La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación -a través de la Red Federal de Sitios de Memoria que coordina el Archivo Nacional de la Memoria- señalizó hoy la ex Brigada de Investigaciones de San Justo, partido de La Matanza, donde funcionó un centro clandestino de detención y torturas durante la última dictadura cívico militar.
La actividad fue organizada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, junto con la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires y la Dirección de Derechos Humanos del Municipio de La Matanza, con el aporte del Comité para la Defensa de la Salud, la Ética y los Derechos Humanos (Codesedh), organismos de derechos humanos locales (querellantes causa 83), sobrevivientes, testigos de la causa y familiares, entre otras organizaciones, en el marco del Mes de la Memoria, a 37 años del último golpe de Estado.
Judith Said, coordinadora del Archivo Nacional de la Memoria y de la Red Federal de Sitios de Memoria, manifestó que desde el Estado nacional “tenemos un claro compromiso con las políticas por la memoria, la verdad y la justicia. Este acto reparatorio es para todos nosotros y también para todos los integrantes de la Fuerzas. Para que los que entrar a trabajar aquí sepan lo que sucedió y sepan que los responsables están siendo juzgados, y que ellos no tienen que trabajar para hostigar a sus hermanos sino formar parte de una verdadera fuerza de seguridad que trabaje por toda la sociedad”.
Por su parte, Guido Carlotto, secretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, sostuvo: “Quiero comprometerme como militante, sobreviviente, como secretario de Derechos Humanos en seguir trabajando para que en Argentina no vuelva a suceder lo que sucedió. Por los 30 mil, por Luciano Arruga, por Néstor Kirchner: nunca más”.
Fernando Espinoza, intendente de La Matanza, destacó que “todo estos actos reparatorios comenzaron gracias al impulso de Néstor Kirchner”, y llamó a “que ningún genocida siga impune, que ningún acto del terrorismo de Estado quede impune, porque estamos viviendo en una democracia que tiene un gobierno popular que sabe interpretar lo que el pueblo quiere. Y eso es lo que estamos haciendo con la compañera Cristina y lo que estamos haciendo acá con esta señalización de la Brigada de San Justo”.
En tanto, el diputado nacional Horacio Pietragalla manifestó: “esto es la señalización de un lugar de horror, de un centro clandestino de detención y torturas que funcionó aquí, en esta calle. Militamos para que se entienda lo que aquí sucedió y que se comprenda que cuando hoy le pegan a algún pibe de un barrio, están volviendo a torturar a nuestros desaparecidos”.
A su turno, Norberto Liwski, presidente del CODESEDH (Comité para la Defensa de la Ética, la Salud y los Derechos Humanos), sobreviviente de este centro clandestino, reflexionó: “Pasar por la calle Salta ya no será pasar por la calle del terror y del horror, sino por la calle de la recuperación de la memoria y de la dignidad que fue posible lograr en democracia”.
Finalmente, Paula Logares, sobreviviente de este centro clandestino de detención, quien fue apropiada por el entonces subcomisario de esta Brigada policial y cuya identidad fue restituida en 1984, expresó: “Estamos acá, en la puerta de un lugar donde se cometieron horrores. Pero estamos a plena luz del día diciendo lo que aquí sucedió. Estamos haciendo y podemos seguir haciendo”.
EL CENTRO CLANDESTINO DE DETENCIÓN
Subordinada a la Jefatura de Policía bonaerense y al Primer Cuerpo de Ejército, a través del Grupo de Artillería Mecanizada 1 de Ciudadela- la ex Brigada de Investigaciones de San Justo formó parte del Circuito Camps, como se conoce a la red más importante de centros ilegales de reclusión de la provincia, bajo el mando de los ex generales Ramón J. Camps y luego Ovidio Pablo Riccheri.
Según constancias judiciales, más de un centenar de hombres y mujeres -varios junto a sus pequeños hijos- perseguidos por su militancia política, social y sindical fueron secuestrados y sometidos a todo tipo de tormentos para luego ser trasladados, asesinados o desaparecidos. Muchos de ellos pertenecían a organizaciones de la salud y la educación como también a grupos estudiantiles. Entre otros crímenes de lesa humanidad, aquí se cometió el delito de apropiación de niños. La Brigada se vinculó al Plan Cóndor, como se denomina a la coordinación represiva entre las dictaduras de América del Sur en las décadas del ´70 y´80.
También, centralizó el funcionamiento de todas las comisarías de la zona que operaban de forma clandestina, como las de Gregorio Laferrere y Villa Insuperable.
