por Revista Venceremos
Los días martes 18-10 y miércoles 19-10 se realizará en todas las escuelas públicas y privadas del país el “Operativo Aprender 2016“ que consiste en una evaluación destinada a las y los estudiantes de 6to grado del primario y del último año de la secundario (5to o 6to año dependiendo del plan de estudio) con el objetivo de “obtener información oportuna y de calidad que permita ampliar el conocimiento sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje” según afirma en su página web el Ministerio de Educación de la Nación.
La particularidad del procedimiento, con respecto a otros anteriores, es que no se realiza en forma anónima, por lo cual no es un estudio estadístico que apunta al análisis colectivo sino a la identificación individual. El objetivo de esta evaluación estandarizada es señalar quienes no han cumplido con los aprendizajes que el programa de estudio plantea, homogeneizando las distintas realidades de las aulas y las comunidades educativas, desconociendo la complejidad del proceso de enseñanza, para de esta manera señalar a las y los trabajadores docentes como el núcleo del problema desviando la atención de los falencias estructurales por la desinversión.
Una evaluación estandarizada es un método que a partir de un múltiple choice (en desuso) mide el nivel de reproducción lineal de los aprendizajes sin tener en cuenta el pensamiento complejo de relacionar y reconocer la multicausalidad en la enseñanza negando como sujeto activo del proceso de aprendizaje al estudiante. Una evaluación homogeneizadora significa que mide de la misma forma una escuela pública que se cae a pedazos que la más elitista escuela privada; una escuela con solamente un pizarrón que otra con herramientas como internet, proyectores y computadoras; una escuela donde los pibes y las pibas van con hambre que otra dónde van bien alimentados.
Los gremios nacionales docentes, CTERA, UDA, SADOP y la Federación Nacional Docente, rechazan la evaluación y denunciaron no haber sido consultados sobre el mismo, a pesar de que así lo contempla en su fundamentación dicho operativo. La evaluación será realizada por un “aplicador” y no por el docente del curso reduciendo la posibilidad que un paro pueda frenar la aplicación del operativo. En el mismo sentido y buscando evitar acciones por parte de las y los estudiantes, aquellos que no son evaluados no concurrirán a la escuela (algo llamativo en un gobierno que se manifiesta preocupado por cumplir al máximo los días de clases). Sin embargo, la escuela pública ENAM de Banfield se encuentra tomada por sus estudiantes en rechazo al operativo y se espera que la medida se propague a otras instituciones educativas.
La desvalorización del trabajo docente es un proceso creciente incentivado desde los distintos gobiernos de turno y que ha hecho mella en la sociedad (debemos reconocerlo). Recordemos los dichos de la ex presidenta Cristina Kirchner, tratando de vagos a los docentes para desprestigiar la acción huelguistica por aumentos de salarios, “trabajan 4 horas y tienen 3 meses de vacaciones”; ni hablar de las barbaridades sobre las licencias que hemos escuchado en boca del actual presidente Mauricio Macri. Desde el sistema se fomenta la desvalorización del docente para, en primer lugar señalarlo como responsable de los problemas de la educación quitando el foco en la desinversión y los problemas estructurales, y en segundo lugar para desprestigiar las luchas por salario digno ya que este compone más del 90% del presupuesto educativo.
Estas evaluaciones tienen sus antecedentes en la región en México, Chile y otros países, cuyos resultados sirvieron de excusa para promover políticas meritocráticas que promueven la desigualdad. Dichos operativos son promovidas por el Banco Mundial y los organismos internacionales, apuntan a generar un ranking de escuelas para direccionar el presupuesto educativo según el rendimiento. A la vez, promocionan una vez establecida la “cultura de la evaluación” una segunda instancia donde sean evaluados los docentes y sus salarios vayan en función de sus calificaciones.
El “Operativo Aprender 2016”, bajo la excusa de obtener información para mejorar la calidad educativo, va en línea con la política de ajuste del gobierno nacional sobre los trabajadores y los sectores populares que concurren a la escuela pública. Se encuadra dentro del planteo de discutir los niveles de productividad y los convenios colectivos de trabajo que plantea la nueva gestión. Para ello el presidente repite una y otra vez el falso problema del ausentismo (https://revistavenceremos.
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