por Luis Tino SICILIA ///-.
En un cónclave secreto la derecha argentina decidió que el Santo Padre profesa su ideología y en consecuencia también su propósito de impedir futuras victorias electorales del kirchnerismo. Bromas aparte, en ese contexto los millonarios Mauricio Macri y Francisco De Narváez entre otros, se consideran militantes de la opción por los pobres, aunque el debut de Macri en el Vaticano se haya convertido en algo semejante a un papelón.
En los últimos meses, el Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires recibió varias cartas reclamandole al alcalde porteño preservar intacta la llamada secretaría villera, una entidad Ad Hoc que reúne las causas con los reclamos de los barrios de emergencia y que el macrismo hace tiempo busca desactivar. Una de esas misivas enviadas a la magistratura para rechazar las pretensiones del PRO lleva la firma de Jorge Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires y actual Papa Francisco.
¿Qué hará ahora Mauricio? No hay mucho para elegir, se alineará sin chistar junto al Papa y entonces, sin proponerselo, habrá elegido a favor de los pobres. Este Papa que dice ser peronista, reconoce su adhesión al verticalismo partidario aunque no lo diga en voz alta. La verticalidad es, tal vez, el peor de los pecados porque permite ocultar todos los otros. Desde esa verticalidad absolutista Francisco debe gobernar a 1200 millones de almas. La iglesia que tiene el Papa en sus manos viene de dos reinados muy conservadores y derechistas como los de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que representaron la globalización y la hegemonía del neoliberalismo a escala planetaria. Para el analista Luis Brunstein su adhesión a esa estructura de poder definió la cuestionada actitud de la iglesia con la dictadura. La herencia que Francisco recibe ahora de los dos Papas anteriores es un Vaticano envuelto en escándalos financieros y de corrupción con innumerables denuncias por hechos de pedofilia. Mientras Juan Pablo II y Benedicto XVI se encargaron de perseguir y desplazar a los obispos progresistas, se fueron creando esos nichos de corrupción que impregnan a la Curia Vaticana, «esto no lo dice la izquierda anticlerical a la que en estos días se refirió el portavoz del Papa al referirse a Horacio Verbitsky sino que se comenta en todos los corrillos de Roma. Se dice que el Vaticano necesitaba un hombre con la austeridad, la astucia y el carácter de Bergoglio para limpiar esa vergüenza» . Después de todo, de tantas intrigas, en especial mediáticas Cristina fue personalmente invitada a visitarlo en el Vaticano suscitando la envidia y el malestar de los que sueñan con desalojarla del poder, por una vía o por otra. La respuesta del gobierno a tanta intriga desestabilizante es el trabajo, la gestión y la militancia que se expresó con claridad en un encuentro realizado el viernes último en Paraná, Entre Ríos, donde participaron el vicepresidente Amado Boudou, el jefe de gabinete Abal Medina, diez gobernadores, un vice gobernador, 17 diputados, seis senadores, ministros e intendentes de todas las provincias, con el propósito de expresar pleno respaldo a la presidenta y a la continuidad política de su proyecto.
La anunciada ausencia de Daniel Scioli que según los organizadores no estuvo invitado, suscitó todo tipo de comentarios aunque ninguno se mostró particularmente molesto o irritado por la ausencia del gobernador bonaerense. El diputado Carlos Kunkel frontal como siempre, sostuvo que el motonauta está a destiempo con su candidatura personal. Este es un proyecto de todos los sectores del peronismo con la intención militante de ver como consolidamos el proyecto que lidera Cristina, no es momento de lanzamiento de candidaturas personales, enfatizò Kunkel.
Uno de los momentos de mayor fervor se vivió con la intervención del misionero Maurice Closs, quien llamó a ganar las elecciones de medio término porque son fundamentales -dijo- a la hora de defender esta década ganada. Vamos a hacer lo imposible para obtener el cien por ciento de los votos, para volver a poner tres senadores y garantizar dos años de gobernabilidad a la Presidenta.
¿Qué hará ahora Mauricio? No hay mucho para elegir, se alineará sin chistar junto al Papa y entonces, sin proponerselo, habrá elegido a favor de los pobres. Este Papa que dice ser peronista, reconoce su adhesión al verticalismo partidario aunque no lo diga en voz alta. La verticalidad es, tal vez, el peor de los pecados porque permite ocultar todos los otros. Desde esa verticalidad absolutista Francisco debe gobernar a 1200 millones de almas. La iglesia que tiene el Papa en sus manos viene de dos reinados muy conservadores y derechistas como los de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que representaron la globalización y la hegemonía del neoliberalismo a escala planetaria. Para el analista Luis Brunstein su adhesión a esa estructura de poder definió la cuestionada actitud de la iglesia con la dictadura. La herencia que Francisco recibe ahora de los dos Papas anteriores es un Vaticano envuelto en escándalos financieros y de corrupción con innumerables denuncias por hechos de pedofilia. Mientras Juan Pablo II y Benedicto XVI se encargaron de perseguir y desplazar a los obispos progresistas, se fueron creando esos nichos de corrupción que impregnan a la Curia Vaticana, «esto no lo dice la izquierda anticlerical a la que en estos días se refirió el portavoz del Papa al referirse a Horacio Verbitsky sino que se comenta en todos los corrillos de Roma. Se dice que el Vaticano necesitaba un hombre con la austeridad, la astucia y el carácter de Bergoglio para limpiar esa vergüenza» . Después de todo, de tantas intrigas, en especial mediáticas Cristina fue personalmente invitada a visitarlo en el Vaticano suscitando la envidia y el malestar de los que sueñan con desalojarla del poder, por una vía o por otra. La respuesta del gobierno a tanta intriga desestabilizante es el trabajo, la gestión y la militancia que se expresó con claridad en un encuentro realizado el viernes último en Paraná, Entre Ríos, donde participaron el vicepresidente Amado Boudou, el jefe de gabinete Abal Medina, diez gobernadores, un vice gobernador, 17 diputados, seis senadores, ministros e intendentes de todas las provincias, con el propósito de expresar pleno respaldo a la presidenta y a la continuidad política de su proyecto.
La anunciada ausencia de Daniel Scioli que según los organizadores no estuvo invitado, suscitó todo tipo de comentarios aunque ninguno se mostró particularmente molesto o irritado por la ausencia del gobernador bonaerense. El diputado Carlos Kunkel frontal como siempre, sostuvo que el motonauta está a destiempo con su candidatura personal. Este es un proyecto de todos los sectores del peronismo con la intención militante de ver como consolidamos el proyecto que lidera Cristina, no es momento de lanzamiento de candidaturas personales, enfatizò Kunkel.
Uno de los momentos de mayor fervor se vivió con la intervención del misionero Maurice Closs, quien llamó a ganar las elecciones de medio término porque son fundamentales -dijo- a la hora de defender esta década ganada. Vamos a hacer lo imposible para obtener el cien por ciento de los votos, para volver a poner tres senadores y garantizar dos años de gobernabilidad a la Presidenta.
El Libertador en Línea
