A JUAN PUEBLO CON TODO RESPETO (Segunda Parte)

 


Analicemos estimado Don Juan Pueblo, con la mayor sencillez posible, cuanta energía eléctrica necesitamos ahora y cuanta más necesitaremos dentro de tan solo una década, plazo que parece largo pero que para los análisis del Sistema Eléctrico es casi el corto plazo. Y evaluemos como puede producirse toda esa energía eléctrica, con virtudes y defectos de cada tecnología o forma de “fabricar” la electricidad.

Seguramente habrá escuchado Ud. que Argentina está en una muy seria crisis energética, de la cual mucho se habló hace dos o tres años, y ahora muchos parecen haberla olvidado. ¡Pero la crisis sigue, y si bien “lo peor del primer chubasco” pasó y se capeó más o menos bien, todavía estamos lejos de “haber salido del pozo”. Es muy larga y complicada toda la historia de esta crisis energética como para contarla toda, así sea abreviada.

En síntesis, todos esos negocios y negociados de las “privatizaciones” hicieron que por moneditas se vendiera o se concesione (digamos se alquile, pero muy mal) casi todo el patrimonio del Estado Argentino (o sea nuestro), y encima “metieron el cuento” (que no todos creímos) que “lo privado es siempre mejor”, y que “el mercado (o sea esos mismos privados y extranjeros) todo lo soluciona”. Por supuesto que Ud. estimado Don Juan Pueblo pudo estar confundido, y no lo culpo, pues esa mentirosa “libertad de prensa” (que solo es “libre” para los poderosos, si el Estado se achica, se ausenta o “se borra”), hizo que Ud. por años escuche un solo mensaje –dicho de diversas formas por diversos “mensajeros” (periodistas al tanto por cuanto, politiqueros de cuarta y “especialistas” conchabados por las mismos que “nos fumaron en pipa” todas nuestras riquezas energéticas)-, mensajes que de tan repetidos tal vez terminó creyéndolos.

Así fue como “ordeñaron” la “vaca lechera” de nuestras importantes reservas de petróleo y gas, en forma tan alevosa que “la vaca hoy está con piel y huesos”, y encima apenas quedaron en Argentina algunas pocas moneditas de tanta riqueza sacada frente a nuestras narices.

Y los “privados” que tuvieron todos los privilegios y casi ningún compromiso, no cumplieron más que una parte de los contratos de concesiones. No hicieron casi nada de líneas eléctricas de alta tensión, solo hicieron gasoductos para llevar afuera el gas que nos negaron a 4 de cada 10 argentinos, y tampoco invirtieron lo mínimo imprescindible para que las usinas eléctricas pudieran satisfacer sin problemas la demanda eléctrica, que prácticamente crece aún en épocas de crisis.

Para rematar el tema, cuando “la cosa se empezó a poner fiera” y unos pocos alertamos con tiempo que la crisis se veía venir en el horizonte, siniestra e inexorable como nubes de tormenta, los lenguaraces de siempre dijeron y repitieron que “no hay problemas, todo está bien, hay suficiente petróleo y gas, y “la demanda de energía está asegurada” mientras que paralizaban todas las inversiones; o sea mintieron y con eso hicieron perder tiempo hasta que –como esos embarazos de apuro- la cosa no pudo seguir ocultándose.

Así la cosa, hoy apenas tenemos reservas conocidas de petróleo y gas para 5 o 6 años; salvo que “salga algún as de la manga” y “de milagro” los privados blanqueen algún yacimiento que no declararon. Y en materia de usinas, estamos casi “al filo de la navaja”, sin reservas y con un horizonte complicado, salvo que se siga invirtiendo más aún, y muy bien, para tener más y mejores usinas.

Es como si para viajar tuviéramos un viejo automóvil de los años ’70, medio gastado y enclenque, en el que apenas entramos todos. Pero si el motor del auto “se pincha” en mitad de camino, no hay ómnibus ni trenes ni otros autos para usar…¡y el viaje debe seguir! ¡¡¡Eso es estar sin usinas de reserva!!! Todo país en serio tiene al menos una cuarta parte de la “fuerza disponible” (o sea potencia instalada) como reserva. Acá no la tenemos, y las culpas vienen de lejos, sobre todo de esa terrible década del ’90, que por poco incluso nos deja sin Patria, tan cerca estuvimos de “estallar” en varios “paisitos” como “los gringos de afuera” querían que suceda.

Queda en claro que necesitamos muchas usinas eléctricas nuevas, tanto como todas las que tenemos funcionando hoy, para dentro de solo diez años, plazo corto en este tema. Pero ¿que clase de usinas eléctricas? Se la hago simple, Don Juan Pueblo, existen de dos clases: las convencionales, probadas y aptas para funcionar en gran escala; y las de “nuevas fuentes” o “fuentes no convencionales”.

Le doy un ejemplo. Para viajar a largas distancias hoy tiene el ómnibus (o su auto), el tren (si es que funciona), y el avión (si se termina de normalizar Aerolíneas Argentinas). Cada forma (tecnología) tiene ventajas y desventajas, pero Ud. sabe que –salvo accidentes o imponderables- lo llevarán a destino, con seguridad y comodidad, y dentro de plazos lógicos. Eso es “lo convencional”. Lo equivalente a eso, lo “convencional” en usinas eléctricas son las usinas a petróleo – gas – carbón (termoeléctricas), las nucleares y las hidroeléctricas. Tres tecnologías distintas, pero probadas y eficaces.

Por ahí le saldrá algún “innovador” o “inventor raro”, que le propondrá que viaje en un estrafalario auto con paneles solares, o movido a viento. Solo que en este “auto raro” solo cabe una persona, y no es seguro que aguante el viaje. Mientras que en su viejo auto tipo combi entran medio apretados los doce de su familia. Ese “auto raro” es como las “nuevas fuentes de energía”: poco confiable, y demasiado chico para todos los que debe prestar el servicio.

Eso pasa con las usinas eólicas (a viento) y solares. Muy chicas, complicadas y no suficientemente seguras. Por no entrar en otras tecnologías aún muy “verdes” (inmaduras), como el hidrógeno; o muy caras y complejas, como la geotermia (calor de la tierra).

En otro artículo le explicaré como aún aquellos países que ciertos “ecologistas apresurados” nos “venden” como muy afectos a las energías eólica y solar, en realidad dependen básicamente de las tres tecnologías convencionales. O sea usinas que queman petróleo, gas o carbón; más usinas nucleares e hidroeléctricas. Tales los casos de Alemania, Dinamarca, España, EEUU, etc.

Sepa disculpar, Don Juan Pueblo; pero para intentar simplificar algo tan complejo, debemos ir por partes; y lo básico es que Ud. tenga los elementos para evaluar cada vez que algún “versero” ultraecologista, o político, u oportunista; quiera confundirlo; sin importarle los perjuicios para esta Nuestra Patria Argentina. Sigo en el siguiente artículo.

C.P.N Carlos Andrés Ortiz (*)

El Libertador en Línea


 

(*) Ex Docente – Investigador  de la Facultad de Ciencias Económicas  (UNaM)

Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente  ( F.I. UNaM)

Docente de Economía – EN10

Docente de la Diplomatura en Geopolítica – ICM

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