por Terra
El gobernador de Misiones, Maurice Closs, advirtió que «todavía algunos» dentro del oficialismo «no se dan cuenta del reverendo cambio que existió» en el mapa nacional, al defender la estrategia de diferenciación de la Casa Rosada implementada por el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, de cara al balotaje.
«Claramente algo pasó que no nos dimos cuenta» subrayó Closs en una entrevista con la agencia NA y consignó las derrotas electorales en las «cinco provincias más grandes» y al «cambio de color político en Chubut, Jujuy y Mendoza».
En ese sentido, destacó que en la primera vuelta «el modelo» recibió «menos del cuarenta por ciento» de los votos, y que en ese «pronunciamiento electoral» de la gente «quedó claro que no existe ninguna posibilidad de un doble comando».
El futuro ministro de Turismo en caso de que Scioli gane el balotaje también cuestionó al candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, y dijo que en el debate «no solamente no respondió cómo hacer su ajuste, sino que no lo negó bajo ningún punto de vista».
«Quedó claro además que Macri se comporta en algunas situaciones de la vida con una actitud canchera, sobradora y soberbia, como se vio en la primera parte del debate», redondeó.
A continuación los principales pasajes de la entrevista:
NA – Macri dijo que el Gobierno llevó el dólar de 3 a 15 pesos. ¿Eso significa que para él, el mercado paralelo es el que fija el valor real del dólar?
MC: El de Lavalle y Florida. Para Macri el dólar tiene que estar regido por el mercado. Cuando uno plantea una devaluación de esas características, claramente hay ganadores y perdedores. Si yo fuera un sojero con mucha soja en las silobolsas, yo voto a Macri de cajón, porque al vender voy a tener muchos más ingresos. Pero en paralelo, el común de la gente va a tener una perdida concreta de su poder adquisitivo. En una situación donde tenemos algunas cosas que corregir de la competitividad de las economías regionales, Macri lo resuelve de una sola jugada dejando que se llenen de plata los exportadores. Esa gran devaluación va acompañada de un gran endeudamiento y un acuerdo con el FMI, que tampoco Macri nunca lo negó.
– ¿Esa maxidevaluación generaría un proceso inflacionario en espiral?
– No. La devaluación que ellos tienen pensada no tiene espiral inflacionario. Tiene un solo impacto inflacionario a partir de la fijación de un tipo de cambio alto. Eso va a hacer que el salario tenga una pérdida del poder adquisitivo en torno al 30 por ciento. Para evitar el espiral inflacionario, el salario no va a subir porque no habrá una paritaria inmediata que corrija. Por eso, el gran ganador va a ser el exportador, que en enero o febrero va a exportar a 16 pesos mientras el argentino medio va a pagar con el mismo sueldo las cosas con precio aumentado.
– Por otro lado, Scioli plantea una reducción de la carga impositiva a distintos sectores, como el 82 por ciento móvil, cambios en Ganancias y quita de retenciones. Al mismo tiempo hay un déficit fiscal muy grande. ¿No peca de voluntarista?
– No. Todas la cosas están calculadas. El 82% móvil es a la categoría mínima. En cuanto a las economías regionales, hoy no se está exportando nada, y se va a buscar que se vuelva a exportar. Lo que está planteando Scioli es que sabe que hay que hacer cosas, pero que esas cosas se tienen que hacer con los argentinos adentro. La corrección tiene que ser gradual para que no haya ganadores y perdedores.
– Más allá de que gane o pierda Scioli, ¿cree que Cristina seguirá siendo la gran ordenadora del peronismo?
– ¡No! No se está leyendo el resultado electoral del 25 de octubre. Nosotros fuimos a la elección con nuestro manual, muy cercano al modelo, planteando una cuestión de continuidad con cambios. No nos alcanzó. Si hay una cosa que quedó claro es que nuestro modelo ha recibido menos de 40 por ciento de los votos. Eso te obliga a adaptarte y a buscar por fuera de ese modelo, a esos 7 millones de votos que quedaron afuera. En ese pronunciamiento electoral quedó claro que no existe ninguna posibilidad de un doble comando. Scioli va a ser presidente en plenitud y va a ser también el ordenador de la política de nuestro espacio, como ocurre en un país presidencialista. Scioli presidente va a tener su estilo y el kirchnerismo va a tener que entender que tiene que ayudar a que Scioli construya su estilo y su modo de gestión de gobierno.
– ¿Está en el espíritu de La Cámpora adaptarse y pasar a un segundo plano bajo un eventual gobierno de Scioli?
– En un gobierno de Scioli tendrán el lugar que les corresponde. No sé si será primero, segundo o tercer plano. El que lo va a definir es Daniel Scioli. En un gobierno de Macri, van a pasar al frío total.
– ¿Qué fue lo que pasó para que se revirtiera la tendencia de cuando Scioli marchaba primero en las encuestas?
– Yo no voy a hablar de encuestas porque le erraron muy fiero, pero claramente algo pasó que no nos dimos cuenta. Tuvimos las suficientes luces de alarma, porque en el mapa de la Argentina el país central ya había votado suficientemente en contra. Me refiero a las luces de alarma en Capital, en Córdoba, en Mendoza y en Santa Fe. La derrota en la Provincia fue la que coronó este proceso.
– ¿Hubo exceso de confianza al elegir los candidatos?
– Cada uno de los lugares tiene la responsabilidad de sus candidatos. Evidentemente, algo fue pasando que el PJ, el FpV, que siempre fue la base territorial del país, perdió lugares muy importantes. Nos quedamos sin varios gobernadores. Todavía algunos no se dan cambio del reverendo cambio que existió. No tenés un solo gobernador afín al proyecto nacional en las cinco provincias más grandes. Pero también cambió de color político en Chubut, Jujuy y Mendoza.
– ¿Cómo quedará configurada a identidad del Frente Renovador misionero que usted conduce en caso de que pierda el FPV?
– Nosotros somos misioneristas. Tuvimos nuestra fuerte vinculación con el gobierno nacional, pero en mi caso particular, las dos veces que fui electo gobernador le gané a los candidatos del Frente para la Victoria.
