EL MICRÓFONO DE LA MISOGINIA

Por Belén Spinetta
 
El Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión analizó la audición que todos los mediodías conduce Baby Echecopar por Radio 10. El informe reveló el alto grado de violencia verbal hacia las mujeres que contiene el programa y desnudó el entramado patriarcal detrás del mensaje.
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Me gustaría contar el número de páginas escritas sobre la violencia contra las mujeres, poder decir cuántas han muerto en pos de un ideal de belleza inalcanzable o cuantas han sido asesinadas porque otros las consideraron de su propiedad. Me gustaría arrancar esta nota diciendo que venimos dando pasos importantes, que tenemos una ley que sanciona la violencia, que le pone nombre a la violencia en los medios, que la sociedad avanza; pero cuando leo y releo el Informe sobre el programa radial de Baby Echecopar (El ángel del mediodía) elaborado por Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión me invade una enorme sensación de desasosiego.
El polémico conductor, aquel que montó un personaje en base a una personalidad irreverente, del maltrato a las audiencias y de recibir llamados con insultos de los oyentes, explota al máximo esa reputación que supo conseguir para legitimar un discurso que desborda violencia verbal, sexismo y racismo. “La mujer cuando pasa los cuarenta años, si vos la dejás diez días sin depilar y sin la piedra pómez te encontrás con una pierna peluda… se transforman en un monstruo”. Pasaron apenas 10 minutos de la audición del 22 de marzo de 2013, suficientes para que el conductor introduzca lo que será un concierto de misoginia, síntesis de las peores ideas patriarcales presentes en la sociedad acerca de lo que debemos y no debemos ser las mujeres.
 
Bellezas que matan
Etchecopar, apelando a lo que considera es humor, dará una lección de machismo a partir de la premisa de que los hombres envejecen “con dignidad”, mientras que las mujeres quedamos reducidas a simios, roedores y hasta vacas destinadas a pasar por el matadero cuando nos convertimos en objetos desechables. “Hay dos posibilidades, como dice el señor taxista hay que sacrificarlas, o sea el martillazo en la cabeza y mandar la hamburguesa o mandarlas para el interior, a lugares donde hay presidios del sur, lugares donde no hay  ninguna mujer y ahí van a ser la Coca Sarli. Hay tipos que comen cualquier cosa (risas) hay un pedido para Sunchales, ahí te agarran viste…Llevarlas a la cosecha de la soja, vos las dejás atrás de un árbol y cuando los muchachos pasan con la rastra, le dan un saque y siguen”. Así de la violencia verbal, pasa a la apología del femicidio.
En su análisis sobre esta audición radial, el Observatorio de la Discriminación –organismo integrado por el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM); la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI)-, señala que el mensaje que se trasmite es que las mujeres que no entran en “la matriz” merecerían morir como las vacas en un matadero “convocando no sólo una imagen morbosa y dolorosa sino también equiparando a tales mujeres con animales”. Agrega además, entre otras cosas, “se procede a una vasta reproducción de estereotipos que vuelven denigrantes las trazas naturales del paso del tiempo en el cuerpo las mujeres, reduciéndolas al estado de objeto consumible o como dice el conductor “comestible o no comestible”. Sobre la apelación a la parodia y el humor que hace el conductor, concluye que “se profieren expresiones humillantes, se falta el respeto, o se hace apología de algún delito”, por lo que “contenidos de tal calibre constituyen una irresponsabilidad y un menoscabo a la ciudadanía”.
Es menester recalcar, tal como lo hace el Observatorio, que “el ideal estético dominante de la mujer en nuestra sociedad (blanca, joven, delgada, alta, musculosa, busto y glúteos prominentes) resulta desde una concepción patriarcal y sexista, condición excluyente para la aceptación social y el éxito, lo que no se expresa igual para los hombres”.  Y son aquellos mandatos los que nos ponen en la encrucijada de un deber ser inalcanzable, que arrastra a miles al callejón sin salida de una estética dominante que muchas veces nos conduce a la bulimia, la anorexia y la depresión por no poder ser los que nos obligan a ser.
 
“La mujer es un roedor, hicieron un estudio genético. La mujer es un mono roedor.  Vos sabés que muchos científicos me llamaron para decirme que yo odiaba a las mujeres, que era misógino… ¡Noooooo!, soy un investigador de la raza, hay más puras y menos puras”. Sigue y se afianza la perorata misógina de Etchecopar.
Al introducir en su discurso el concepto de “raza”, el conductor deja en evidencia su propio racismo que alude a lo peor del nazismo. De hecho, del fragmento arriba mencionado se desprende que habría razas superiores y otras inferiores. Etchecopar destila odio hacia las mujeres y hacia aquellos otros que no encajan en sus cánones de lo socialmente aceptable. Sentencia el informe del Observatorio que “este fragmento radial se constituye en un discurso de odio que no admite dobles lecturas en tanto los hechos discursivos se realizan en determinado contexto social y no son entes separados de la realidad”.
 
Qué hacer
Relevando el contenido de los medios audiovisuales, el Observatorio realiza una tarea fundamental que ayuda a desentramar los aspectos discriminatorios de los mismos. Pero este organismo no puede emitir sanciones. Sólo llama la atención y emite recomendaciones.
Frente al exabrupto de Etchecopar se lo convocó a una reunión para analizar el tema, a la que por supuesto nunca asistió. Entonces nos queda la sensación de vació de que la radio y la televisión son una maquinaria imparable de reproducción de estereotipos.
Es importante recordar que con la aprobación de la Ley de Medios se creó la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), la cual sí tiene poder sancionatorio. Lo cierto es que las sanciones que este organismo resuelve tardan mucho en efectivizarse. Sobre Showmatch, por ejemplo, recayó en mayo del 2012 una multa de 3 millones de pesos (debida al desnudo completo de la bailarina Cynthia Fernandez en noviembre del 2011) que aún no se efectivizó ya que Ideas del Sur (productora del programa que conduce Marcelo Tinelli) apeló la decisión del organismo estatal. Es el entramado burocrático al que nos tienen acostumbradas/os la mayoría de los organismos estatales.
Frente a esto… ¿qué hacemos entonces? ¿Quién le pone un freno al Ángel del mediodía? Quizás nos quede sólo la sanción social, que no es un hecho menor y seguir visibilizando el trabajo que realizan organismos cómo el Observatorio. Su trabajo es valioso y brinda herramientas para desenmascarar la trama machista de los medios y avanzar en ponerle, más temprano que tarde, un punto final.

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