«CHÁVEZ ESTARÁ CADA JUEVES ACOMPAÑÁNDONOS, COMO NUESTROS HIJOS Y COMO NÉSTOR»


por Agencia Paco Urondo

Hebe de Bonafini recordó al Comandante en la tradicional marcha de los jueves en Plaza de Mayo.Hebe


“Bueno, compañeros, la verdad es que todo lo que uno haga y todo lo que uno diga parece una pavada. Es tan grave lo que nos ha pasado, es tan triste que cuesta recomponerse. Nosotras siempre decimos que estos hombres únicos o mujeres únicas no se van, no se mueren, andan por ahí sobrevolando. Estamos convencidas de que así pasa. Pero el no disfrutar más de su sonrisa, de su cariño, de su voz; aunque por suerte hay tantas grabaciones y tantos discursos tan maravillosos. Recién Daniel me decía que en un discurso que hizo cuando todavía no era presidente, bajó toda una línea de lo que iba a hacer y que después hizo.

Yo conocí la Venezuela pobre, la Venezuela de calderas, esa Venezuela analfabeta total donde los hombres y mujeres no conocían ni el médico.
No sabían que existían los médicos, donde las casas en los morros se caían a pedazos. Y llegó Chávez, e hizo lo que dijo. Un militar que entendió, cuando lo mandaron a reprimir me contó, me dijo: ‘Hebe cuando me mandaron a reprimir estudiantes yo me di cuenta qué cómo iba a reprimir hombres jóvenes como yo. Y yo me quise arrimar a esos estudiantes para decirles: yo no les voy a pegar. Pero los estudiantes no querían arrimarse, me tiraban piedras, tenían razón, nos tenían miedo’. Y ahí empezó a transformarse, a decir que tenía que hacer otros militares, con otro pensamiento. No dejar de ser militar, sino contarles y hablarles a sus compañeros, sus compañeros militares y otros coroneles, otros que también transformaran. Y así empezó esa transformación maravillosa para su Venezuela, para su Venezuela querida. Igualmente hoy no hay analfabetos en Venezuela. ¡No hay analfabetos! Es impresionante lo que ha hecho. Todos tienen sus médicos, toda la gente tiene su médico. Han hecho cantidades de casas. Han arreglado las más caídas, las más viejas, las más feas. Y ahora una va y están todas pintadas en los morros, los morros ahora son coloridos.


El pueblo lo ama, lo sigue y pienso que como tiene que haber elecciones muy rápidamente en un mes, también eso es favorable, porque la gente está con mucha fuerza, con muchas ganas de seguir peleando, con muchas ganas de seguir con el proyecto, este proyecto de la Revolución Bolivariana. La última vez que estuve yo les decía a las compañeras: ‘Hay que pensar en la Revolución Bolivariana, porque los hombres a veces nos dejan o se mueren, pero hay que continuar con el proyecto’. Chávez no nos va a dejar, como no nos dejó Néstor. Yo pienso que como pasó acá, van a nacer miles y miles de pibes que tienen no solo roja la camiseta sino rojo el corazón, con ganas de pelear. Porque el proyecto es latinoamericano, no es un proyecto sólo de Venezuela, es un proyecto de todos nosotros: es el proyecto de Cristina, de Evo, de Correa, de tantos compañeros, por supuesto de los venezolanos. También de los chilenos, aunque no tengan suerte, todavía, de tener un gobernante como corresponde. También Dilma, en Brasil, todos nos tenemos que juntar, no sólo Chávez dijo ‘el ALCA, al carajo’, hay que mandar al carajo al imperialismo y eso lo tenemos que hacer entre todos.


Son días muy duros, días que a veces uno no tiene tantas ganas de hablar, porque ve tanta injusticia, tanta injusticia en la justicia, en la que se llama justicia, en los camaristas, en los que disponen de la vida de los demás. Pero, bueno, todo se va a ir cambiando y alguna vez los que hoy son cómplices de liberar a asesinos, alguna vez también ellos van a ir a la prisión. Eso también: estamos todos comprometidos en cambiar la Justicia para que alguna vez sea para los pueblos y no para los ricos, para los ladrones, para los chorros, para los traidores y para los asesinos. Por eso el proyecto es nacional y popular, pero latinoamericano. Y en eso tenemos que pelear mucho.

Todos tenemos una obligación, todos tenemos algo que hacer, donde estemos, no importa: en la escuela, en la casa, en el trabajo, en el bar, en el club, en donde estemos tenemos una responsabilidad. No alcanza con ponerse la camiseta de Chávez y la boina roja, no alcanza con ponerse la camiseta del Che, y no alcanza con ser cristinista o ser de La Cámpora, tenemos que ser de la Patria, esta Patria latinoamericana por la que tantos dieron la vida. Comprometamos nuestras vidas, compañeros, con un aplauso eterno para el compañero que no se fue, que está aquí, y estará cada jueves acompañándonos, como nuestros hijos y como Néstor. Gracias».

“Chávez sentía en profundidad que el otro soy yo“


Entrevista a Hebe de Bonafini en Plaza de Mayo, realizada por periodistas del Brasil.


“El legado que dejo Chávez para toda América Latina es un legado de humildad, de revolución, de compromiso. Cuando él le pedía a Dios aunque sea una hora más de vida, a pesar de lo que estaba sufriendo, él demostraba todo lo que era capaz de sufrir por su Pueblo. Es un hombre que sufrió un montón, se la aguantó hasta donde pudo. Y eso es de los grandes hombres.


Uno trata de aprender, de la entrega total, de la simpleza. Él te invitaba a comer, y podías comer en la antecocina, discutiendo frente a un plato de sopa y una tajada de queso. Esos son los hombres, que como Néstor, te abren la puerta de la Casa de Gobierno para decirte que es tuya la casa, que ellos están circunstancialmente ahí.


Chávez, cuando yo lo conocí, me contaba cómo había tenido que transformarse. Porque entendió que no por ser militar hay que pegarle a los compañeros que reclaman. A él le dolía pegarles, eso quiere decir que el tipo tenía una ternura y un sentimiento para el otro… Ese “el otro soy yo” él lo sentía en profundidad.

Me parece que hizo una transformación enorme en los hombres del ejército, que no por tener uniforme hay que golpear al Pueblo. El ejército está para defender a la Patria, y eso es lo que les enseñó a los ejércitos americanos. Para defender la Patria, no para ocupar el país, no para torturar, no para matar.

Son tantas las cosas que nos dejó, que hay que repasarlas, leerlas, mirarlas. Son como los discursos de Néstor, y como los de Cristina. Yo creo que son personalidades únicas. Tenemos a Lula, ¿cuántas veces habló Lula en esta plaza? Tan sencillo como el venía, y de repente Presidente. Con Dilma, todos están poniendo lo mejor que tienen. Porque han sentido en sus propios cuerpos  el sufrimiento, no son hombres y mujeres cualquiera.

Los pueblos tenemos que disfrutarlos, en el mejor sentido de la palabra. Tenemos que amarlos… yo no digo imitarlos, porque es muy difícil. Pero tenemos que comprometernos con ellos. Que es comprometernos con nuestro futuro, con nuestro presente. Con nuestra Patria latinoamericana, que ha sufrido tanto, que ha dado tantos muertos. Nos han quitado todo, pero ahora no tenemos que permitir que nos quiten la esperanza. Y la esperanza esa una Latinoamérica unida”.

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