AUTODETERMINACIÓN O PREPOTENCIA COLONIALISTA


No puede sorprender la excusa principal con la cual el vetusto Imperio Británico busca justificar el enclave colonial de los tres archipiélagos del Atlántico Sur.
ortiz
por Carlos Andrés Ortiz

Expertos en las malas artes de dividir para reinar, y en prefabricar países, en muchos casos sembrando o azuzando odios absurdos e irracionales, su ascenso como gran potencia mundial fue marcado por un sinnúmero de agresiones alevosas, tiñendo en un mar de sangre las joyas de la corona y las riquezas sobre las que basó su expansión y sobrevivencia, hoy claramente camino al ocaso como potencia de primer orden.

 Con “filósofos” que escribían sobre la “libertad” en abstracto, mientras eran prósperos comerciantes que se enriquecían traficando esclavos, pretendieron marcar pautas morales a escala planetaria; con economistas que cantaron loas al “libre comercio” con el cual pretendían perpetuarse como única potencia industrial y que  impusieron por la fuerza de las armas, y donde no pudieron –como en Argentina- lo hicieron mediante la sutil y persistente colonización cultural, otra de las asignaturas en las que son maestros a nivel mundial. ¡Y bien que cuantas veces le fue conveniente, intervinieron en su propia economía, e incluso levantaron barreras aduaneras, o sutiles barreras para arancelarias, como supuestas zooepidemias, para impedir nuestras exportaciones de carnes, con los viejos recursos de la aftosa, y luego de la “vaca loca” que los propios europeos causaron!

Entre tantas mentiras, que van cambiando de acuerdo a sus necesidades,  para su difusión cuentan no solo con su uniformada prensa interna –que jamás ataca sus propias Políticas de Estado-, sino con una de las mayores agencias de prensa del mundo –Reuter-, más otras agencias de aliados de la OTAN, como AP y France Press; y como refuerzo siempre oportuno, tiene sus “medios adictos” y sus “periodistas dóciles” que operan en Argentina y en diversos países del mundo, haciendo de caja de resonancia de cuanto alarde, prepotencia o comentario emane de Downing Street (sede del Primer Ministro), o de cualquiera de los focos del poder británico, o si cuadra, de sus “primos” del otro lado del Atlántico…o de sus socios de la UE.

Con esas tácticas de dividir para reinar, actuando con agentes propios o con “nativos” cooptados al efecto, y contra la voluntad de Artigas, Dorrego y otros patriotas, escindieron de Las Provincias Unidas al Uruguay, para que poco después “el iluminado” Rivadavia “invite” al Alto Perú (actual Bolivia) a separarse…¡siendo que las provincias altoperuanas formaron parte del Congreso de Tucumán!

Las invasiones militares británicas, que por estos pagos rechazaron las tropas bajo el mando del “gaucho rubio” Juan Manuel de Rosas; lograron en la misma época someter a la milenaria China, mientras se embrutecía a su población con la adicción al opio, que los mismos británicos proveían.

La brutal guerra de exterminio y “escarmiento” contra Paraguay, fue indudablemente fogoneada por Gran Bretaña; alcanzando luego el hermano país los “beneficios” del “libre comercio”, a costa del atraso y la miseria crónicas, además de los absurdos odios y rencores sembrados entre aliados naturales, herederos del virreinato que nos unía.

Lo mismo la Guerra Del Chaco, que empobreció más a Bolivia y Paraguay, detrás de los cuales estaban dos petroleras anglosajonas, azuzando odios y patrioterismos distorsionados.

Al independizarse la India, sugestivamente se exacerbaron los conflictos religiosos, particularmente entre hinduistas y musulmanes…a cuya consecuencia Pakistán y el actual Bangla Desh se separaron de India, todo bajo la “paternal” batuta del delimitador de fronteras y último virrey, Lord Mountbatten.
El viejo imperio ya en decadencia seguramente temía que alguna vez India despertara y se convirtiera en potencia mundial (lo cual esta ocurriendo pese a todo), para lo cual buscó debilitar, fraccionar el territorio, y de paso, dejar un enemigo acérrimo a su lado.

En América Central, ante la debilidad de Guatemala, Gran Bretaña le usurpó un extenso territorio y prefabricó el Estado “libre” y anglófono de Belice.

En América del Sur, junto con Francia y Holanda (otras viejas potencias colonialistas y esclavistas), lograron mantener tres territorio coloniales, Las Guayanas; hoy dos independizados, pero con claros vínculos con sus metrópolis colonialistas, mientras la Guayana Francesa es un enclave colonial, militarizado y aislado del continente. ¿Estos europeos nos quieren dar cátedra de humanismo, de derechos humanos y de civilidad?

Ahora, y desde hace unos cuantos años, bajo la máscara astuta y mendaz de la “autodeterminación” de los intrusos impuestos a punta de fusil, pretende el vetusto, decadente pero peligroso imperio, hacer olvidar la brutal usurpación colonialista, su falta de todo fundamento geográfico y carencia de derechos, para crear otro “Estado fantasma”, burda parodia que se sume a la Comunidad Británica junto a otros minúsculos Estados insulares antes esclavizados o colonizados por la fuerza. Y con ese enclave colonial vestido con ropaje de pseudo Estado, quieren mantener su cabecera de proyección a la Antártida, amenazando a la vez los estrechos australes y toda la Patagonia Argentina.

Pero además, el imperio no se resignó a perder la dócil colonia económica que fue Argentina, que con sumisión y bajo el colonialismo político y cultural operó como una colonia más, a lo largo de tantas décadas casi ininterrumpidas, desde el mitrismo en adelante. Hasta el vicepresidente “Julito” Roca, en 1935, expresó con todas las letras, su “orgullo” de ser en los hechos parte integrante del Imperio Británico.

Toda la parafernalia de “diarios independientes” (¿¡!?) “opinantes serios”, “economistas exitosos”, “academicistas” varios (de las tantas “academias” paquetonas y ultra conservadoras que se crearon al efecto, como la de La Historia), Fundaciones Económicas varias (muchas vinculadas o apéndices de entes globalizantes mundiales), políticos “respetables” (y sin votos), y entidades de rancia prosapia (como la ultra liberal SRA), se esfuerzan a diario por hacernos involucionar al anacrónico rol de atrasado productor primario, sin industrias, sin tecnologías propias, sin un Proyecto Nacional…y sin dignidad.

Y hoy, además de esas acciones disolventes de economistas, políticos, y periodistas que operan descarada o embozadamente a favor de “las buenas costumbres” de la ortodoxia económica liberal (“el noventismo” para expresarlo más claramente); existen otros que bajo la cobertura de “inocentes” ONG “ecologistas”, indigenistas, y derecho humanistas ultras, trabajan para hacernos volver al subdesarrollo crónico (con excusas “ambientales”), y para sembrar odios irreconciliables, fomentando divisiones internas, bajo el pretexto de reivindicaciones de “pueblos originarios”.

Los promotores del ultra indigenismo siembran un curioso “racismo al revés”, fomentando divisiones, en un tejido social como el argentino, que en general se caracterizó por ser abarcativo, no racista e integrador de las diversas corrientes que componen nuestra variada población. No por casualidad, la ONG Mapuche Nation, que presiona en Argentina y Chile, tiene sede en Bristol, siendo británicos casi todos sus integrantes. Y es bien sabido que otras ONGs, entes y promotores diversos de esas acciones disolventes, parecen contar con suficiente provisión de fondos para sus perversas acciones. ¿Cuáles son los orígenes de esos fondos? ¿A quienes responden de última?

Y operando desde los medios y la “cultura”, los sembradores de odios y divisiones, bajo ropajes filosóficos, sociológicos, histórico-anarco-

revisionistas, y otros, siguen buscando la división nacional…tal vez buscando crear “La Araucania” mapuche u otras secesiones; en una infame tarea que los financistas estuvieron a punto de concretar en la crisis terminal de 2001: hacernos estallar en media docena de dóciles e inermes republiquetas; muy lejos de prioritarios objetivos geopolíticos,  como concretar la Patria Grande de la UNASUR; tal como sin duda hoy querrían hacer San Martín, Bolívar, Artigas, y otros; y más cercanos en el tiempo, como buscaron hacerlo Perón, Getulio Vargas e Ibáñez del Campo, en el proyecto inconcluso del ABC (Argentina, Brasil, Chile), que debió ser el germen de la Gran Unidad Latinoamericana.

Las claves son decisión y acciones políticas esclarecidas, sólidas acciones culturales que impongan nuestros Valores y Prioridades Nacionales de cada una de las naciones y el conjunto de la Patria Grande en formación. ¡Y también precisamos disponer de suficiente capacidad de disuasión militar, para desalentar a quienes clara o embozadamente, puedan querer hacer con nosotros lo que han hecho en otros lugares del mundo, con o sin excusas de “derechos humanos” o de “defensa de la paz mundial”…a los bombazos!


C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ


Investigador de temas económicos y geopolíticos

Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM

Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM

Cursada aprobada en la Maestría en Gestión de la Energía  = UNLa – CNEA

Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario

Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé

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