El REPRO: una eliminación de hecho

«Todo el tiempo estamos viendo qué podemos hacer para mantener el empleo. Jorge Triaca trabaja veinte horas por día y está viendo con diferentes instrumentos, como los Repro (Programa de Recuperación Productiva), resolviendo trabas”.
Mauricio Macri, 22/03/2016
  • Desde la asunción de Cambiemos, los REPRO (Programa de Recuperación Productiva sostenido por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social -MTEySS-) han tenido un recorte significativo, dedicándole en recursos menos de un tercio de lo aplicado en 2015 (de $1.174.092.576 a $359.756.000 en 2016).
  • Lo mismo ha sucedido con la cantidad de prestaciones (cantidad pagos totales en concepto de REPRO). De un total de 756.487 en 2015, se redujeron a 123.056, una merma de 84%. También se vieron reducidas la cantidad de empresas alcanzadas: de 402 en 2015 a 89 en 2016, una disminución de 79%.
  • La evolución de montos de REPRO durante el gobierno anterior daba cuenta de un comportamiento “tijera” con respecto a la evolución del empleo: una relación inversa. A menos empleo, mas REPRO, y viceversa. En efecto, a partir de 2009 la cantidad de empleados registrados se incrementa cada año mientras que se reduce el valor real de los montos liquidados (actualizados a salarios de 2009, según la variación de las remuneraciones promedio en base a SIPA), aunque la disminución tiene lugar con menor intensidad en la medida que aumenta la variación de la cantidad de empleados. Por ejemplo, en 2011 el aumento de empleados es 4,62% y los montos de REPRO se reducen 52,68%, mientras que en 2012 el aumento es menor, de 1,34% y por ende la reducción del REPRO es también menor, 21,11%.
  • Sin embargo, en 2016 sucede lo contrario: el empleo se retrae y lo mismo ocurre con montos y prestaciones de REPRO. La variación de trabajadores registrados tiene valores negativos por primera vez en todo el periodo analizado, de 0,79%, y el REPRO deja de funcionar como herramienta contracíclica: sufre una profunda caída de la variación real de los montos liquidados en REPRO, de 76,94%.
  • A modo enunciativo, en el informe se detallan casos de empresas del ramo industrial que recibieron REPRO durante 2015 y que, ante la finalización del REPRO en 2016 conjugada con la modificación del contexto macroeconómico (convirtiéndolo en un escenario adverso para fines productivos), despidieron o suspendieron trabajadores en el último año. Es el caso de las textiles Herzo, Guilford, Karavell e Hilados, las firmas de autopartes Montich y Gestamp, la metalúrgica Finpak, y la empresa de curtiembre Sadesa.
  • Otras firmas (textiles Enod y Colortex, empresa del rubro plástico Yersiplast y Frigorifico General Acha) recibieron REPRO hasta 2016, y a la finalización de la asistencia (en las postrimerías del año) despidieron o suspendieron trabajadores.
  • En función de lo expuesto, se observa que el eje conductor de la política laboral del gobierno de Mauricio Macri sigue una línea de significativa coherencia: en la medida en que el derecho del trabajo consiste en la intromisión de un orden público y social en favor de los trabajadores, entre las relaciones jurídicas conformadas por el mercado, las políticas del macrismo niegan esta esencia y conforman una suerte de doctrina de abolicionismo laboral. En este marco, los despidos del sector público, la consiguiente “libertad” para despedir derivada de ese gesto, las ofertas paritarias estatales por debajo de la inflación, los ineficaces acuerdos antidespidos (en mayo y noviembre) y la virtual eliminación de los REPRO, han sido característicos de la concepción macrista sobre el trabajo.
  • La escasa implementación de los REPRO resulta además llamativa luego de que el programa fuera votado por ley en el marco de la denominada Ley Pyme, sancionada el 1 de agosto de 2016. Sin embargo, la realidad muestra otro derrotero: a pesar de la importancia sustantiva a través de la ley, la implementación lejos estuvo de cumplir con las necesidades concretas de las pymes. Recién en el mes de diciembre de 2016 se puso en práctica el trámite simplificado de REPROMiPyME, aunque las expectativas parecen estar lejos de resolver los problemas. Los REPRO fueron “suspendidos” de hecho, a pesar de haberse votado por ley.
  • Otras explicaciones pueden vertirse para analizar la brutal reducción de REPRO en 2016. Si bien hay subsidios que desde la lógica oficial deben suprimirse, hay otros que el propio macrismo considera “válidos”. El acuerdo del REPRO implica ayudar a la empresa en situación de crisis, cuidando el empleo, exigiendo para ello una propuesta respecto de cómo superar la situación crítica y mediando la obligación de no despedir personal. La implementación de estos beneficios se realiza a través de la trasferencia de los recursos a los trabajadores vía Anses, lo cual favorece la posición relativa de los trabajadores ante la situación de dificultad empresaria. En cambio, Cambiemos propone lo estipulado en el Plan Primer Empleo (que el nuevo ministro de Hacienda propone reimpulsar): un beneficio a las empresas con la quita de contribuciones patronales conjuntamente con un subsidio directo a la empresa que compensa el “costo” de los aportes personales de los trabajadores. Es decir, la empresa recibe un subsidio por algo que aportarían otros, los trabajadores. Todo ello con la única condición de no disminuir la plantilla, sin considerar las ganancias de quien usufructúe el beneficio. (1)
  • En línea con esta lógica de intervención laboral – pro empresaria-, incluso el documento interno “Balance 2016 y Planificación 2017. Aporte ministerial a objetivos de gobierno” del MTEySS al que accedió CEPA, plantea la creación de un “Sistema de Empalme” que supuestamente permita a los trabajadores sin empleo, pero percibiendo alguno de los programas nacionales de empleo, llegar a obtener un empleo formal. Pero ese documento expresa en el apartado “Del asistencialismo a la productividad” que “los participantes de los programas nacionales de empleo implementados por el MTEySS podrán seguirpercibiendo la ayuda económica mensual una vez que accedan a un empleo formal en el sector privado”. Es decir, se establece que son los beneficiarios quienes deben conseguir trabajo para mantener la ayuda de los programas ministeriales, que en 2016 comprendieron a 562.234 beneficiarios y alcanzaron un monto transferido de $3.282.738.680.

(1) CEPA – UEPLAS (2016), “Comentarios al Plan de Primer Empleo, o sobre cómo regresamos al neoliberalismo laboral”, disponible en este enlace.

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