Un docente de la Universidad del Comahue, denunciado por sus alumnas
Era profesor de la carrera de Comunicación de la UNCo. Hace tres años que había sido denunciado por discriminación sexista contra alumnas y alumnos. El Consejo Superior de la universidad decidió exonerarlo luego de analizar todas las denuncias.
El Consejo Superior de la Universidad Nacional del Comahue, en Río Negro, votó por unanimidad la exoneración de un profesor acusado de abuso de poder y violencia sexista. Luego de tres años de lucha, la Comisión de Mujeres de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales logró que avanzara el sumario que investigó sus conductas –a partir de diversas denuncias de estudiantes– y que sea expulsado de las aulas. A algunas de sus alumnas el docente Patricio Orlando les hacía comentarios inapropiados de connotación sexual. A otras las descalificaba por ser obesas o tener alguna discapacidad física. “Así como estás vos, no vas a quedar en ningún casting”, le llegó a decir a una de ellas, con problemas de sobrepeso. A los estudiantes que tenían voz aflautada les lanzaba frases discriminatorias, como “parecés un puto”. Al mismo tiempo, el Consejo Superior aprobó un protocolo de intervención institucional ante denuncias por violencia sexista en ámbitos de la UNCo, una iniciativa impulsada por el colectivo feminista La Revuelta, con sede en Neuquén.
Orlando tenía a su cargo las materias Locución, Locución I y II, y Práctica Integral de Radio, de la licenciatura en Comunicación Social en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNCo, en General Roca, Río Negro. Tras analizar las conclusiones del sumario administrativo que se le siguió, el 21 de diciembre de 2012, el Consejo Directivo de la facultad aprobó un pedido para que fuera exonerado, el máximo castigo que se le puede aplicar. Orlando fue denunciado por el Centro de Estudiantes y la Comisión de Mujeres, adonde llegaron las quejas de alumnos y alumnas.
“La sanción es un hecho trascendental y novedoso no sólo para nuestra universidad sino para el conjunto de las universidades. Estos hechos no suelen denunciarse, aunque ocurran en las aulas. Hay cierta naturalización de las relaciones docente-estudiante y cuando hay situaciones de violencia pueden pasar inadvertidas. En este caso hubo un proceso que llevaron adelante las estudiantes para concientizar al alumnado para que se animara a denunciar y trabajaron para que el sumario no quedara parado, como ya había ocurrido con el mismo docente con denuncias anteriores”, señaló a Página/12 el docente de Sociología de la UNCo, Guillermo Maqueda, integrante del Consejo Superior en representación del claustro docente, y uno de los que apoyó la exoneración. La votación fue unánime: los 39 consejeros presentes votaron por ese castigo. Maqueda destacó además el “alto compromiso” de los miembros del CS con el tema. En la sesión que se trató el tema, el jueves último, estuvieron 39 de los 48 integrantes del cuerpo.
“Es la primera vez que en nuestra universidad se realiza un sumario que culmina en la sustanciación de una penalidad severa para alguien que cometió discriminación y abuso de poder en su carácter de docente. Orlando cometió actos de violencia sexista. El sexismo es una relación de poder ejercida, en este caso, por un docente varón, heterosexual y con sus capacidades físicas consideradas ‘normales’; desde ese lugar de privilegio social, y desde el privilegio de ser docente universitario, Orlando menoscabó sistemáticamente a estudiantes mujeres y varones que, según él, no reunían los condiciones para ser locutoras o locutores”, indicó a este diario Graciela Alonso, consejera docente (por la minoría) y activista de La Revuelta.
“Ha sido un proceso larguísimo, de casi tres años, donde logramos darle visibilidad a un hecho que era un secreto a voces, y del cual no se hablaba. Para nosotras, la exoneración es un gran triunfo”, apuntó Daniela Castro, estudiante de Comunicación Social, de 25 años.
La apertura del sumario contra Orlando fue decidida en agosto de 2010 por la Resolución 132/10 del Consejo Directivo, luego de las numerosas denuncias realizadas contra el profesor. En ese momento también se resolvió que fuera separado de las actividades académicas frente a alumnos. De todas formas, el sumario se demoró porque Orlando tomó licencia psiquiátrica, lo que impidió continuar con el proceso, aunque simultáneamente seguía trabajando en un canal de televisión local.
Luego de escuchar el testimonio de diversos alumnos y alumnas, y también de ex estudiantes de sus materias, el instructor sumariante concluyó que el docente incurrió en “faltas graves” y “en conductas que claramente van en contra del deber de conducta exigible a los docentes de la universidad pública”. El profesor negó tajantemente todos los hechos que se le imputaban en su descargo y luego buscó agredir a los estudiantes que lo denunciaron. A una de las testigos, ex estudiante y periodista de General Roca, pretendió descalificarla diciendo públicamente que era “una enferma mental”.
“Te viniste muy despechugada”, solía decir a alguna estudiante con escote pronunciado. “Si tuvieras un par de kilitos menos, serías muy interesante”, le dijo a otra, a quien descalificaba para ser locutora por su sobrepeso, y en otra oportunidad pretendió disculparse diciéndole: “En el Renacimiento hubieras sido una mujer hermosa”. A una alumna que tenía anomalías en los brazos le decía que iba a tener que esforzarse más para conseguir trabajo por su condición física particular, aunque su cuadro médico no le afectaba la voz ni su aptitud como locutora. “Con esa voz de maricón pensás ser locutor”, solía decirles a los varones con tonos más agudos. Su discurso, concluyó el sumario, estaba cargado además de comentarios sexistas, que llegan en algunos casos a configurar una “actitud de acoso sexual”, y también discriminatorios, que demostraban “la pérdida de noción de su rol y la jerarquía que ostenta” como profesor. Ahora, Orlando no podrá volver a dar clases en la UNCo.
