por Edmundo R. Soria Vieta, Secretario Ministro de DDHH Provincia de Misiones
Parece obvio que si pretendemos comparar una sociedad infectada por la violencia y una sociedad viva pero conciente de los beneficios de la Paz social, la opción más razonable de nuestra elección, sin duda sería la Paz.
La Paz dignifica al ser humano porque lleva ínsito el respeto de valores humanos y ejercicio tolerante de respetar al otro, semejante o ciudadano cargado de derechos igual que nosotros.
La violencia como expresión de cualquier sentimiento individual o colectivamente originado, conduce a más violencia y la historia reafirma sobradamente los perjuicios que provoca.
Azorados y condolidos observamos a varias regiones del mundo sumidas tristemente en violencias fratricidas, luchas en donde los derechos humanos más elementales son violados, la vida no tiene ningún valor.
La Democracia como sistema de vida nos asegura la Libertad y la posibilidad de luchar por la Igualdad, cara en muchos casos por estar sometida a fuertes tensiones de intereses contrapuestos.
Lo que me parece irrebatible es que la sociedad a través del Estado puede, en Paz construir en beneficio del bien común, de los que más necesitan y acercarnos con esfuerzo a la igualdad de oportunidades soñada, la violencia destruye, cosifica, aliena, impide, niega, anula.-
De esta manera desde el Ministerio de Derechos Humanos, en un contexto de Democracia y Paz nos permitió avanzar y consolidar programas como el Hambre Cero dando protección social a más de 10 mil familias con más de 9.500 desnutridos recuperados en tres años. La libertad y la paz nos posibilitaron desnaturalizar el delito de trata de personas en esclavitud sexual o laboral y hacer propio el dolor de las víctimas, para contenerlas, ayudarlas, capacitarlas, y acompañarlas a iniciar un nuevo camino con dignidad.
Así afrontamos dolores cotidianos de la violencia de género, el abuso sexual infantil, las problemáticas diversas de las discapacidades, el abandono de muchos abuelos, los menores extraviados, las causas de los alejamientos de su hogar, el impacto destructivo de las adicciones en el seno de hogares que deben luchar contra la droga instalada carcomiendo las bases familiares y la mente de los jóvenes. Con violencia no podríamos luchar contra la discriminación, el racismo, la xenofobia, la violencia institucional. No sería posible la República y no viviríamos en Democracia.
Todo esto sería imposible por la vía de la violencia, en un clima que no reina la Paz social, factor imprescindible como expresión de una sana convivencia para permitir, el diálogo enriquecedor y creador del consenso necesario para avanzar juntos, poniendo al ser humano y sus necesidades como prioridad de la política y la economía.
Desde el Ministerio de Derechos Humanos de la Provincia de Misiones, hacemos nuestro el llamamiento a mantener la PAZ SOCIAL, efectuado por el Gobernador de la Provincia, Maurice Closs en el balance anual de su gestión.
Resaltamos el llamado a la buena convivencia y PAZ SOCIAL de los distintos estamentos que componen nuestra sociedad, como única forma posible de construcción colectiva de una sociedad organizada.
Esta PAZ SOCIAL es indispensable para continuar sosteniendo la Democracia, siendo los Derechos Humanos los pilares fundamentales de estas tres décadas que tanto esfuerzo a costado mantener a los argentinos y a los Misioneros en particular.
La cultura de la Paz permite al hombre crecer en busca de su felicidad, la violencia embrutece y destruye, nada es posible con ella.-
