Cuenta Tribilín Tabares: “el de mi esposa es apenas uno de los casos. Acá hay casos de cáncer y leucemia por todo lados, nacen chicos malformados, y a todos los médicos nos dicen que es por vivir al lado de la planta de MDF de Alto Paraná. El polvillo tóxico sale de la chimenea y entra por las ventanas, hasta en las ollas de la comida, es como el condimento diario de los vecinos. Sólo basta venir y recorrer para darse cuenta de la gravedad de estos casos que los medios tapan”. A pocos metros de la casa de Tabares vive una mujer cuyo bebé el año pasado nació con severos problemas óseos y respiratorios. A ella también su médico le garantizó que el motivo de estas patologías estaban íntimamente ligadas a la cercanía con la planta de MDF de Alto Paraná, una fábrica que jamás fue sujeta a una inspección seria por parte de las autoridades provinciales. El gobierno prefiere mantener la planta funcionando aunque el costo sea la enfermedad de toda una población ( myoritariamente pobre, inculta y sin recursos para defenderse legalmente) y al igual que los medios de comunicación –sobre los que la empresa desembolsa cientos de miles de pesos en concepto de publicidad/silencio –opta por mantener esta terrible situación en el más abyecto silencio, como sucede con la gigantesca contaminación hídrica y fluvial que la misma empresa genera con la papelera que posee en Puerto Esperanza.
“Acá nadie puede hablar de Alto Paraná. El miedo es absoluto. Ellos manejan todo, hasta al intendente de Piray lo manejan, el gobierno tiene miedo que retire sus capitales, hay negociados gigantescos y la salud es lo de menos para ellos” comentó un indignado vecino.
Hace pocos meses, una especialista oncológica del Hospital Samic de Eldorado reconoció que la cantidad de pacientes con cáncer y leucemia que provienen de Piray triplica la de otros municipios de la zona, aunque también aceptó que el costo político de dar a conocer la situación tal cual se presenta puede ser muy elevado para cualquier funcionario de la sanidad pública. Así las cosas, con médicos cobardes, medios silenciados y gobiernos corruptos y déspotas, la enfermedad se expande en Piray al mismo ritmo que la riqueza de la empresa chilena se multiplica a costas del deterioro de la salud y el medio ambiente de los misioneros.
“Cuando mi esposa murió, los médicos me dijeron los médicos: “agarrá a tu familia y salgan de ese pueblo. Porque de aquí a cinco años, se va a morir el 30% de Puerto Piray. Así me dijeron. Pero parece que a nadie le importa” contó Tribilín Tabares, resumiendo el sentir aterrorizado y amordazado de los habitantes de Piray.
Hace pocas semanas, en diálogo telefónico y off the record con el periodista que escribe esto, un funcionario de alto rango de APSA – cuyo apellido es Cañete – rechazó la invitación a recorrer con vigilia periodística el Barrionuevo, pegado a la planta de MDF en Piray, alegando que eso «sería ir a la boca del lobo».
Así contamina la planta de MDF
Los tableros de fibra de media densidad, o MDF ( Médium Density Fiberboard) están compuestos de fibra de madera( pino taeda en este caso) unidas por un compuesto químico que llamamos resina, Urea Formaldehído, que se activa con el calor y forma un compuesto plástico que une todas las fibras dándoles la forma que se necesita. También se agrega cera, que le da al tablero mayor resistencia a la absorción de humedad del medio ambiente. Por supuesto, hay algo de agua en el tablero, lo que llamamos humedad del tablero.
El proceso de MDF es simple. En el tronco las fibras de madera están unidas mediante un pegamento natural llamado lignina. Lo que se necesita en el proceso es eliminar este pegamento y generar la fibra, para luego pegarla con un pegamento artificial, la resina urea formaldehído, con la forma y espesor que hacen a los tableros MDF. A este tablero una vez formado, se le da un acabado superficial con lijas, y la forma que el cliente solicita mediante cortes con sierras. Luego se los empaca y se le da despacho.
El formaldehído está presente en la resina, y se libera en la etapa del secado en forma de material particulado, fibra con resina. El formaldehído o metanal es un compuesto de carbono, hidrógeno y oxígeno de fórmula HCHO o CH2O. A temperatura normal es un gas incoloro de un olor penetrante, muy soluble en agua. Los productos de descomposición del formaldehído son ácido fórmico y monóxido de carbono.
Según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), niveles bajos de formaldehído pueden producir irritación a la piel, los ojos, la nariz y la garganta. Gente que sufre de asma es probablemente más susceptible a los efectos de inhalación de formaldehído. Cantidades un poco mayores de formaldehído pueden causar profundo dolor, vómitos, coma, y posiblemente la muerte. Algunos estudios en seres humanos expuestos a formaldehído en el aire observaron más casos de cáncer de lo esperado, por lo que desde el El Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS) ha determinado que es razonable predecir que el formaldehído es carcinogénico.
Enfermedades, cáncer y muertes, son precisamente las tres constantes en los vecinos que en Piray viven expuestos diariamente al formaldehído que expulsa la planta de MDF de Alto Paraná.
La sensibilidad al formaldehído es muy variable. Mientras ciertas personas muestran una alta sensibilidad a él, otras, a un mismo grado de exposición, no presentan ningún tipo de reacción. Las personas sensibles al formaldehído pueden experimentar síntomas a niveles inferiores a 0,1 ppm. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niveles de concentración no sean mayores de 0,05 ppm.
No se conoce el umbral por debajo del cual no existe riesgo de contraer cáncer. Dicho riesgo depende de la concentración, del tiempo de exposición temperatura ambiente y humedad relativa, es decir que no influye tanto cuando la temperatura ambiente es moderada y un bajo nivel de humedad relativa (30 a 50 por ciento). Pero claro, éstas no son precisamente las condiciones climáticas de Piray.
Otro elemento contaminante de la planta es el ácido sulfhídrico. Este compuesto se obtiene en el tratamiento de efluentes que posee la planta, donde en ningún momento se utiliza azufre, sino que se obtiene a partir de organismos unicelulares que utilizan la materia orgánica de los residuos de la empresa para transformarlas en ácido sulfhídrico, en medio acuoso, que se libera de la planta por unas tuberías. El ácido sulfhídrico (H2S(ac)) es un ácido inorgánico, formado por la disolución y disociación en agua del sulfuro de hidrógeno (H2S, un gas que huele a huevos putrefactos). Es decir que se le llama ácido sulfhídrico cuando se halla disuelto en agua. En estado gaseoso se le conoce con el nombre de sulfuro de hidrógeno.
La causa por la cual a pesar de la presencia más masificada de este compuesto, hay relativamente pocos muertos, es el mal olor con que va acompañado. Sin embargo, a partir de los 50 ppm tiene un efecto narcotizante sobre las células receptoras del olfato y las personas afectadas ya no perciben el hedor. A partir de los 100 ppm se puede producir la muerte. Como la densidad del sulfhídrico es mayor que la del aire se suele acumular en terrenos bajos, donde puede causar víctimas.
La exposición a niveles bajos de ácido sulfhídrico puede producir irritación de los ojos, la nariz o la garganta. También puede provocar dificultades respiratorias en personas asmáticas. Exposiciones breves a concentraciones altas de ácido sulfhídrico (mayores de 500 ppm) puede causar pérdida del conocimiento y la muerte. En la mayoría de los casos, las personas que pierden el conocimiento parecen recuperarse sin sufrir otros efectos. Sin embargo, algunas personas parecen sufrir efectos permanentes o a largo plazo tales como dolor de cabeza, poca capacidad para concentrarse, mala memoria y mala función motora.
En tercer lugar, la planta también emana dióxido de carbono, que junto al vapor de agua que libera la empresa ayudan a que se produzca el conocido “efecto invernadero”.
Sergio Alvez
El Libertador en Línea