El puerto está pensado para carga granelera, madera, jugos cítricos, piedra y otros productos de la región. Para ello se viene trabajando desde hace varios meses en permanente consulta con los futuros usuarios de estas instalaciones, con el objetivo de no sobredimensionar la infraestructura y la consecuente inversión, pero previendo su expansión de acuerdo al desarrollo que un puerto puede generar en la zona y que se potenciaría de concretarse el proyectado puente Lavalle-Avellaneda (Santa Fe).
Al respecto, el ministro de Producción de Corrientes, Jorge Vara, dijo que para arribar a este anteproyecto se trabajó en varias etapas, comenzando por su ubicación, con un estudio que abarcó 90 kilómetros de costa sobre el Río Paraná, desde Bella Vista a Goya, analizando factores como topografía, distancia a centros poblados y rutas, acceso a energía, impacto ambiental, económico y social, entre otros, pensando en los sectores exportadores y manteniendo permanentes consultas sobre sus necesidades en cuanto a infraestructura portuaria.
El lugar elegido para el puerto es aguas abajo del proyectado puente Lavalle – Avellaneda y antes de la desembocadura del río Santa Lucía.
«Para el dimensionamiento se trabajó con todos los beneficiarios, en el que todos aportaron sus realidades. Lo que no queremos hacer es proponer una inversión en algo que no se pueda usar después», resumió Vara.
También se destacó el potencial del proyecto por su ubicación en un lugar estratégico para atender la demanda de la región Centro Sur de la provincia, generada por el arroz, la forestoindustria, la industria de los jugos, piedra, fertilizantes, etc. En esa zona se produce el 60% del arroz provincial, que a su vez se constituye en el 60% de las exportaciones de Corrientes.
Por otra parte, y según despacho de prensa del Ministerio de Producción provincial, las explicaciones técnicas estuvieron a cargo del Ing. Jorge Abramian (uno de los integrantes de la consultora) que describió las dos etapas de construcción.
Una que contempla la construcción de un solo muelle y una terminal multipropósito con sectores definidos para carga granelera, contenedores y piedra. Y la segunda con 2 muelles y mayor superficie para operación de las cargas.
Según los cálculos efectuados en este estudio, las obras en infraestructura de esta primera fase demandarán una inversión cercana a los 28 millones de dólares, que se puede ir construyendo en etapas, y su concreción generará un gran beneficio social-económico al reducir entre 10 y 15 dólares por tonelada el costo de transporte actual y potenciar el desarrollo regional.
