EL PAPA A LA NIETA DE BALLESTRINO: «ME DIO ALEGRÍA EL ENCUENTRO EN ASUNCIÓN»


Por Andrés Colmán Gutiérrez

De puño y letra, el papa Francisco le escribió una carta a Ana Silvia Fernández, nieta de la luchadora paraguaya Esther Ballestrino de Careaga, detenida desaparecida en 1977 en Argentina, relatando el encuentro que tuvo con sus hijas Ana María y Mabel, durante su visita al Paraguay. Le envió una foto de la reunión en la Nunciatura de Asunción.

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«Me dio alegría encontrar a su mamá y a Mabel en Asunción», dice el papa Francisco, en una carta que escribió de puño y letra, en fecha 19 de julio, desde el Vaticano, a una semana de haber regresado de su visita a Ecuador, Bolivia y Paraguay, y que hizo llegar a Ana Silvia Fernández, la nieta de la luchadora social paraguaya Esther Ballestrino de Careaga.

Esther fue jefa de Jorge Bergoglio en su primer empleo, en los laboratorios Hickethier Bachmann, cuando él tenía 17 años. El actual Papa considera a la paraguaya una de las maestras de vida que más influyeron en su formación humanista.

Anita, quien vive en Buenos Aires, es hija de Ana María Careaga, una de las tres hijas de Esther. Ella no pudo acompañar a su mamá, ni a su tía Mabel, cuando ambas se entrevistaron con el papa Francisco en la mañana del sábado 11 de julio, cuando el mismo las recibió en una audiencia privada especial, fuera de su agenda oficial, en la sede de la Nunciatura, en Asunción.

Ante dicha situación, Anita le escribió una carta a Francisco, que se la entregó personalmente su mamá, Ana María. Además le envió una remera de regalo.

Desde el Vaticano, el Papa le responde con una carta personal, escrita por él mismo.

«Le agradezco su carta del pasado 8, que recibí en Paraguay. Gracias también por la remera y su significado. Su abuela, Esther, me habló bastante de la detención de su mamá y la valentía que tuvo para afrontar esa situación con apenas 16 años. Ese relato me quedó muy grabado», le dice el Papa a Anita.

La hija mayor de Esther Ballestrino, Ana María (la mamá de Anita), fue secuestrada ilegalmente por la dictadura militar argentina en junio de 1977, lo cual llevó a la paraguaya Esther Ballestrino, casada con el también paraguayo y político febrerista Raimundo Careada, a juntarse con otras madres de detenidos desaparecidos, para indagar la situación de su hija, así como de su yerno Manuel Caros Cuevas, pareja de su otra hija, Mabel, también detenido y desaparecido. Esther es considerada una de las fundadoras de la organización Madres de Plaza de Mayo.

Ana María estuvo secuestrada ilegalmente durante casi cuatro meses en el centro clandestino de detención Club Atlético, donde fue torturada. Finalmente, gracias a las movilizaciones y denuncias de las madres (y se cree que con gestiones realizadas por el entonces sacerdote jesuita Jorge Bergoglio), pudo recuperar su libertad.

Diciembre en el corazón

«Gracias también por lo que me dice en la carta sobre el mes de diciembre», le dice el Papa a Anita.

Esther fue secuestrada el 8 de diciembre de 1977,  por un comando militar, dirigido por el tristemente célebre represor Alfredo Astiz, quien se había infiltrado entre las madres y las había hecho caer, en el predio de la Iglesia Santa Cruz, en Buenos Aires.

El 8 de diciembre tiene un significado especial para la familia Careaga Ballestrino, como para la comunidad de migrantes paraguayos en Argentina, tanto por el aniversario del secuestro de Esther, como por la celebración de la festividad de la Virgen de Caacupé, en las cuales el actual Papa participó numerosas veces cuando era arzobispo de Buenos Aires, especialmente en la parroquia Virgen de Caacupé, en la Villa 21 de Barracas.

En su carta, el papa Francisco sigue diciendo: «Recuerdo bien a Raimundo (Careaga, esposo de Esther) y también a la mamá de él, ‘la abuela’. Varias veces la vi en la casa de Hamburgo (la primera vez me perdí en ese laberinto de Parque Chas», señala, refiriéndose a un barrio bonaerense caracterizado por sus calles laberínticas.

«Me dio alegría encontrar a Mabel y a su mamá en Asunción. Nos sacamos fotos y el viernes salieron para allá (las fotos) vía Nunciatura. Supongo que ellos las enviaron por correo, pero si quisieras mañana pueden llamar a la Nunciatura y pasar a buscarlas, para evitar el riesgo de que se pierdan», señala Francisco, mostrando su personal atención a los detalles.

«Añadí también dos publicaciones del Observatore Romano (periódico oficial del Vaticano), una sobre Esther y otra sobre el encuentro en Paraguay», destaca.

Finalmente, el Papa agradece nuevamente a Anita: «Nuevamente, gracias por escribirme. Le pido por favor que rece por mí. Que Jesús la bendiga y la Virgen santa la cuide. Cordialmente. Francisco».

Mucha emoción

Luz Marina Acosta, amiga muy cercana de las hijas de Esther Careaga, señaló que la nueva carta del Papa a otra de las descendientes de Esther, aumentó la gran dosis de emoción que las dos hijas, Ana María y Mabel habían experimentado durante el encuentro de más de 20 minutos que ambas mantuvieron con Francisco en Asunción.

«Es otra importante reivindicación de la figura de una luchadora paraguaya por los derechos humanos y además están muy contentas porque las diputadas Karina Rodríguez y Rocío Casco presentaron un proyecto de resolución para crear la condecoración de la Cámara de Diputados Esther Ballestrino de Careaga, que reconozca el mérito de personas de reconocida trayectoria en la lucha por los derechos humanos»
, sostiene Luz Marina.

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