«EL GOLPISTA DE FRANCO ENTREGÓ NUESTRA SOBERANÍA EN WASHINGTON»

 

 
 
por E’aDurante el lanzamiento de la segunda edición del libro “La estafa de Rio Tinto Alcan”, el ingeniero Ricardo Canese acusó a Federico Franco de haber entregado nuestra soberanía a Washington al haber suscrito con Rio Tinto Alcan (RTA) un acuerdo que establece que los diferendos serán dirimidos ante el Ciadi, organismo que sistemáticamente falla a favor de las trasnacionales.EL GOLPISTA DE FRANCO ENTREGO NUESTRA SOBERNIA

El acto de presentación, que fue realizado en la Manzana de la Rivera el pasado martes 6 de julio, estuvo dirigido por Miguel Méndez Pereira, de la editorial “El ombligo del mundo”, sello bajo el cual fue publicado el libro.

El primero en intervenir fue el representante de Sociedad y Desarrollo, Carlos Garay, quien hizo referencia a la necesidad de emplear la energía eléctrica de manera sustentable para el desarrollo industrial del país.

Como una de las opciones citó la industria del transporte, aunque advirtió sobre las poderosas fuerzas que bloquean proyectos como el metrobús eléctrico, que está varado hace más de un año y mediante el cual se podría disminuir el uso de energía contaminante como los derivados de petróleo.

En segundo lugar el padre Francisco de Paula Oliva, más conocido como Pa’i Oliva, explicó el origen del nombre de Rio Tinto y presentó una panorámica histórica sobre la resistencia civil contra esta empresa. Con respecto al primer punto dijo que el nombre fue tomado de un río de Huelva, donde se instaló la primera mina de cobre de la firma, y que tiene una coloración rojiza debido a los yacimientos de cobre que existen a lo largo de su transcurso.

Así también hizo referencia a la matanza ocurrida en dicha ciudad española en 1888, en que murieron más de 100 mineros en un levantamiento en que reclamaban mejoras salariales y el fin de los humos tóxicos que generaba la Rio Tinto Company Limited, predecesora de la actual Rio Tinto Alcan.

Seguidamente habló el ingeniero Francisco Scorza, quien estuvo a cargo del apartado dedicado a la cuestión ambiental. Scorza inició su intervención refutando el supuesto de que la contaminación quedaría en el Brasil, puesto que los promotores del proyecto alegan que el grueso de la polución se generaría en el país vecino, puesto que allí se procesarán los insumos en estado primario. En cambio, el ingeniero explicó que la fundidora generaría miles de toneladas de gases tóxicos sin dejar beneficios al país. Al contrario, disponiendo de una cantidad de energía equivalente al consumo actual del país, la transnacional pretende acogerse a grandes beneficios impositivos y generando apenas unos 1200 puestos de trabajo.

Posteriormente la coautora del libro, Mercedes Canese, reseñó los logros de la campaña “El pueblo decide. No a Rio Tinto Alcan”, que mediante diversas actividades informativas logró poner en evidencia las falsedades de los supuestos beneficios que generaría la inversión con el parque industrial que se formaría alrededor de la planta.

La autora instó a desarrollar usos alternativos de un bien cada vez más escaso como la energía eléctrica con un plan de desarrollo que contemple la condición del país como el primer exportador de energía eléctrica de América Latina y tercero en el mundo, detrás de Alemania y Canadá. Entre los usos que debería darse a la energía mencionó el metrobús eléctrico, hasta ahora frenado por empresarios cuyos intereses van a contramano del bienestar del conjunto de la sociedad.

Por último, Ricardo Canese advirtió que la amenaza de RTA aún no está eliminada, ya que Horacio Cartes solo dijo que él quiere tratar el tema. En este sentido ilustró las actitudes ambivalentes de Cartes, quien antes de asumir ya dijo una cosa pero hizo otra. Como muestra de ello ejemplificó su inicial apoyo al metrobús, al impuesto a la exportación de soja y al ingreso de Venezuela al Mercosur, pero dando marcha atrás con posterioridad.

“No creo que podamos confiar en un presidente que antes de asumir ya está reculando frente a intereses poderosos, de los que él mismo forma parte”,
 afirmó Canese. También llamó la atención sobre la muy publicitada e inédita visita del canciller canadiense John Baird, quien según confesó el propio canciller paraguayo, José Félix Fernández Estigarribia, durante su visita abogó por la instalación de RTA, ya que aseguró que esta empresa cumple con los requisitos ambientales.

Canese enfatizó que RTA no solo es una inversión basura, sino una estafa, ya que solo podrá funcionar con una energía a precio regalado al no contar nuestro país con materias primas, insumos, mercado y ser mediterráneo, lo cual encarece los costos de flete.

“Franco, a parte de golpista, es un estafador”, agregó en referencia a los 13.800 millones de dólares en subsidio energético que consumiría RTA en los primeros 20 años de funcionamiento.

“El golpista de Franco entregó nuestra soberanía a Washington”, 
remató con relación al acuerdo arribado con la firma australo-canadiense de llevar ante el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi), organismo del Banco Mundial, cualquier eventual reclamo de una de las partes en aspectos relacionados al emprendimiento. Esta institución siempre se ha caracterizado por proteger los intereses de las trasnacionales frente a las reivindicaciones de los Estados ante los abusos cometidos en sus respectivas jurisdicciones.

El acto concluyó con la actuación del músico Ulises Silva, quien interpretó canciones en defensa del medioambiente frente a la depredación capitalista.

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