cometieran esos crímenes”, sostuvo la investigadora y agregó:  Me parece importante que se pueda avanzar en la causa judicial. Es muy importante visibilizarlo y que esto se conozca, que las victimas tengan la reparación que le corresponde, porque estos son hechos que constituyen delitos de lesa humanidad”.


REFLEXIONES


¿Cómo entender las causas de la represión en los ámbitos laborales y empresariales durante la dictadura?

Basualdo: “Hay una serie de componentes en la relaciones laborales muy invisibilizados; en los trabajadores y en los sindicatos hay un nivel de violencia muy significativo, en algunos casos esta violencia está a cargo de los propios empresarios y en otros casos lo delegan a distintos sectores. Lo que vemos en la etapa de la dictadura no está aislado de lo que sucede en un largo plazo, sino que hay una violencia inherente a las relaciones laborales muy significativas”.
“Lo que entendemos es que el nivel de peligrosidad asignado a los trabajadores no es solamente de mediados del setenta, hay un proceso de construcción del trabajador sindicalizado y activo como el enemigo muy presente en el plazo largo”.

“Sin dudas es un periodo de excepción la dictadura, ya que se pone en suspensión la Constitución Nacional y las leyes, hay una estructura del Estado tomado por asalto, pero estos temas iluminan el por qué de la violencia, cómo puede ser que vemos empresarios involucrados directamente en procesos represivos y cuál es la causa. La relación entre trabajadores y empleadores es una cuestión central en la historia, y la capacidad de conmover el orden social que tienen los trabajadores cuando se organizan es una capacidad muy grande. Esta investigación lo que hace es poner sobre el tapete el impacto que tiene la organización obrera en los lugares de trabajo, para reconfigurar las relaciones, los niveles salariales, etc. Es algo que sigue en tapete en la actualidad”.

¿En ese momento, era posible pensar en la resistencia de los trabajadores?
Esponda: “Desde mediados de los setenta en adelante hay un montón de transformaciones productivas que se quieren empezar a implementar: incorporación de nuevas maquinarias, nuevas contrataciones para el empleo como la tercerización laboral. Las demandas de las empresas que investigamos eran que no se avanzara en las contrataciones de empresas privadas y la prevención de los accidentes de trabajo. Es decir, las demandas de los obreros y las obreras no tenían solo que ver con la cuestión salarial, sino con las condiciones de trabajo y de salud. De esas más básicas, hasta otras de avanzadas, como las mujeres pidieron guarderías en los lugares de trabajo.
“Hubo una gran conflictividad en esos años, en todos los casos hubo huelgas, sabotajes, quite de colaboración, tomas de fábricas. Previo al golpe hubo un gran proceso de conflictividad y ya empezaron las primeras medidas represivas, que tenían que ver con algunas organizaciones parapoliciales y las fuerzas armadas. Después del golpe, hay empresas que lograron hacer huelgas durante la dictadura, pero hay otros que no; empezado el golpe de estado, fue tan grande la represión por ejemplo el caso del Astillero Río Santiago, tuvo una cantidad enorme de victimas pero además hubo renuncias y despidos masivos en los primeros años por esta situación represiva en una empresa estatal manejada por la Marina”.
“Durante la dictadura empeoraron las condiciones de trabajo y los niveles salariales, que hicieron que en algunos contextos fabriles tomaran algunas medidas de resistencia, pero que muchas veces fueron respondidas con más represión, desapariciones y secuestros”.

¿Cómo relacionar con el presente? ¿Cuáles son las secuelas de esa represión en la actualidad?
Copani: “Hay un andamiaje legal que se empieza a montar desde la última dictadura y que fue reforzado en la década del 90, que tiene que ver con la flexibilización laboral, con la destrucción de trabajo industrial, la industrialización dejó de ser la prioridad o centro del modelo económico en la Argentina, y creo que todas esas cuestiones las estamos sufriendo hoy y no se ha logrado revertir. Para entenderlas históricamente hay que remontarse especialmente a lo que fue la enorme desarticulación social que tuvo la dictadura y ahí se vuelve central la represión a los movimientos sindicales y a los trabajadores.
En el 75, con el plan de ajuste, durante el gobierno de Isabel Perón, lograron nacer experiencias radicalizadas y novedosas como las organizaciones o coordinadoras interfabriles que demuestran un nivel de solidaridad y conciencia de clase muy alto. Para entender cómo se pasa de ese movimiento obrero a lo que es hoy, la represión jugó un papel fundamental. Para poder entender la situación que vivimos en los 90 y que aún hoy la padecemos es necesario remontarse en estas experiencias. En los últimos años se viene escuchando que la dictadura vino a implementar un nuevo modelo económico pero muchas veces lo que falta es profundizar en esa reflexión. Pensar el papel de un sector del empresariado en esa represión y en los lugares de trabajo es un aporte para poder complejizar este debate y darle contenido a esta idea que decía Rodolfo Walsh, quien da un panorama general sobre la ferocidad del aparato represivo que tiene como objetivo “la implementación de la miseria planificada”.

Para acceder en forma libre y gratuita al material digital (tomos I y II) ingresar a estos links.

Tomo I: https://www.editorial.unam.edu.ar/images/digitales/978-950-579-428-7.pdf
Tomo II: https://www.editorial.unam.edu.ar/images/digitales/978-950-579-430-0.pdf

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