ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL GENERAL JOSÉ DE SAN MARTÍN

 

por SIPTeD
Se cumple en el día de la fecha 25 de febrero de 2012 el 234º aniversario del nacimiento del Padre de la Patria. En ese sentido, el SiPTeD hace un aporte a la recordación de tan magna fecha, acercando datos históricos sobre la personalidad del prócer.san-martin

Debemos apuntar que en 1778 año del natalicio en Nuestra Señora de los Tres Reyes de Yapeyú, cabecera del departamento Yapeyú perteneciente a la Provincia de Misiones del entonces Virreinato del Río de la Plata, era al decir de Bartolomé Mitre «…al tiempo del nacimiento de San Martín Yapeyú era una de las plazas más ricas en hombres y ganados de la la región. Levantábase todavía erguido en uno de los frentes de la plaza, el campanario de la iglesia de la poderosa Compañía (jesuítica). El antiguo Colegio y la huerta adyacente era la provisión del Tte. Gobernador y su familia». Su padre, Juan de San Martín cumplía esa función. Después de los cinco años de edad la familia se asentó en Buenos Aires para partir a España, donde San Martín cumpliría su preparación militar y el glorioso destino al regresar a la Patria. Esas enseñanzas y ejemplos del hogar de justeza y disciplina quedarían incorporados a su rica personalidad como lo consigna el Gral. Tomás Guido (1788-1866): «… Su vida era generalmente sobria y metódica. Durante su larga permanenecia en Chile, tenía por costumbre levantarse a las tres y media a cuatro de la mañana y, aunque con frecuencia lo atormentaba al ponerse de pie un ataque bilioso, recobraba pronto sus fuerzas con medicinas estomacales bebibles y pasaba luego a su bufete… Preparaba apuntes para su secretario que estaba obligado a presentarse a las cinco de la mañana. Hasta la diez se ocupaba de los detalles de la administración del ejército, parque, maestranza, etc. suspendiendo el trabajo a las diez y media. Desde esa hora recibía al jefe del Estado Mayor, de quien tomaba informes  y a quien daba el orden del día. Sucesivamente concedía audiencias con entradas francas a jefes y personas de cualquier rango que solicitaran hablar. El almuerzo era en extremo frugal…Por la tarde recibía visitas o hacía corto ejercicio y al anochecer regresaba a continuar su labor, imponiéndose de la correspondencia del día hasta las diez de la noche en que se retiraba a su aposento y se recostaba en un angosto lecho de campaña…. Mas este régimen era con frecuencia interrumpido por largas vigilias en las que meditaba y combinaba operaciones bélicas del más alto interés… A más de la dolencia casi crónica que lo mortificaba sufría de vez en cuando ataques agudísimos de gota que, entorpeciendo la articulación de la mano derecha, lo inhabilitaban para el uso de la pluma…».

Volviendo a Mitre en su «Historia de San Martín» en un sobrio concepto: «Se ha dicho que San Martín no fue un hombre sino una misión. Sin exagerar su severa figura histórica, ni dar a su genio concreto un carácter místico, puede decirse con la verdad de los hechos comprobados, que pocas veces la intervención de un hombre en los destinos humanos fue más decisiva que la suya, así en la dirección de los acontecimientos como en el desarrollo lógico de las consecuencias».

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