PARAGUAY: TRUCO SUREÑO

A nivel local, el presidenciable favorito del Partido Colorado para el 2013, Horacio Cartes, acapara las reiteradas acusaciones de delincuente, “cabecilla de una organización criminal”, según la conclusión de un equipo de investigación que habría coordinado la Embajada de Estados Unidos en Argentina, que días atrás se difundió con el sello de Wilkileaks.

Cartes, líder del Movimiento Honor Colorado, evasor de divisas y prófugo de la justicia, es un confeso enemigo de las “ideologías desfasadas” como, a su juicio, son el marxismo y el socialismo y, por el contrario, se declara identificado con los regímenes totalitarios que defienden el sistema capitalista.

En ese tono, el 18 de junio de este año, ocupó amplios espacios en dos diarios de Asunción, para expresar su “inmensa tristeza por la irreparable pérdida” causada al mundo cristiano por la muerte de Juan María Bordaberry, por quien rogó a Dios una oración por su eterno descanso.

Con Juan Bordaberry Herrán, hijo del fenecido mandatario, Cartes estaría asociado en alguno de los nueve establecimientos ganaderos y varias pistas aeronáuticas que posee en Paraguay y, en su condición de miembro de la Asociación Rural, hizo que la misma enviara sus pésames por la desaparición del dirigente colorado uruguayo.

Al currículo del empresario paraguayo, preso hace unas tres décadas por evasión de divisas y prófugo durante cuatro años, procesado varias veces y siempre sobreseído, la última en el 2008, antes de asumir Fernando Lugo, se suma una masa de 187 documentos secretos desclasificados la semana pasada por Itamaraty, que deslizan la presunción brasileña que Paraguay se estaba convirtiendo en un narco-estado.

En ese punto, aparece la figura del exGeneral Lino César Oviedo, hombre de origen muy humilde y hoy uno de los multimillonarios de la región, condenado por golpista y autoría intelectual del asesinato del Vicepresidente Luis María Argaña y de ocho manifestantes que defendían la democracia frente al Congreso paraguayo el 23 de marzo de 1999.

En esa masacre, Estados Unidos tuvo directa injerencia, a juzgar por los cables de Itamaraty difundidos este domingo por Folha de San Paulo, que revelan que desde días atrás, la Embajadora en Asunción, Maura Harty, informaba al Pentágono que habría “actos de terrorismo y muertes”.

Oviedo, líder del Partido UNACE, un desprendimiento colorado, al igual que Cartes, es acusado por diversas fuentes de narcotraficante, lavado de dinero y contrabandista de armas y diversas mercaderías, que comandaría la mafia boliviana de Santa Cruz, y mantendría vínculos empresariales con conocidas figuras del MERCOSUR, en particular Carlos Menem, con gobernadores brasileños de la zona de la Triple Frontera y también con políticos y diplomáticos de Uruguay.

Preso Oviedo en Brasil, por entrar clandestino, tras huir de Argentina al caer su socio Menem, y no poder ingresar a Paraguay donde estaba requerido, fue visitado en la cárcel por el Embajador Uruguayo Francisco Bauzá, al término de su misión bajo el gobierno de Sanguinetti y la conducción de la Cancillería por Daniel Oppertti, quien fungía de “asesor principal” del reo, según denunció entonces el Embajador de Brasil en Paraguay Bernardo Pericaz Netto.

Otro nexo estrecho de uruguayos con Oviedo lo habría mantenido Walter Nessi, responsable de prensa de Sanguinetti, en la época, después de ser un asesor de la tiranía militar.

En fin, una serie de vínculos que algunos sectores en Asunción caracterizan como una asociación que estaría activa, entre personajes de alto poder en Uruguay con el ex General, entusiasta inversor en negocios raros, y un fundamentalista ideológico que desnaturaliza la política para convertirla en una empresa de usura.

El Ministro del Interior Carlos Filizzola le exigió ayer a Cartes que aclare su situación, tras la acusación de Estados Unidos, y tras suyo otros cómplices surgen en las trampas, señales falsas y mentiras, que componen una especie de nuevo truco sureño.

Cartes estafó al Estado paraguayo en 34 millones de dólares en 1985, durante la tiranía estronista, cuando le permitían comprar billetes preferenciales para empresas fantasmas, y venderlos luego en el cambio oficial.
Con el tiempo, habría establecido una activa convivencia con los capos mafiosos de frontera Fadh Jamil y Beira Mar.

Hace seis años, La Nación de Buenos Aires acusó a su empresa Tabesa de ser la más ilegal en Argentina, por ingresar de contrabando sus cigarrillos Rodeo, el 60 % del total irregular incautado en el país.

Interpol, en 1988, tenía una lista de sus sociedades anónimas más conocidas, que van desde la Tabacalera del Este, Tabacos del Paraguay, Banco Amambay, empresas deportivas y agro-ganaderas, producción y tráfico de drogas, y en el 2000, en su Estancia Nueva Esperanza, en el Cerro Kuatiá, límite con Brasil, una avioneta debió aterrizar de urgencia, con 20 mil kgs de cocaína cristalizada y 344 mil kgs de marihuana prensada, que incautó la Secretaría Nacional Antidrogas.

“Mago de las finanzas futboleras”, como se le conoce en diversos medios, Cartes habría instalado el narco-fútbol en el país, según fuentes deportivas y políticas enemigas que arrecian estos días, aprovechando las revelaciones de Estados Unidos, cuyos motivos son difíciles de interpretar en este momento, cuando en Paraguay ya está lanzada la campaña presidencial para el 2013.

Cartes, un advenedizo en política activa, ha ocupado la cúpula del Partido Colorado a espectaculares golpes de plata, como lo ha hecho con el fútbol, y estas denuncias sin duda que lo perjudican, pues la ciudadanía de este país, que sale del oprobio mundial de años, no tendría interés en ser representada en los grandes foros por alguien tan impresentable, a juzgar por los documentos del Pentágono.

Sin embargo, en la memoria popular está muy presente el recuerdo del General Andrés Rodríguez, quien desde 1978 no podía ingresar a Estados Unidos acusado de narcotraficante, pero unos años después, en 1989, Washington lo ungió cabecilla para desplazar al General Alfredo Strossner de la jefatura del Estado, a pesar de sus 35 años de leales servicios.

En compensación, Rodríguez fue internado en 1995 en una clínica estadounidense, donde encontró su muerte, sin que hasta ahora se conozca la causa.

Hace unos diez años, Cartes compró el anodino Club Libertad de Fútbol y lo ha elevado a los primeros sitios en Latinoamérica, y en el 2007 fue determinante su participación para nombrar el Colegio de Arbitros y hacer elegir Presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol al arquitecto Juan Angel Napout, reservándose el puesto de Director de las Selecciones, es decir, el número dos en la estructura formal de esa institución, pero de hecho la persona de mayor influencia.

ARGENPRESS.info

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