COREA: ¿NUEVA DOCTRINA NUCLEAR?


por Jorge Gómez Barata

Tal vez ninguna actividad científica ha convocado a tantas inteligencias, consumido tantos recursos y significado riesgos mayores con tan pobres resultados como la esfera nuclear. La única actividad en la que la tecnología atómica ha sido convincente es la militar, donde su producto estrella: la bomba atómica, protagonizó la Guerra Fría.Bomba

Sesenta y ocho años después de que el Proyecto Manhattan, realizado por alguno de los científicos más brillantes de todos los tiempos, al fabuloso costo de 20 000 millones de dólares, produjera tres bombas atómicas de las cuales dos fueron empleadas contra Japón, está probado que la energía nuclear no sólo es prescindible sino aborrecida por millones de personas.

Costos, riesgos de operación, exigencias de seguridad, gigantismo de las instalaciones, dificultades para deshacerse de los residuos y otras desventajas, desaconsejan la utilización del átomo para producir electricidad. A ello se añaden los discretos logros de su empleo en la medicina, la agricultura, el transporte, la industria aeroespacial y otras ramas donde los resultados no compensan los gastos y los riesgos de su empleo. Para colmo, en virtud de una sorprendente paradoja derivada del fin de la Guerra Fría y de los reajustes estratégicos y geopolíticos a que dio lugar el fin de la Unión Soviética, la atenuación de las rivalidades militares entre las potencias nucleares y los cambios de opciones por parte de Rusia y China, también en la esfera militar la energía nuclear ha perdido vigencia.

Por su capacidad destructiva, los riesgos que supone su empleo y el hecho de que en una guerra nuclear no existen posibilidades de victoria para ningún contendiente, las bombas atómicas han sido el arma más costosa y la menos utilizable. Hasta hoy su papel ha sido exclusivamente disuasivo.

Tal vez porque modifica un status quo firmemente establecido e introduce una extraña doctrina que parece considerar posible victorias militares o ganancias políticas mediante el empleo de armas atómicas, la inesperada radicalización de la posiciones en materia nuclear de Corea del Norte ha dejado perplejo al mundo y colocado a Estados Unidos, ante una coyuntura política y militar inédita.

Al declararse dispuesta de manera inminente a emplear sus armas nucleares, Corea ha hecho algo que no hizo la Unión Soviética ni ninguna otra potencia nuclear que en cada crisis: Suez (1956), Berlín (1958) y Cuba (1962), mientras mostraban sus músculos atómicos, abierta o discretamente, realizaron acciones políticas y diplomáticas tratando de evadir punto de no retorno. Desde los tiempos de Truman la retorica atómica no era tan explícita.

Al abandonar la doctrina del carácter disuasivo del armamento nuclear y asumirlas como medios de ataque, Corea del Norte introduce la única y más peligrosa innovación desde que Harry Truman, el mismo que ordenó su empleo, no sólo le negó autorización para hacerlo a Douglas MacArthur, Comandante de sus fuerzas durante la Guerra de Corea, sino que lo destituyó.

Si las amenazas de lanzar bombas atómicas sobre Corea del Sur, Japón y los Estados Unidos fueran un farolazo, es irresponsable, si fueran ciertas son suicidas y si son una manera de obtener ganancias políticas, está por ver: ¿Cuáles son y a qué precio? Allá nos vemos.

ARGENPRESS.info

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