FRANCISCO, LA JUSTICIA Y LA SOBERBIA



Por Elisa Mata 
A mediados de mayo pasado se conoció una noticia largamente esperada. Tras largos años de negociaciones el Vaticano se pronunciaba por el reconocimiento del Estado palestino, en un momento en que la “solución de dos estados” parece estar cada vez más lejana.
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El pueblo de Palestina celebraba este pronunciamiento de la Santa Sede por considerarlo “histórico”, mientras la cancillería israelí expresaba su desagrado diciendo que «el anuncio del Vaticano no promueve el proceso de paz ya que aleja al liderazgo palestino de su vuelta a las negociaciones directas», añadiendo que «Israel estudiará el acuerdo y decidirá los pasos a seguir,  pero la paz y un Estado palestino solo podrán ser conseguidos en la mesa de las negociaciones directas entre las dos partes» según lo publicado por Sal Emergui en El Mundo.

Mientras tanto, en Ramalá, Hanan Ashrawi, dirigente del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) expresaba «En nombre del liderazgo y pueblo palestino, damos la bienvenida al reconocimiento del Vaticano al Estado de Palestina como una genuina contribución a la paz y la justicia” aludiendo una vez más al derecho del pueblo palestino a la autodeterminación, libertad y reconocimiento formal como estado.

Más allá del acuerdo político logrado tras el encuentro de Abú Mazen con el Sumo Pontífice, que también incluye el campo económico, la libre circulación de peregrinos en los territorios palestinos y las actividades de la iglesia, la canonización de dos monjas palestinas del siglo XIX ha dado un gran aliento a todos los que profesan la fe católica.

Este acuerdo, que viene gestándose desde el año 2000, está enmarcado en la política de la Santa Sede con respecto al conflicto palestino-israelí que sostiene la necesidad de «un acuerdo definitivo que garantice la paz, la creación de un Estado palestino soberano, viable y democrático y la seguridad de Israel».

Cabe recordar que el Vaticano apoyó en el año 2012 el voto de la Asamblea General de la ONU a favor del reconocimiento de Palestina como «Estado miembro no observador». Una prueba más de dicho reconocimiento fue la visita del Papa Francisco a Israel y Palestina, durante la cual, con un claro gesto de recogimiento apoyó su mano en el muro que separa de forma brutal al estado ocupante del pueblo palestino.

Estas señales inequívocas del Vaticano, son tan sólo una más de las tantas preocupaciones del primer ministro Netanyahu y su nuevo gabinete, que además debe enfrentar nuevas iniciativas de la Unión Europea en favor del estado palestino, en contra de la expansión de las colonias en Cisjordania y la presentación de Palestina ante la Corte Penal Internacional (CPI) por los crímenes cometidos durante los ataques a la Franja de Gaza.

En otro orden, el 10 de julio pasado se informó oficialmente que el observador permanente de Palestina ante la ONU, Riad Mansur, “ha pedido enjuiciar a las autoridades israelíes por sus crímenes contra los palestinos”. El diplomático señaló el silencio de la comunidad internacional ante las atrocidades cometidas, los más de dos mil doscientos muertos, en su inmensa mayoría civiles y niños, más de cuatro mil heridos, miles de desplazados y viviendas, hospitales y escuelas destruidas.

Manifestó también que “Israel sigue aplicando la política de castigo colectivo y no permite la reconstrucción de Gaza. Sin embargo, ningún soldado o funcionario israelí ha sido llevado ante la justicia”. (Hispan TV)

Mientras tanto, en la edición de el

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diario.es del 9 de julio, se daba a conocer el descontento de las autoridades israelíes con respecto a la CPI, aduciendo que “no tiene autoridad” para investigar el ataque a Gaza en 2014. Poco después, al dirigirse por primera vez a la oficina fiscal de dicho organismo un alto funcionario israelí expresó que «Esto no significa que estamos cooperando con el examen preliminar que la CPI está llevando a cabo a solicitud de Palestina». También dijo que «La posición israelí, como la posición de otros países en el mundo, es que la Corte Penal Internacional en La Haya no tiene autoridad para atender la solicitud palestina dado que Palestina no es un país y que el sistema judicial israelí es independiente y puede oír causas relacionadas con supuestos crímenes de guerra«, según publica en exclusiva el diario Haaretz.

Como un detalle adicional a estos sucesos, haremos mención al incendio que arrasó a fines de junio uno de los templos católicos más venerados en Tierra Santa y el mundo. La iglesia de la Multiplicación de los Panes y los Peces, está ubicada en la localidad de Tabja, el lugar donde Jesús habría realizado el milagro que le da su nombre y está relatado en la Biblia. Destruyó completamente los techos de la iglesia, varias salas y libros de oración; afortunadamente el fuego no afectó el suelo del edificio, que está construido sobre las ruinas de un templo bizantino y conserva los mosaicos de la época.

El Padre Gregory Collins, de la Orden de San Benedicto, expresó al medio internacional Huffinghton Post, que el Templo Cristiano de la Multiplicación de los Panes y Peces es visitado diariamente por unas 5000 personas. Dijo además que «esto no es sólo un ataque a un sitio religioso o a un lugar santo, también es un ataque a la libertad de expresión, a la democracia y a nuestro derecho a vivir aquí». Los vándalos dejaron escrito en una de las paredes exteriores del templo, en caracteres rojos, un pasaje de una oración judía que pide la eliminación del culto a los ídolos.

«Hemos tenido numerosos incidentes, por ejemplo, en la Abadía de la Dormición, en donde las autoridades no hicieron lo suficiente para detenerlos”,
dijo el padre Jamal Khader, rector del Seminario del Patriarcado Latino en Beit Jala.

Benjamín Netanyahu, el Primer ministro israelí, condenó instantáneamente el ataque y ordenó abrir una investigación para encontrar a los culpables . De hecho, la policía arrestó a 16 seminaristas judíos religiosos –habitantes de asentamientos en Cisjordania- para liberarlos poco después.

Según Tag Meir, un grupo anti-racismo en Israel, no hay acusaciones penales en relación a los ataques perpetrados en contra de 36 iglesias, monasterios o mezquitas acontecidos en los últimos 3 años. (OIC Chile). Ellos también reflexionan sobre la forma en que se calificaría un atentado similar si se tratara de templos judíos.

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Elisa Mata – ​

Comunicadora. Especialista en la Causa Palestina. Colaboradora La Nave de la Comunicación

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