Haciendo un racconto de lo que ocurrió a lo largo de la historia de la Quiniela Misionera, el gerente de Juegos del IPLYC SE, Raúl Armando Segovia, señaló que “vimos el gran crecimiento que tuvo este juego que no solo es importante en la provincia sino a nivel nacional, lo que se debió al gran esfuerzo de los funcionarios que se desempeñaron a lo largo de 37 años, dejando parte de su vida para que la institución sea considerada una de las mejores y más importantes del país”.
Añadió que “para nosotros es un orgullo haber tomado la posta de los creadores de este emprendimiento que día a día genera utilidades que significan un aporte importante para la construcción de escuelas, la salud pública, y otros beneficios para la comunidad”.
Segovia recordó que en los inicios la Tómbola Misionera se sorteaba a través de Lotería Nacional “de la forma más precaria” y que “todavía guardamos como recuerdo una radio desde la que tomábamos los números de los sorteos sentados en la vereda de nuestra institución, único lugar en el que se podía sintonizar con claridad las radios de Capital Federal que efectuaban la transmisión. Hoy vemos la tecnología con la que nos movemos y queda en evidencia el salto importante que hemos dado, y a través de Internet, que es lo que mueve el mundo, los extractos de quiniela se dan a conocer al instante. Lo mismo sucede con la nueva tecnología que se implemento con los celulares, se puede obtener el extracto en el aparato apenas concluye el sorteo”.
Aseguró que “vamos creciendo, no tenemos un techo. Nos fijamos una capacidad de producción y la superamos; luego nos fijamos otro objetivo y vamos avanzando. A veces llegamos, y en otras oportunidades lo superamos. Un ejemplo claro fue el mes de julio donde a pesar de la epidemia de la Gripe A tuvimos record de recaudación. Siguiendo las directivas del Ministerio de Salud Pública, de no salir de los hogares, ofrecimos al apostador la quiniela a través del celular, cosa que otras provincias no la tienen”.
Los comienzos
Por aquel entonces el IPLYC funcionaba como una sala de juegos del casino capitalino, hasta que en febrero de 1972 se reglamentó la explotación de la quiniela a través del decreto antes mencionado.
El 11 de agosto de 1972 y con once agencias adjudicadas, se realizó la primera jugada a través del sorteo de la Lotería Nacional donde el número favorecido fue el 426 “la misa”. Los sorteos con bolilleros propios comenzaron recién el 24 de diciembre de 1975.
De acuerdo con lo estipulado por los artículos 72 bis del Decreto 384/72 y 1448/72 del Ministerio de Bienestar Social y Educación, fueron designadas las primeras once agencias a través de la Resolución 335 del 18 de julio de 1972 con la firma del ministro Miguel Gerónimo Soto y Ada Carlota Von Zeschau, del departamento coordinación. A través de la Resolución 106 del 20 de julio de 1972 del Casino Provincial, se otorgaron los permisos de explotación a las Agencias Nº: 01 de Hugo Martín Wirz (San Lorenzo 224); 02, de Moisés Judkevich (Bolívar 263); 03, de Jorge Manizalián (Félix de Azara 246); 04, de Modesta de Bugallo (Córdoba 426); 06, de Manuel Alfonso Cabrera (Bolívar 238); 07, de Norma Giacci de Toledo (Bolívar 194); 10, de Laurentino Álvarez (Santa Fe 441); 11, de Agnela Lizarraga (Colón 685); 13, de Timoteo Muciego (Alberdi 208); 15 de Elena de Galeano (avenida Roque Sáenz Peña 545) y 17 de Romualdo Vely (avenida Uruguay 9). Las primeras del interior fueron de Berlín Hadad, de Apóstoles; Gruber, de Oberá; Martos, de Eldorado y Samudio, de Puerto Rico.
Entre los primeros funcionarios del IPLYC vinculados al área de la quiniela se encontraban: Ramón González, Carlos Sejumil, Indalecio Calvo, Abelardo Gómez, Ramón Malagrida, Juan Checo Agüero, Rofolfo Visconti, Oscar Casafuz, Julia Domanski, Héctor Dutra, Andrés Barchuk, Roberto Ocampo, Abelardo Rolón, Carlos Alberto Chemes, Ana Pretzel, Gladis Herrera, Waldemar Dos Santos, Arturo Bistoletti, Héctor Chirana, y Nicolás Dei Castelli, algunos de ellos aún en actividad
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