LA CULTURA ES LA SONRISA

 

 

Por Silvia Torres

El signo de los tiempos indica que la recuperación económica del país lleva implícita la inclusión social y ésta la inclusión cultural y educativa de las masas populares como productoras y consumidoras de cultura, de arte y de espectáculos. No solo de pan vive el hombre y las mujeres y los niños.

 

La cultura 

El pueblo misionero tiene historia, más allá de la centuria pasada y tiene un prócer paradigmático ninguneado por la historia y la cultura oficial gracias a una reconstrucción cultural operada en la última década, cuando Andrés Guacurarí y Artigas fue recuperado definitivamente del arcón de los olvidos y, con él, la conciencia de la herencia ancestral del pueblo guaraní. Sobre ese basamento idiosincrático se sumó la incorporación de la cultura nacional y universal a la vida cotidiana de los misioneros, con ese templo espectacular que es el Centro del Conocimiento y la magistral Biblioteca de las Misiones, que alberga una infraestructura adecuada para el desarrollo de las artes y escuelas de formación de músicos, bailarines, actores, cantantes y técnicos culturales, además de ser el escenario ideal para espectáculos de primer nivel locales y de todo el mundo. Obras fundacionales que colocan ya en la posteridad al mentor –contra viento y marea, contra las críticas más despiadadas de la oposición política-, al ex gobernador y actual presidente de la Legislatura provincial, Carlos Eduardo Rovira, conductor del movimiento que lidera los destinos de la provincia durante los últimos once años.

 

A Misiones llegaron orquestas sinfónicas, de cámara, cuartetos, tríos y solistas; grupos de ballet y bailarines; artistas plásticos; grupos de teatro y actores de trayectoria nacional y universal que actuaron gratuitamente en espectáculos de alto nivel artístico. A estos aportes sustanciales debe agregarse que el corriente fue declarado por la Legislatura Año de las Artes y sus Expresiones y en años anteriores se crearon la Editorial de las Misiones, el Sistema Provincial de Bibliotecas, Ley de Museos, además de que se brinda apoyo constante a todos los eventos culturales.

 

El esfuerzo provincial fue acompañado por importantes aportes de la Nación, que también colocó a la Cultura en un sitial de privilegio como elemento indispensable para la recuperación del entramado social, junto con la creación de fuentes de trabajo genuinas y la distribución equitativa de la riqueza, para superar el proceso de destrucción operado con el neoliberalismo. Así, se construyeron y/o recuperaron a lo largo y a lo ancho de todo el país salas de teatro y cines abandonados como espacios inútiles y las paradigmáticas Casas de la Historia y la Cultura del Bicentenario, dotadas de infraestructura para el desarrollo de las actividades culturales y artísticas que la sociedad genera, incluida la tecnología adecuada de sonido, para la proyección de imágenes y cine además de los NAC, Núcleos de Acceso al Conocimiento, con computadoras y wi fi, todo libre y gratuito y que deben ser gestionados, protegidos y administrados por los municipios.

 

Se fomentó la industria cinematográfica y audiovisual y Misiones se convirtió en un ámbito super interesante y requerido por los nuevos directores y productores, así como también abundan las co-producciones nación-provincia en los diversos géneros artísticos, las giras nacionales de grupos de teatro y musicales, las muestras de arte, de producciones gráficas de los más diversos géneros, las artesanías y el diseño en sus más variadas expresiones, etcétera.

 

Si en lo económico la Argentina, en general y Misiones, en particular lograron avances cuantitativos, el proceso abarcó también lo cultural con la incorporación de miles de niños y adolescentes a la educación pública y a las diversas actividades culturales a las que hoy tienen acceso. Y es así como florecieron y se multiplicaron las bandas de rock, los grupos de música regional, las orquestas escolares, el teatro, la danza, las artes plásticas y artesanías que son la expresión del talento que puede fluir gracias a las motivaciones operadas desde políticas de Estado concretas.

 

Y también llegó la frutilla del postre: La creación del Ministerio de Cultura en ámbito de la Presidencia de la Nación,que tiene como primera titular a Teresa Parodi, la cantora de la región que llevó a límites sublimes la música popular del Nordeste argentino y que debe continuar el proyecto trazado porque, como dice uno de sus colegas de la música popular, “la cultura es la sonrisa que acaricia la canción/ y se alegra todo el pueblo quien le puede decir que no/ solamente alguien que quiera que tengamos triste el corazón”*.

 

Muchos quisieron tristeza en el corazón del pueblo. Fue el pasado. El presente es auspicioso y el futuro promisorio, porque el pueblo quiere que, aunque “se va la vida, la cultura se quede aquí”*.

 

 

 

*León Gieco, “La cultura es la sonrisa”

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